Corte Suprema

La guerra de las tabacaleras complica a Rosenkrantz

El rechazo del presidente de la Corte a una cautelar en favor de empresas nacionales generó revuelo en el Máximo Tribunal.

La embestida judicial de las grandes tabacaleras para sacar de la cancha a las empresas nacionales ya se dirime en la Suprema Corte y su presidente, Carlos Rosenkrantz, se alza como defensor del oligopolio mundial.

La pelea de fondo tiene como actores a las multinacionales Philip Morris-Massalin Particulares (EEUU), y Nobleza Piccardo (Inglaterra) quienes concentran el 90% del mercado y que se proponen conquistar el 10% restante, un segmento en el que se mueven pequeñas tabacaleras nacionales quer forjaron un nicho en ese mercado con cigarrillos de bajo costo, que se consumen en mayor medida en el siempre azotado conurbano bonaerense.

En esa pelea tuvieron como aliado al gobierno de Mauricio Macri, quien avanzó en una reforma impositiva al tabaco que redujo alícuotas para grandes corporaciones y perjudicó a las pequeñas y medianas empresas. LPO había adelantado la denuncia de la empresa nacional Tabacalera Sarandí (TS) quien acusaba al Philip Morris-Massalin Particulares, por supuestas maniobras para aprobar esa reforma.

Esa tabacalera nacional obtuvo una cautelar que suspendió la aplicación de la ley a sus productos hasta que se resolviera la cuestión de fondo, que es su pedido de inconstitucionalidad. Sin embargo, la AFIP llegó a la Corte Suprema con el expediente, luego de que la Cámara rechazara su recurso extraordinario.

Acusan a Massalin y a ex funcionarios de Macri de beneficiar a las grandes tabacaleras

Allí es donde empieza a aparecer Rosenkrantz. Según da cuenta El Cohete a la Luna, el presidente del Tribunal Supremo dispuso que se solicitara opinión a la Procuración General y la procuradora de derecho público no penal, Laura Monti, dictaminó que debía rechazarse la cautelar, porque no estaba demostrada la verosimilitud del derecho invocado. De inmediato, Rosenkrantz firmó un voto de acuerdo con la opinión de Monti. Sucede que el magistrado pidió al asumir la presidencia de la Corte tener el primer voto en causas con intereses económicos.

Pero el vínculo del presidente de la Corte con las multinacionales del tabaco va más allá: su hija, Julia Rosenkrantz, ingresó estudio Marval, O'Farrell & Mairal, el presidente de la Corte notificó que se excusaría en todas las causas que llegaran desde allí. Sin embargo no lo hizo.

Philip Morris-Massalin Particulares es un cliente histórico de Marval y para que fuera menos evidente, el abogado del estudio, Gustavo Grinberg, abrió su propio bufete de modo de seguir representando a la tabacalera estadounidense.

Según El Cohete a la Luna, en el buscador de causas judiciales del fuero contencioso administrativo del Poder Judicial, el estudio Marval O'Farrell y Mairal sigue representando a Massalin en todas las causas tributarias.

Pero además, quien representa a British Tobacco-Nobleza Picardo en esta causa es nada menos que Alberto Tarsitano, quien habitualmente comparte asuntos con Gabriel Bouzat, el socio histórico de Rosenkrantz.

La reforma tributaria

La reforma de la ley 27.430 -aprobada en 2017- modificó la tasa general de impuestos internos, disminuyéndola del 75% al 70%, y estableció un impuesto mínimo fijo de $ 28,00 -actualizable- para cada envase de veinte unidades.

Aplicada la tasa general del 70% del impuesto, que da como resultado $28 -equivalente al impuesto mínimo- el precio de venta resulta en $51,69. Todos los precios de venta que sean mayores a este valor liquidarían y pagarían con la alícuota del 70%, mientras que todos los precios de venta que sean inferiores tributarían el pago del impuesto mínimo.

Según plantea la tabacalera nacional, esta reducción benefició exclusivamente a las grandes empresas que son las que comercializan las marcas más caras, por ejemplo, Marlboro; Phillip Morris; Benson & Hedges; Parliament; Virginia; L&M, todas de la firma Massalin Particulares.