EEUU

Golpeado en las encuestas, Trump explota con su staff y se lanza contra China

Las encuestas ponen a Tump por debajo de Biden en estados indispensables para ganar la reelección. Con 30 millones de desempleados el presidente se quedó sin mensaje.

 Donald Trump está muy preocupado y ya empieza a explotar contra su equipo de campaña. Desde que estalló la crisis del Covid-19, el presidente no ha podido salir de la Casa Blanca para protagonizar alguno de sus rallies de campaña por todo el país, una de sus actividades favoritas. Como remedio temporal Trump lanzó conferencias de prensa diarias para supuestamente informar sobre los últimos avances de la crisis sanitaria, sin embargo, en la sesión de preguntas y respuestas los eventos se deterioraron en verdaderas batallas entre el mandatario y los reporteros. Invariablemente, mientras la crisis y el número de víctimas crecía en EU, los índices de aprobación del mandatario empezaron a bajar. El comportamiento errático del mandatario no ayudó. Fue en una de estás conferencias en la que ­-aparentemente pensando en voz alta-Trump sugirió a sus especialistas que exploraran la posibilidad de inyectar desinfectante a los pacientes para acaba con el virus.

De acuerdo con el portal de análisis de data FiveThirtyEight.com, el presidente va a la baja en las encuestas, y no sólo en las nacionales -algo normal para Trump-sino en estados clave que va a necesitar ganar en noviembre si es que quiere pasar otros cuatro años en la Casa Blanca.

La ONU exige a Trump levantar el embargo económico contra Cuba por el Covid-19

El mensaje principal de la campaña Trump era la economía y las cifras de empleo. Frente a la peor catástrofe económica en un siglo y una tasa de desempleados que ya rebasa los 30 millones en apenas dos meses, el presidente se quedó sin pitch de ventas. Encima, el pueblo estadounidense simplemente no confía en la labor de su presidente frente al Coronavirus.

De acuerdo con una encuesta de Fox News -otrora la cadena consentida de Trump-el presidente tiene apenas 45% de aprobación sobre su manejo de la crisis sanitaria. Los votantes están depositando su confianza en sus gobernadores, no en el gobierno federal. Como comparación, el gobernador de Nueva York Andrew Cuomo alcanzó un índice de aprobación del 77% desde que la crisis empezó, a pesar de ser el estado más afectado con el virus. La gobernadora de Michigan registró un 63%; Phil Murphy de New Jersey tiene 72% en la misma encuesta.

De acuerdo con reportes en diferentes medios, estos números terminaron por colmar la paciencia de Trump, quien decidió descargar su frustración en Brad Parscale, su jefe de campaña. De acuerdo con CNN, el presidente acusó a Parscale de las nuevas cifras e incluso habría amenazado con demandar a su jefe de campaña, echándole en cara todo el dinero que había ganado trabajando para el presidente. "Yo también te amo", le habría respondido el estratega, de acuerdo con fuentes del New York Times.

En tanto, Joe Biden ha mantenido un perfil bajo desde que la crisis explotó. Su exposición se ha limitado a un podcast que él mismo lanzó, y que tiene no más de 40 mil personas de auditorio, videos bien armados, y video conferencias tranquilas donde sus correligionarios, como Hillary Clinton o Bernie Sanders, charlan de todos los cambios que van a logra cuando los Demócratas regresen a la Casa Blanca. Es una estrategia entendible. Biden es casi tan errático como Trump, aunque sus faux pas discursivos son más de persona distraída y divagante que de teórico de la conspiración. Su equipo de campaña entendió desde hace muchos meses que entre menos tiempo pase el exvicepresidente frente a los ojos de la nación, sus números irán mejor.

Brad Parscale, director de campaña de Donald Trump.

 Los demócratas, mientras tanto, han logrado colocar el mensaje de que Trump se tardó mucho en actuar contra el virus, a pesar de que recibió advertencias de su equipo de seguridad nacional desde enero.

Parece que el más reciente pastelazo de Trump ---cuando habló de inyectar desinfectante-- sí tuvo un efecto en el presidente. Canceló las conferencias diarias, como sus asesores llevaban recomendando desde semanas atrás, y al mismo tiempo regresó a sus greatest hits: mano dura contra los migrantes (cancelar la emisión de green cards), atacar a los gobernadores y acusarlos de no estar haciendo suficiente para combatir el virus, y más ahora también ha acusado a China de haber creado el SARS-CoV-2 en un laboratorio en Wuhan.

El jueves un reportero le preguntó al presidente si había visto evidencia que le hiciera creer "con un alto nivel de confianza" que el Instituto de Virología de Wuhan fue el originador del virus, Trump fue inequívoco: "Sí la he visto", respondió.

"Creo que la OMS debería estar avergonzada porque parecen la agencia de relaciones públicas de China, y este país les paga casi 500 millones de dólares por año".

También dijo que posiblemente China permitió que el virus se esparciera a propósito. "Ya sea que no lo [controlaron] por un tema de competencia, o permitieron que se esparciera", explicó. "Yo diría que probablemente se salió de control, pero hay otra cuestión, cómo es que pudieron detener todos los aviones y el tráfico entrante a China, pero no detuvieron sus aviones de venir a EU y a Europa".

Es muy pronto para definir una elección que ocurrirá hasta noviembre, y todavía no queda claro si la acusación de abuso sexual contra Joe Biden impactará de alguna manera al demócrata, quien ya rechazó haber cometido el acto del que se le acusa. Pero Trump tiene toda la razón en estar preocupado.