Deuda

Mendoza lanza un ajuste durísimo para seducir a sus acreedores

A diferencia de la estrategia nacional, el gobierno de Suárez apela a una baja del gasto paralizando la obra pública y postergando el aguinaldo para mostrar capacidad de pago a los acreedores.

La provincia de Mendoza se diferenció de la estrategia nacional y comenzó a renegociar su deuda con una fuerte señal de austeridad fiscal para garantizarle a los acreedores un ordenamiento de las cuentas públicas que asegure la futura capacidad de repago.

Se trata del camino que los grandes fondos de inversión le exigieron a Martín Guzmán y el ministro desestimó de plano, bajo el argumento de que un mayor ajuste era "insostenible" y que en los últimos cuatro años el gasto se contrajo en 5,6% del PBI sin implicar un equilibrio macroeconómico.

En cambio, la provincia cuyana decidió paralizar el plan de obra pública, postergó el pago del aguinaldo y también pondrá en discusión la deuda con sus proveedores. "Está todo en revisión, somos de la idea que los costos de los malos resultados de las finanzas provinciales tienen que ser compartidos entre todos. Si tenemos que ajustar, hay que ajustar en todos lados y la deuda es solamente uno de los gastos", afirmaron altas fuentes oficiales a LPO.

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"La premisa es que cumplir los contratos y honrar las deudas es una condición necesaria para mantener la confianza entre el estado y la sociedad y es a su vez la base del progreso de todas las sociedades", agregan, en este sentido.

Por el lado de los ingresos, sostienen que la suspensión del consenso fiscal evitará acelerar una baja y hacen hincapié en una flexibilización de la cuarentena más rápida para retornar con la actividad productiva. No obstante, el desplome del turismo y la producción petrolera, dos de los pilares de la economía mendocina, obligan a profundizar los esfuerzos en la contracción de egresos.

El secretario de Finanzas, Victor Fayad, y el ministro de Hacienda Lisandro Nieri.

Según destacan, la idea es evitar que el mercado piense que se está aprovechando la situación para subirse al sendero trazado por Nación. "La realidad es que tenemos un vencimiento el 18 de junio y por eso empezamos ahora. Si no generamos modificaciones a nuestros pasivos no vamos a poder pagarlos", subrayan.

La obligación representa unos 25 millones de dólares que se suman a otros 300 millones de pesos que deberán afrontarse en la tercera semana del mismo mes y que Mendoza insiste en no tener forma de pagarlos.

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"El diferencial de expectativas con la realidad fue diametralmente opuesto, repercutiendo negativamente en los recursos de la provincia. Cuando emitimos estos bonos en 2016 se pensaba que la inflación a esta altura iba a ser de un dígito y que íbamos a acumular un crecimiento de diez puntos", comparan.

En una primera etapa, se buscará identificar a los tenedores de títulos, tarea que está a cargo de los asesores financieros Credit Suisse y AdCap Securities. De acuerdo a lo relevado hasta el momento, se observa una gran atomización de los acreedores, cuestión que podría demorar los procesos, pero que impide la posibilidad de un bloqueo de grandes jugadores como le sucedió a Guzmán o a Axel Kicillof. "No hay tres tipos que tengan el 50%", dicen.

En el siguiente paso, se elaborarán las propuestas de refinanciación bajo los preceptos de obtener un plazo de gracia, una reducción del cupón y una extensión del plazo.