Francia

Macron naufraga en las elecciones municipales y emerge la figura de su primer ministro

Edouard Philippe obtiene el único triunfo importante del oficialismo francés y amenaza el liderazgo del Presidente, que apuesta a la agenda ecológica tras el avance "verde" en los comicios.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, sufrió este domingo una debacle en la segunda vuelta de las elecciones municipales, con caídas en todas las grandes ciudades, y su liderazgo político comienza a verse amenazado por la figura de su primer ministro, Édouard Philippe, el único victorioso del oficialismo.

El mandatario galo se vio obligado a un giro de urgencia en su agenda de gobierno: este lunes anunció una amplia lista de reformas en materia ecológica, una consecuencia directa del notable avance de las fuerzas "verdes" en los comicios, marcados también por inéditas medidas de prevención por el coronavirus (que había obligado a aplazarlos en marzo) y una abstención récord.

El tsunami ecologista llevó a los verdes al gobierno de las tres principales ciudades de Francia: París Marsella y Lyon. También triunfaron en Burdeos, Toulouse y Estrasburgo, y estuvieron a un puñado de votos de ganar en Lille

El tsunami ecologista llevó a los verdes al gobierno de las tres principales ciudades de Francia. En París, donde la candidata de Macron terminó tercera, los ambientalistas forman parte de una alianza con la socialista Anne Hidalgo, que logró la reelección con un resonante triunfo y más del 50 por ciento de los votos.

Pero los verdes ganaron además la elección en Marsella, la segunda ciudad de Francia, donde acabaron con un cuarto de siglo de gobiernos conservadores; y en Lyon, la tercera ciudad en importancia, donde el "macronismo" esperaba salvar la jornada. Los ecologistas también triunfaron en Burdeos, Toulouse y Estrasburgo y estuvieron a un puñado de votos de desplazar en Lille a la histórica socialista Martine Aubry, que logró su cuarto mandato. 

La socialista Anne Hidalgo fue reelecta en Paris 

La de este domingo fue la segunda derrota electoral consecutiva del partido de Macron, tras haber sido superado en las europeas de 2019 por la ultraderecha (que este domingo consiguió su primera alcaldía en 25 años al ganar en Perpiñán). Para los analistas el resultado revela, además del desgaste de la gestión, una marcada debilidad territorial del oficialismo, justamente uno de los fuertes de los conservadores que de todos modos igual tuvieron una jornada negra.

Esa debilidad del "macronismo" tuvo como única excepción de relevancia el triunfo en Le Havre (una ciudad industrial donde el discurso "verde" no tuvo impacto) del primer ministro, Édouard Philippe, un conservador que se alió hace tres años con Macron y que no pierde oportunidad de diferenciarse de su jefe.

Más allá de la cuestión ideológica, entre Macron y Philippe subyace una disputa por el liderazgo del espacio, que el presidente ve amenazada por el crecimiento en las encuestas de su primer ministro

Macron se reunió en privado esta mañana con Philippe, en momentos en que arreciaban las versiones de su salida del gobierno, en el marco del giro ecologista que anunció más tarde el presidente. Los analistas creen que Philippe hará prevalecer sus ideas conservadoras y no aceptará el cambio de rumbo, algo que ya había deslizado. "Soy un hombre de derechas", ha reiterado en otras oportunidades.

La ley francesa permite a los ministros permanecer en su cargo y conservar una alcaldía, por lo que en la previa Philippe dijo que seguiría como primer ministro hasta que Macron lo determine. La prensa francesa estima que eso podría suceder en las próximas dos semanas.

Más allá de la cuestión ideológica, entre Macron y Philippe subyace una disputa por el liderazgo del espacio, que el presidente ve amenazada por el crecimiento en las encuestas de su primer ministro. De acuerdo a un reciente sondeo, Philippe tiene una aprobación del 50 por ciento contra el 38 de Macron. Al primer ministro se le reconoce su gestión de la crisis del coronavirus, donde también mostró discrepancias con su jefe.

La gran duda de la política francesa es si una salida de Philippe de su cargo impulsaría una posible candidatura presidencial en 2022, enfrentando incluso a Macron.