Brasil

Coronavirus: La caída de la economía China pegó en Brasil y prevén que arrastre a Argentina

El bajón del gigante asiático ya golpeó a su par latinoamericano, que tiene los primeros casos de la región.

Si la caída de las Bolsas en el mundo revelan desconfianza sobre cuál será la evolución de la economía mundial, por obra y gracia del Coronavirus, el derrumbe del iBovespa en San Pablo: -7% este "miércoles de ceniza", indica el grado de ojeriza que causa el COVID-19 entre inversores y empresarios en Brasil. 

Hay un consenso: si lo que ahora el gobierno brasileño define como "gripe" mañana llega a transformarse en una pandemia, el escenario se torna mucho más complicado. Lo primero que irá a suceder es una disminución de consumo e inversiones; con alteraciones en el sistema productivo. Y a la par se depreciarán los activos financieros.

Los infectólogos afirman que la enfermedad no tendrá tintes dramáticos. Y sugieren evitar el pánico. Con todo, aseguran que la propagación de la enfermedad en el territorio brasileño "no podrá ser contenida". Dicen, además, que aún no se sabe mucho del coronavirus y "su elevado nivel de transmisibilidad, en ciudades como las brasileñas de alta densidad poblacional, contribuirán para que el país tenga un número considerable de enfermos".

Por eso, entre economistas y expertos del mundo financiero ya hay una coincidencia: "Ningún país saldrá ileso de esa crisis". Y advierten que viene a combinarse con un ciclo decadente de la economía mundial. Dicen también que "aquellos que celebraron" los aprietos por los que pasó China, ahora tendrán que morder la misma manzana envenenada. 

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En el gigante asiático, todo indica que la campana de Gauss de esta nueva dolencia parece haber comenzado la curva descendente. Pero aun así al gobierno chino le costará tiempo y esfuerzo el retorno a la normalidad. Y aquellos países con alto grado de intercambio comercial con esta potencia, como es el caso de Brasil, deben sufrir además la propagación de la epidemia en sus propios territorios. 

De hecho, los brasileños ya registran desde el martes un caso confirmado; y las autoridades sanitarias esperan los resultados de los test en otras veinte personas. Entre ellas, 12 procedentes de Italia. La conducta "recelosa" de los inversores Bolsa de Valores de San Pablo, que el miércoles declinó en -7%, refleja además la preocupación por los impactos en las empresas industriales de las consecuencias de una paralización prolongada, que viene desde inicios de enero, en el abastecimiento de insumos "made in China" para las cadenas globales de producción.

El impacto en la industria brasileña ya se nota en las exportaciones chinas de bienes intermedios, especialmente en los segmentos de electrónica y electrodomésticos, que representan 10% del total producido por el mundo en ese sector. En una economía globalizada las líneas de producción dependen de la oferta de insumos intermedios y materias primas procedentes de distintos países, y el caso brasileño no escapa a esa ley general. 

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El coronavirus que estalló primero en la provincia Hubei de China, llevó a las paralizaciones de las industrias, y afectó también la provisión de componentes para la industria automotriz y los laboratorios farmacéuticos. El desenlace de ese fenómeno ya es visible: los fabricantes de aparatos celulares y computadores empezaron a dar vacaciones a sus trabajadores, por culpa de las cuarentenas y los cierres de industrias chinas que afectaron a sus socios comerciales. 

LG suspendió las actividades de su planta paulista en Taubaté por los próximos 10 días. Otro tanto ocurrió con Motorola. El sector le compra a China 42% de los componentes que utiliza, en un volumen de importaciones que alcanzó en 2019 los 8000 millones de dólares. Otra 38% procede de otras naciones asiáticas. La cámara empresarial de ese segmento productivo (Abinee) informo que 57% de las empresas asociadas tienen problemas para recibir materiales importados.

Son aciagos los pronósticos de la economía de la principal economía sudamericana. Se habla para este primer trimestre del año de una expansión próxima a cero: un crecimiento de tan solo 0,1% comparado con el cuarto período trimestral de 2019. Las previsiones tienen fundamento: China es el mayor cliente de las exportaciones de Brasil. El año pasado, el coloso asiático absorbió 30% de las ventas externas brasileñas al mundo.

Cerca de la recesión

Con la aparición del primer caso brasileño de Coronavirus, se terminaron de esfumar las proyecciones que indicaban para este año un crecimiento del PBI de 2,5%, lo que iría a representar un salto considerable frente al 1% de los últimos tres años. Si, como se prevé, el Coronavirus derriba las grandes economías del mundo (por ejemplo, Europa), los analistas marcan como "altamente probable" que este año el PIB brasileño esté más próximo de cero.

La comercialización externa de la carne bovina ya refleja la tendencia a declinar de la actividad económica. En la tercera semana de febrero hubo una caída de los precios ganado porque los frigoríficos disminuyeron las compras. 

"Las cuarentenas decretadas en ciudades importantes y las dificultades para almacenar containers refrigerados en los puertos, ya produjeron dificultades para la circulación de mercaderías. Esas incertidumbres ya produjeron una caída de precios de la hacienda vacuna" indicó un estudio del Instituto de Investigación Económica Aplicada (IPEA).

Uno de los especialistas de esa institución, José Ronaldo de Castro, sostuvo que la epidemia de Coronavirus irá a afectar el Producto Bruto Interno agrícola brasileño "en la medida en que se reduzca la demanda externa de carnes". Es un fenómeno que se registró en Argentina, donde la exportación del producto cayó 30%.

Los analistas no dudan. "Con un crecimiento de China limitado, habrá menos exportaciones y eso impacta en los grandes conglomerados industriales como Vale y Petrobras". Este miércoles, las acciones de ambas empresas acusaron el impacto: las acciones de la petrolera estatal brasileña cayeron 9,47%; las de la Compañía Siderúrgica Nacional experimentaron un derrumbe de 10,66%. Desde luego, las que más sufrieron fueron las aerolíneas: cayeron 15% los papeles de GOL y casi 14% los de Azul.

Otras grandes compañías brasileñas experimentaron tendencias negativas: Usiminas, Suzano y Gerdau figuran entre las que acusaron pérdidas en sus papeles negociados en Wall Street. Y el precio del dólar acompaña: ayer batió un record de alta al cerrar en 4,44 reales. El valor del petróleo, en cambio, decae a niveles inferiores a la llamada "barrera psicológica" de los 50 dólares: ayer se cotizó a 49,14 dólares el barril. El American Petroleum Institute ofreció un panorama pesimista en la descripción del futuro petrolero para los próximos meses. Indicó, entre otras cosas, que "el mercado del combustible para aeronaves fue el que más sufrió con la epidemia de coronavirus". La entidad redujo en más de la mitad el crecimiento de la demanda global para 2020.