Máximo apoyó a Larreta en la interna del PRO: "Si siente presión, que cuente con nosotros"
En su discurso de cierre de la sesión de este miércoles, la primera con mayoría de diputados conectados por internet, Máximo Kirchner se metió en la disputa que hay por la conducción del PRO con ataques a Patricia Bullrich y un respaldo a Horacio Rodríguez Larreta. Mientras que le reclamó a Claudio Moroni revisar un convenio laboral con la alimenticia Mondelez.
"Si el presidente y el jefe de Gobierno de una ciudad compleja sienten presión de los sectores económicos para abrir a lo que dé lugar sin tener a la gente en el medio, que sepa que cuenta con nosotros para preservar lo que tenemos que preservar, que es la vida de la gente", cerró el titular del bloque oficialista desde su banca y en un recinto semi vacío.
Con sus palabras finales desligó a Larreta de las críticas que había hecho minutos antes por la temprana apertura de la cuarentena en la ciudad que, mientras se realizaba la sesión, registraba la jornada de mayor cantidad de contagios de coronavirus.
Cumbre de Kicillof y los intendentes del Conurbano por el impacto del pico de contagios en Capital
"Barbijos, máscaras de plástico: ¿Hasta dónde nos van a llevar con la pandemia? ¿En la próxima cuarentena saldremos con una bolsa de ziploc? ¿Todos a producir para quién? ¿Para los que le reclaman al Estado que se haga cargo de los sueldos?", se preguntó Máximo.
El jefe de Gobierno trabajó a la par de Alberto Fernández y Axel Kicillof desde el inicio de la pandemia, pero aún así sufrió un ataque directo de Cristina Kirchner, al acusarlo de proteger al jefe de los fiscales de la Ciudad, Juan Mahíques, por una presunta denuncia de extorsión de cuando era consejero de la Magistratura de Mauricio Macri.
Por el caso Mahiques, legisladores de Cristina piden investigar la "mesa judicial" de Macri
Larreta no respondió y Alberto lo elogió en la última conferencia que compartieron para anunciar la prórroga de la cuarentena, que luego tuvo aperturas parciales en las provincias que ahora empezaron a revisarse.
Máximo consideró que si el 75% de los casos de Covid sucedió en Capital y la Provincia de Buenos Aires se debe a la concentración de población y actividades productivas. "Argentina se ha vuelto chiquita y desperdicia su territorio y oportunidades. Si se hubiera mantenido los corredores federales, con aviones que no pasen por Aeroparque, habría provincias que se podrían comunicar".
"El debate es cómo hacemos una Argentina sustentable, que necesita negociar esta deuda y que sea sustentable en el futuro. Ahí se sabrá si la sociedad va a estar de acuerdo o no", diferenció.
Pero antes ya había puesto un pie en la interna del PRO al citar a Patricia Bullrich decir que Alberto Fernández "se había enamorado de la pandemia".
"El presidente tomó una medida correcta y a su tiempo. Y si capitaliza una medida correcta está bien. No está mal", afirmó y acusó a los medios de "caranchear" por molestarse de las comparaciones de Alberto con Chile, que por esas horas definía una cuarentena total y le pedía un préstamo al FMI, hechos que también recordó Cristina Kirchner mientras presidía la primera sesión virtual del Senado.
"En Chile la gente se muere. Se juegan con cosas que no tiene respuestas", se molestó Máximo. Metió otra cuchara en la interna de Cambiemos: elogió la ley del Registro Nacional de Barrios Populares en Proceso de Integración Urbana (RENABAP) y citó a sus autores: Elisa Carrió, Mario Negri, jefe del interbloque opositor; y Nicolás Massot, ex líder del PRO y cercano a Emilio Monzó, aliado de Larreta y rival de Bullrich.
Cerró con un reproche al ministro de Trabajo Claudio Moroni por haber homologado una reducción salarial a los empleados de la fábrica de golosinas Mondelez. Lo supo, contó, por información que le acercó la ex diputada de izquierda Miriam Bregman.
"Mondelez es tope de gama fábrica de alimentos, se los puso a producir golosinas por ser industria alimenticia. Se stockeó todo lo que pudo, produce por el valor actual para vender vaya a saber cuándo y le bajan el precio de los trabajadores. El Gobierno equivocadamente homologa el acuerdo", evaluó.
"Espero que se corrija. No tengo problemas en decir esas cosas. No me quiero arrepentir de defender a los que tenemos que defender. No puede ser que siempre ellos sean los primeros. Esta vez la primera tiene que ser la gente de carne y hueso que en los barrios marginales y populares la esta pasando mal", cerró y se ganó los aplausos de sus dirigidos, la mayoría conectados desde su casas. Sus palmas se escucharon por los parlantes.