Antonio Escohotado

"Si fuera americano ¿cómo no voy a votar a Trump?"

Antonio Escohotado recibió a LPO en su departamento de Madrid. Repasa la crisis global y no ahorra críticas al Gobierno de España: "El rojerío intenta falsear la historia".

 Nos recibe, muy pocos días antes de ser ordenado el confinamiento de la sociedad en sus casas, en su domicilio a las afueras de Madrid, con un cocktail que acaba de descubrir: Baileys con tequila, al cual nos convida ("tres partes de Baileys y una de tequila"). Le acompaña también su habitual clara de cerveza, ya sin espuma. Fuma tres cajetillas de tabaco al día, aunque siempre con boquilla. Los cigarrillos son su principal gasto mensual, asegura "y lo peor son los gorrones". De esos que dicen que no fuman, pero aprovechan para autoinvitarse si ven que hay stock a la vista.

El autor de la célebre trilogía Los enemigos del comercio, cuyo primer tomo va por su undécima edición, es un hombre absolutamente ¿polifacético? ¿poliédrico? ¿multicultural? ...

Doctor en Filosofía del Derecho, economista, sociólogo, pero más famoso aún por su súper ventas Historia General de las Drogas, que escribió en el penal de Cuenca, acusado de ser el jefe de "la mafia hippie de Ibiza".

Duerme de día y trabaja de noche, 10-12 horas todos los días y siete días a la semana, aunque de vez en cuando se concede un descanso "como el de ahora, para dar una entrevista".

Además, es muy futbolero y madridista. Escribe artículos sobre el Real Madrid en La Galerna y seguramente en breve habrá más sorpresas sobre esto.

Ahora mismo está fascinado por asuntos tecnológicos industriales: circuitos integrados, minería del cobre, condensadores eléctricos... ingeniería; y los estudia con la determinación que aplicamos a los asuntos placenteros. "Descubrir lo ignorado es nuestro gran don, al que bien vale conceder gran parte de cada jornada. No voy a estar masturbándome" dice, jocoso. Por cierto, estas "incursiones en sociología e historia de las ciencias duras" le han provocado muchas críticas desde que publico en 1976 la primera versión española de los Principia mathematica philosophiae naturalis, precedida por un muy extenso estudio introductorio, y arreciaron con Caos y orden (1999), acusado por matemáticos y físicos de intrusismo "sin saber siquiera la tabla del 9". Con todo, los dos capítulos dedicados allí a ingeniería financiera prevén con alta aproximación la crisis de 2008.

"Nada de esto nos lo contaron, y ¡figúrate qué diferente sería nuestra perspectiva si lo hubiésemos sabido! ¿Cuándo lo supe yo? Al cumplir los 67 años, fruto de estudiar fuentes directas tan ajenas al anticomunismo visceral como el Marxists Internet Archive, un fondo espléndido por cierto para quienes investigan, en vez de limitarse a querer confirmar esto o aquello. El formidable éxito de la propaganda leninista solo puede parangonarse con la promesa de vida eterna por taxidermia -que sostuvo tan largamente al imperio faraónico, y sigue exhibiendo la sonrosada momia del redentor ateo en Moscú -, o con la resurrección de los cuerpos elevada a dogma por cristianos e islámicos, pues privándote de lo empírico en general no solo puedes difundir toda suerte de embustes, sino transformar la historia en una película arbitraria, donde la utopía -ese no lugar o u topos- usurpa el lugar de lo real.

"Dicha distorsión es a mi juicio el fenómeno más grave con mucho, y multiplica la responsabilidad de gente como (Steven) Pinker, (Angus) Deaton, (Deidre) MacCloskey o yo mismo, que somos los viejales más afanados en recobrar algo de ecuanimidad, conocimiento y atención a lo concreto... Me tomó 20 años de estudio incompartido reconstruir la historia del movimiento comunista, cuando sin los obstáculos artificiosos añadidos por la AgitProp sería patrimonio común, siquiera a grandes rasgos.

Muchas de las cosas inventadas por ella son tan elementales que dan vergüenza, otras son tan curiosas como que del Narkomcult parta el arte subvencionado o de vanguardia, que sustituyó el gusto espontáneo por obras maestras a condición de "explicarse" mediante especialistas autonombrados, prestos a desarrollar la estética de lo feo lanzada en su día por Baudelaire y el dandismo.

Me pregunto si mis colegas profesores de Historia empiezan a informarse, y tengo ganas de topar con alguno de la Complutense o la Autónoma para averiguarlo. Si callan lo que saben son unos cínicos, si no lo saben son unos incompetentes. Vaya momento de prosperidad inaudita para este país, plagado al tiempo de falsedades como las que propone convertir en dogma el engendro llamado Ley de Memoria Histórica, que el PP pudo y no quiso derogar. Pero me esforzaré en que Zapatero cate la prisión por abuso de poder -a cuenta de ella, de envenenar las relaciones intrafamiliares y de financiar el separatismo- y me he hartado de decirlo, por escrito y de palabra", nos cuenta al despedirnos, como quien no quiere la cosa.

La líterofobia y la verdadera casta

Los males de la sociedad actuales y del hombre en particular se resumen para Antonio Escohotado en que generalizar y ampliar la duración del periodo lectivo haya desembocado en una desmoralización de docentes y discentes manifiesta en fobia a la letra escrita. ¿Quién entre quienes sobreviven de los baby-boomers nacidos en los años 40 habría supuesto que sufragando con sus impuestos muchas más horas lectivas, y muchos más aspirantes a la enseñanza superior, iba a surgir una invencible pereza ante cualquier texto no mínimo, allí donde no venga apoyado por sonido e imagen?

Bien podría ser fruto de un aturdimiento inmediato ante la Red, el mayor hallazgo de los anales, que cancela en general cualquier distancia distinta de la sentimental; "pero mis nietos reciben la educación más esmerada sin dejar de ser ignorantes colosales, incapaces de leer con mínimo sosiego y aprovechamiento, ajenos al poso real de cosas y personas, de cuyo analfabetismo funcional depende tener gobernantes como los actuales".

"Tras tantos esfuerzos por abolir el sistema de castas, resulta que la única e inexcusable es la política", afirma severo, denostando a personajes como Pablo Iglesias (con el que, curiosamente, tuvo una afable relación personal) o su pareja Irene Montero, "cuya capacitación previa al cargo ministerial es cajera de supermercado". Su logro es vivir a cuerpo de rey del puro cuento, olvidando que los reflejos implantados por la propaganda son eficaces para el gregario y el sectario, pero dejan indiferente por completo a la naturaleza, que no toma jamás en cuenta las relaciones públicas. "Pero ¿cómo no va a votar la gente a una persona de tan incalificable grosería como Trump? Su reforma fiscal, por ejemplo, dejó exenta mi franja de renta -la de un jubilado con cuatro décadas de cotización-, mientras aquí a las retenciones se suman unos 15.000 euros. ¿Quién su sano juicio votará la memez propuesta por Sanders, cuando durante más de un siglo ni una empresa "nacionalizada" -entre docenas de millares- ha esquivado las siempre discriminatorias subvenciones? ¿Acaso inspiran más confianza las estrellas emergentes de una aspirante integrista, y adalid la otra del rencor chicano ante los gringos?"

Para rematar una formidable burbuja de deuda pública, "cuando todos los Estados están en quiebra técnica, empezando por los EEUU", y el interés del dinero ha caído a cero, confundir lo positivo de la confianza lograda con vivir del expolio fiscal al "no desfavorecido" arrastra a confundir el espíritu de la izquierda tradicional. "Yo crecí pensando que pertenecía a él porque vivo y dejo vivir, y veo en la pobreza lo intolerable, aunque la experiencia me convenció de que su único antídoto es aprender y ejercer algo útil para el prójimo, preservando la iniciativa individual como patrimonio básico.

Retomar las viejas fórmulas comunistas, cuando tanta pobreza y holocausto crearon, y tanta opresión y miseria siguen causando, es algo que parecía imposible hace no demasiado tiempo, pero ahora está sobre la mesa, amparada en literófobos que pretendiendo cuidar de "los vulnerables" sumen en indefensión e idiocia a los infelices dispuestos a creer antes de ver.

Por ello, este defensor a ultranza de la libertad dedicó tanto tiempo a averiguar cómo el juego de oferta y demanda crea mercados de bienes y servicios bien abastecidos, mientras el supuesto derecho de conquista revolucionaria reenvía a un mercado de personas reclutadas a la fuerza, con economatos desabastecidos en lugar de tiendas. La historia del comercio aparece jalonada por expropiadores ajenos a las ventajas de la relación consentida sobre la impuesta, que mirados a vista de águila resultan ser neuróticos llamados a domar personas, el más ilegal de los oficios, y el más afín a la odiosa casta.

Nos tenemos que ir. Jugaba el Real Madrid y tenía que ver el partido para escribir la posterior crónica.