Diputados

Moroni respaldó la ley de teletrabajo, pero esperan la opinión de empresarios para aprobarla

El ministro de Trabajo avaló la letra chica consensuada en Diputados, aunque admitió que faltan mecanismos de fiscalización. Escucharán a la UIA, Cámaras de Software y abogados laboralistas. Podría aprobarse el miércoles.

Claudio Moroni apoyó la ley para regular el teletrabajo que negocia la Cámara de Diputados, durante una nueva reunión de la Comisión de Legislación Laboral en la que se demoró la firma del dictamen para la semana próxima, cuando Sergio Massa intentará llevarlo al recinto con un nuevo protocolo de sesiones remotas. 

Antes, los diputados escucharán a las cámaras de software, la Unión Industrial Argentina (UIA) y abogados laboralistas, quienes responderán sobre algunos de los reclamos que dejaron ayer los sindicatos de la CTA, los más desconfiados de la legislación.

Recién después intentarán consensuar un dictamen en base a un borrador elaborado por la presidenta de la Comisión, la kirchnerista Vanesa Siley; y su vice, el radical Albor Cantard, en base a 17 proyectos presentados. 

Si el martes, en una nueva reunión de labor parlamentaria, los jefes de bloque para continuar con debates online, el proyecto podría llegar al recinto al día siguiente. Otro dictamen consensuado es la ley de economía del conocimiento. 

Uno de los aspectos que intentarían precisar mejor es el "el principio de reversibilidad", como le llaman a la aceptación del trabajador de cumplir funciones en su casa. Los sindicatos quieren evitar imposiciones y Moroni coincidió. "Creemos que habría que pensar adecuadamente la situación de aquellos puestos de trabajo ya creados a distancia". 

Los gremios respaldan el teletrabajo, pero exigen mayor control a los empleadores

Otra dilema es el costo de los materiales para cumplir funciones en los hogares, que estarían a cargo del empleador y los gremios quieren pulir mejor. La CGT, el martes, pidió deducirlos del impuesto a las Ganancias. "La empresa tiene que hacerse cargo de proveerlo de todos los elementos y todas las conexiones necesarias, o compensar de algún modo por el uso de los elementos y recursos propios del trabajador", señaló Moroni.  

Pero reconoció que todavía no tiene un protocolo de fiscalización, uno de los reclamos de la CTA de Pablo Miceli, y que no es fácil definirlo porque es imposible entrar a las casas particulares para saber qué pasa. "Vamos a tener que inventar mecanismos a distancia".

Moroni destacó el consenso sobre que el teletrabajo no sea un estatuto independiente sino un modo de prestación del contrato y que la ley resulte un marco regulatorio para adaptar a los convenios colectivos de cada actividad. 

"El teletrabajo es sólo un mecanismo contractual distinto y voluntario, porque no puede ser impuesto. Es de aceptación y puede ser reversible", lo definió Moroni. 

Daer logró que no haya plazo para ensamblar la ley en cada rubro como pedían algunos diputados que entienden que creen que sino no se aplicará nunca. "El teletrabajo es sólo un mecanismo contractual distinto y voluntario, porque no puede ser impuesto. Es de aceptación y puede ser reversible", minimizó el ministro. 

Uno de sus temores, contó, es que el trabajador se aísle de su grupo de pertenencia. "Creo que ese es uno de los puntos que, por lo que estoy viendo en los proyectos, está abordado de algún modo, y de los que más me preocupaba". 

Avaló dos aspectos que tendrá la ley y son reclamados por los gremios: el derecho a desconexión, "que no es otra cosa que los tiempos de descanso"; y la protección de datos personales, "porque no puede ser una vía para que se convierta en una intromisión en los datos personales del trabajador"

Otro tema de debate son las personas que tienen a su cargo cuidados de menores de 14 años, con discapacidad o adultos mayores dependientes, que según el borrador podrán pautar horarios compatibles y denunciar discriminación si no son considerados. "Quizá no estén habilitados a trabajar en el hogar", especuló el ministro. 

El diputado Facundo Moyano intentó poner paños fríos a los reclamos de sectores de la CTA que se escucharon ayer. "Es una ley marco, una modalidad de contratación, no estamos para resolver todos los problemas sindicales. El trabajo en negro está prohibido, pero ocurre en un 40% de los casos", ejemplificó.

Moroni recordó que firmó una resolución para que las ART cubran el teletrabajo y quizá hiciera falta una reglamentación más precisa para resolver los casos de los accidentes. "A veces los fallos judiciales derivan en reglas básicas".

Consideró que no es tarea del Ministerio fomentar el teletrabajo sino aceptarlo como modalidad y recordó que antes de la pandemia su existencia era casi marginal en el país y no cree que cambie demasiado. "No creo que llegue al 7% en servicios. España tenía 8% y ahora se duplicó". 

No todos piensan igual: en la exposición del martes, el secretario general de los telefónicos, Osvaldo Iadarola, alertó que con la llegada del 5G, la tecnología que hace posible internet de las cosas, casi todos los trabajos serán telemáticos y conviene legislarlos cuánto antes. 

"Lo peor que nos puede pasar -y lo planteo como una reflexión- es que el movimiento obrero no sea parte de esta transformación tecnológica. Esto, con los valores y los principios que no tenemos que perder, la defensa de los puestos de trabajo y la defensa de los trabajadores", planteó.