Seguridad

Motines en las cárceles por el temor al Coronavirus

En Santa Fe se amotinaron más de mil presos de las cárceles de Coronda y Las Flores. También hubo incidentes en las cárceles de Batán y Varela en provincia de Buenos Aires.

 Más de mil de internos se amotinaron esta tarde en las cárceles de Las Flores y Coronda, provincia de Santa Fe, reclamando medidas de seguridad para evitar contagios de Coronavirus, marcado el punto más áspero de un conflicto que se reproduce en otras cárceles. 

Los internos denuncian falta de elementos de limpieza básicos como lavandina y sostienen que el servicio penitenciario no cuenta con la instrucción mínima para prevenir la propagación del virus. La delicada situación de las cárceles ante la pandemia fue tomada muy en serio por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que elaboró un documento con guías para los gobiernos (ver documento adjunto).

La OMS advirtió que de no tomarse medidas serias para evitar que el virus se propague en ámbitos de hacinamiento y sin cuidados mínimos como suelen ser las cárceles, puede ser un problema mayor para contener el virus en toda la población.

En Coronda ya hablan de un interno fallecido  y algunos efectivos policiales heridos aunque fuentes oficiales aseguran que el motín ya estaría controlados. Circulan videos con reclusos en los techos de las cácreles y ya se habla de fugas.

Sin confirmación por parte de las autoridades penitenciarias, un interno habría muerto como consecuencia de un ajuste de cuentas en medio del caos. Se trataría de un preso alojado en el pabellón n° 9 de la unidad penitenciaria.

Por lo pronto, el ministro de Seguridad provincial, Marcelo Saín, debió hacerse cargo del levantamiento a pesar que el Servicio Penitenciario fue retirado de la órbita de Seguridad y pasó a Gobierno que coordina Esteban Borgonovo quien tiene que guardar cuarentena por haber ido a correr una maratón a Montevideo.

La situación se agravó luego de haber sido interrumpidas las visitas externas a quienes se encuentran privados de su libertad y la imposibilidad de contar con alimentación adicional a la que se provee en las cárceles de manera habitual. 

Además, hacen propias las palabras de la Defensora Pública, la Dra. Jaquelina Balangione, quien advirtió a las autoridades acerca de la sobrepoblación de las unidades penitenciarias. A la denuncia de los internos se suman las realizadas por los propios trabajadores del Servicio Penitenciario. 

Muchos de ellos reconocen que no han sido asistidos con la medición de la temperatura correspondiente y ni siquiera cuentan con barbijos y guantes provistos por el Estado para poder trabajar.

A través de videos viralizados por WhatsApp, los presos también intentaron mostrar que el tipo de balística utilizada para intentar calmar el tumulto no estaría habilitada para su uso dentro del penal. Se trata de una bala conocida como "monoposta", cuyo uso estaría reservado para ambientes más amplios y para disparos a distancia, ya que su uso a corta distancia puede ser letal debido a la herida que provoca.