Estados Unidos

El jefe del Pentágono contradice a Trump y rechaza enviar el Ejército a contener las protestas

El secretario de Defensa Mark Esper marcó distancia con el presidente y aseguró que usar las fuerzas militares debería ser "el último recurso".

El secretario de Defensa de los Estados Unidos, Mark Esper, contradijo este miércoles al presidente Donald Trump, quien había amenazado con sacar el Ejército a las calles para frenar las protestas por el asesinato de George Floyd a manos de la Policía si los gobernadores de los Estados no intensificaban la represión.

"No apoyo la invocación de la Ley de Insurrección. Estas medidas solo deberían utilizarse como último recurso y en las situaciones más urgentes y extremas. No estamos en una de esas situaciones ahora", declaró este mañana el jefe del Pentágono a la prensa, tras una nueva jornada de manifestaciones y disturbios a lo largo del país, principalmente en las ciudades de Nueva York y Washington, en repudio a un nuevo crimen de un ciudadano afroamericano.

Esper, un veterano de las Fuerzas Armadas que fue nombrado en el cargo por el propio Trump hace menos de un año, agregó que en su opinión la Guardia Nacional era más adecuada para lidiar con este tipo de situaciones domésticas, ya que se trata de un grupo de reservistas que depende de la Policía.

Si bien Trump tiene la potestad de invocar dicha ley, redactada en 1807, apenas unos años después de la independencia de los EU, ésta fue empleada una sola vez en la historia reciente, durante los disturbios raciales de 1992 en Los Ángeles, y por pedido del entonces gobernador.

Trump: "Mandaré miles de soldados armados a restaurar el orden"

El funcionario marcó distancia todavía más con la respuesta del mandatario a los disturbios todavía al condenar el racismo estructural en los Estados Unidos, algo que Trump no ha hecho desde el inicio de las protestas.

Manifestantes saludan a efectivos de la Guardia Nacional que custodian el Hollywood Boulevard en Los Angeles.

"Es importante hablar claro sobre lo que es algo establecido: el racismo que existe en Estados Unidos", expresó Esper, quien el martes ya se había mostrado contrario a respaldar otro reciente gesto del presidente, su caminata hacia la iglesia de St John en Washington, dañada por manifestantes el lunes, precedida por el ataque de la Policía con gas pimienta a quienes se encontraban protestando pacíficamente en la plaza que se encuentra frente al edificio para liberar el paso.

"No sabía adónde íbamos, sólo quería saber cuánto daño se le había hecho a la Iglesia", dijo Espero consultado sobre la polémica.