Deuda externa

La titular del FMI pidió a los acreedores que acepten el canje y los principales fondos mantuvieron su rechazo

La titular del FMI advirtió que es momento de que los acreedores actúen. Minutos después Ad Hoc y los bonistas del Canje rechazaron la propuesta.

La directora del FMI, Kristalina Georgieva, y miembros del G20 mostraron este miércoles su apoyo a la Argentina en la reestructuración e instó a los acreedores a aceptar la propuesta de reestructuración de deuda formulada por el Gobierno argentino. Minutos más tarde, los dos grupos de acreedores que más distanciados están de la propuesta de Guzmán hicieron público que no aceptarán la oferta presentada este lunes ante la SEC y aseguraron que seguirán abiertos al diálogo.

La titular del Fondo Monetario Internacional expresó su apoyo a la propuesta de reestructuración de la Argentina en una conferencia en la que participaron miembros del G20 y del Club de París, organizada por Arabia Saudita bajo el título de "Enfrentando a la crisis del COVID-19".

Allí Georgieva consideró que "los acreedores privados tienen que ver este como un momento de acción, ver cómo los países y los acreedores pueden unirse" en referencia a la nueva oferta presentada por la Argentina. Martín Guzmán también formó parte de esta cumbre y recibió el apoyo de muchos de sus pares.

Puntualmente, el ministro de Economía de Arabia Saudita, Mohammed Al Jadaan, fue uno de los más enfáticos en salir a respaldar el proceso de reestructuración de la deuda argentina. "En algunos países existe la necesidad de un proceso de reestructuración ordenado y sostenible de la deuda soberana, con la participación de acreedores del sector privado. Un ejemplo de esto es el caso de Argentina, por el cual alentamos a los tenedores privados de la deuda a considerar la iniciativa de Argentina de una manera positiva".

El ministro saudí señaló que el actual contexto de crisis global, "también es un buen momento para alentar a los acreedores del sector privado, en general, a participar en estos esfuerzos llevados a cabo por los países más vulnerables".

Por su parte, la directora del Fondo centró sus palabras en los mercados emergentes cuyos datos macroeconómicos no son buenos para salir a conseguir financiamiento y estimó que el corto y mediano plazo se registrará una ola de reestructuraciones de deuda. De esta forma, instó a los miembros del G20 y del Club de París a "pensar pronto en lo que sigue". 

  "Y lo que sigue requeriría una reestructuración país por país para aquellos que simplemente no pueden salir del agua sin una acción determinada", expresó, para luego referirse en particular al caso argentino: "Coincido enfáticamente con Mohammed respecto al caso de Argentina: el acreedor privado debe ver éste como un momento de acción, en el cual tanto acreedores como el país puedan unirse, y es por eso que tenemos que esforzarnos para lograr la colaboración mutua entre acreedores y deudores, de una manera racional y respetuosa. El Banco Mundial y nosotros haremos nuestra parte para garantizar la transparencia de la deuda y la reestructuración".  

"El Banco Mundial y nosotros haremos nuestra parte para garantizar la transparencia de la deuda y la reestructuración", agregó la titular del FMI y David Malpass, representante del Banco Mundial la respaldó: "Los acreedores privados del sector público también deben involucrarse".

Quien también se sumó a la lista de apoyos a Guzmán fue el ministro mexicano Arturo Herrera Gutiérrez: "Me uno tanto a Mohammed como a Kristalina, deseando un rápido y sensible acuerdo entre Argentina y sus acreedores".

A su turno, Guzmán sostuvo que "si hay un país que conoce lo nocivo que son los descalces de moneda es Argentina. De hecho, ahora estamos haciendo nuestros máximos esfuerzos para reestructurar la deuda en moneda extranjera luego de un sendero de endeudamiento a partir de 2016 que terminó mal".

Minutos más tarde, los dos grupos de acreedores que se unieron para contrarrestar la oferta de Guzmán, el grupo Ad Hoc y el de los Bonistas del Canje, lanzaron un comunicado en el que adelantaron su negativa a aceptar la oferta, pero reconocieron que la nueva propuesta es "un paso en el sentido correcto" y aseguraron que seguirán abiertos al diálogo incluso si nunca "nos consultaron los términos de la propuesta".

"Si bien no aceptamos la última propuesta de Argentina, alentadoramente provee las bases para un compromiso constructivo. Estamos preparados para comprometernos en discusiones sobre modificaciones a la propuesta que puedan alcanzar una reestructursción consensuada y creemos que todavía es posible un camino hacia la resolución plena de los asuntos pendientes. Romper el impasse entre Argentina y sus acreedores es una mucho mejor alternativa que un nuevo ciclo de rechazo y examinación de alternativas más drásticas de ambas partes", aseguraron.

"Nosotros como los acreedores más grandes de Argentina seguimos listos para abordar las discusiones finales con responsabilidad y buena fe, e instamos a la Argentina a que se nos una en este esfuerzo sin demoras", concluyeron en su comunicado conjunto los dos grandes grupos de acreedores.