Brasil

 La devaluación del real presiona al dólar paralelo y complica a Pesce

Esta semana el Banco de Brasil bajó la tasa de interés al 3% anual y el dólar rápidamente saltó a los 6 reales. Más tensión sobre el Mercosur.

El Banco Central de Brasil resolvió esta semana bajar su tasa de política monetaria al 3% anual para darle liquidez a la economía. Consideró que los riesgos de baja de la inflación por la desaceleración compensan a los riesgos de que se acelere por la inyección de circulante en la economía. Eso se tradujo dos días después, salida de capitales mediante, en un salto del tipo de cambio a los 6 reales por dólar y en una nueva advertencia para la Argentina sobre las brechas cambiarias.

Miguel Pesce venía recibiendo fuertes críticas por haber dejado escapar al dólar bolsa y al contado con liquidación. Porque para contenerlo necesitó poner nuevas restricciones a los fondos de inversión y debió sacrificar reservas internacionales que ya escaseaban.

Fuertes reproches a Pesce en el gabinete por la suba del dólar libre

En momentos en los que la diferencia entre el tipo de cambio oficial y el dólar libre se ubica en torno al 65% y el dólar soja ronda los $45 y el blue, los $120, los incentivos para liquidar exportaciones son mínimos y las expectativas de devaluación se incrementan. Incluso si el Banco Central ya convalidó una suba del dólar del 3,25% en el mes.

Y cual sobre llovido, mojado, ahora la devaluación de Brasil refuerza la presión devaluatoria. De acuerdo al Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral del Banco Central, la competitividad está en niveles similares a los de julio de 2019, justo antes de las PASO cuando el entonces candidato Alberto Fernández consideraba que el tipo de cambio estaba artificialmente bajo y debía rondar los $60, un 38% más que la cotización de aquel entonces.

El especialista en Comercio Exterior, Marcelo Elizondo, explicó a LPO que la devaluación de Brasil, al interior del Mercosur produce una dificultad de competitividad por costos, que se suma a las dificultades más estructurales en materia de competitividad y a la endeble situación macroeconómica que le espera al país una vez atravesada la pandemia.

"Los demás socios, en particular Brasil, tienen la posibilidad de devaluar sin que esto se traslade a precios porque tiene una moneda fuerte en la que su mercado confía y tiene instituciones con capacidad de defender el nivel de precios, como un banco central con muchas reservas y una política monetaria sana que nosotros no tenemos. Entonces ellos pueden devaular sin que se traslade a precios y la Argentina no. Técnicamente ya hay una devaluación de hecho en el mercado libre de divisas, pero no de derecho en el tipo de cambio oficial. Eso nos deja con atraso cambiario por partida doble: por devaluación de nuestro principal socio comercial y por desdoblamiento del tipo de cambio, lo que nos deja parados en el peor de los escenarios", dijo Elizondo.

"Además, en Brasil no devalúa el gobierno sino que devalúa el mercado como consecuencia de la salida de capitales de países emergentes y el gobierno acompaña esa devaluación. Como el mercado lo convalida, lo que no siempre sucede en la Argentina. Esto impacta a futuro en la relación bilateral por la tensión en materia de competitividad adentro del bloque y en detrimento de la Argentina", agregó.

La última vez que Brasil había devaluado, Donald Trump decidió castigar a la Argentina y a Brasil con restricciones arancelarias para las exportaciones de acero. Sin embargo, esta vez el especialista no prevé que la caída en la cotización del real se traduzca en represalias desde afuera del Mercosur.

"No creo que haya una eventual represalia de afuera del bloque por las devaluaciones. El mundo ha cambiado mucho, todos los países emergentes están sufriendo ajustes cambiarios por la salida de capitales. Creo que después de los confinamientos, cuando se recupere la 'normalidad', el mundo va a estar muy volátil, los países desarrollados han tenido una política monetaria muy generosa por decirlo de forma elegante y han podido hacerlo porque tienen instituciones respetadas por los mercados que hacen que las emisiones no se vayan a los precios".

"En todo caso, los conflictos van a tener que ver con los reacomodamientos geopolíticos y en eso veo a Brasil cerca de Estados Unidos y no susceptible de una sanción. Veo un mundo de bloques alineados entorno a Estados Unidos por un lado y a China por el otro y en el medio a países intentando acomodarse por fuera de esos bloques, pero con más incomodidad por las tensiones entre las potencias. Creo que el mundo que viene juega con otras reglas", concluyó.