Rosario

Los Monos: la balcanización del mercado narco detrás del recrudecimiento de la violencia

Con los principales cabecillas presos, las segundas líneas de las bandas se disputan a tiros el control del territorio. Escuchas judiciales dejaron en evidencia la red extorsiva que Guille Cantero digitaba desde la cárcel.

La balacera al Casino City Center que derivó en la muerte de un gerente del Banco Nación que había salido al balcón a fumar un cigarrillo y recibió un disparo en la cabeza, generó una gran conmoción en la población y en la clase política.

La investigación llevada adelante por el Ministerio Público de la Acusación pudo develar que el ataque había sido ordenado por Guille Cantero desde el penal de Marcos Paz, donde cumple varias condenas por distintos delitos, ninguno liviano.

La fiscalía pudo determinar, a través de escuchas telefónicas, que unos días antes de que se produzca la balacera, el heredero del clan Cantero le encomendó a Maximiliano "Cachete" Díaz el "laburo" en el City:

"Todo bien ahí. Tipo ocho voy a ir al City a ver qué onda", se lo escucha decir a Cachete y le asegura a su jefe que los autores y la logística ya están a punto para la faena. "Lo hacemos bien a ver si nos dan algo bien piola", le responde Guille, uno de los más crueles de la familia.

El diálogo entre Cachete y el líder de Los Monos dejó varias aristas para el análisis judicial y del poder político que debe administrar los recursos para prevenir nuevas oleadas de violencia extrema. En principio, no se desprende que el atentado esté vinculado con la principal hipótesis con que se manejó el ministro de Seguridad de la provincia, Marcelo Saín.

Si bien es cierto que uno de los problemas estructurales en la trama narco es la vinculación de policías (algunos de altísimo rango) con las bandas criminales, lo que se evidencia en este caso es el gerenciamiento de uno de los negocios que le permite a los cabecillas de Los Monos contar con recursos; el negocio de la extorsión.

Con los cabecillas de las grandes familias narcos detenidos o ultimados, las segundas líneas de estas bandas iniciaron una feroz guerra por el control del territorio que se fue fraccionando cada vez más al punto que en algunos barrios la pelea a muerte se dan entre bunkers que se encuentran a muy poca distancia.

 Con los cabecillas de las grandes familias narcos detenidos o ultimados, las segundas líneas de estas bandas iniciaron una feroz guerra por el control del territorio

En consecuencia, Los Monos vieron cada vez más dificultoso garantizar la "seguridad" a aquellos vendedores a los que les cobraban un canon periódico para que puedan comercializar drogas sin inconvenientes y empezaron a extender esa protección a locales del mercado formal: boliches, sindicatos y al mismo Casino.

Meses atrás, durante la gestión de Maximiliano Pullaro al frente del Ministerio de Seguridad, hubo una seguidilla de atentados a balazos a bares y boliches nocturnos. Las investigaciones judiciales advirtieron que se trataba de acciones de intimidación que generalmente ejecutaba Maximiliano "Cachete" Díaz por orden de Guille Cantero.

Por ese motivo es que fiscalía venía escuchando las conversaciones que tenía Cantero y que luego de producirse la balacera tomó sentido y permitió dar con el autor de forma rápida. De hecho, Cachete estaba apuntado por haber organizado algunos de los tiroteos contra edificios públicos o particulares vinculados a funcionarios de tribunales que, a diferencia de lo que ocurrió en el Casino, tenía por objetivo incidir a través del amedrentamiento en distintas instancias judiciales.

El modus operandi extorsivo era de lo más rústico: exigir dinero a cambio de "protección" que en caso de incumplimiento, una lluvia de balas contra el "cliente" lo exhortaba a "contratar" el servicio. Una técnica que utilizan los carteles mejicanos.

Cuando fue destituido Horacio Boix del Sindicato de Peones de Taxis, la nueva comisión sufrió los aprietes de la banda por este motivo. A varios dirigentes le balearon la casa porque el nuevo secretario general se negaba a pagarle y terminó denunciando la extorsión.

Algo similar sucedió con el Casino. Entre mito y realidad, la historia cuente que cuando la casa de juegos se iba a instalar en barrio Las Flores, los Cantero fueron quienes organizaron el traslado de las familias del terreno donde se iba a levantar.

En el proceso de construcción del lujoso Hotel Casino, vecinos de Las Flores recuerdan que tenían prioridad a la hora de ser empleados por las empresas contratistas que trabajaban en el proyecto. No se podrá comprobar nunca pero muchos adjudicaban el privilegio a la acción directa de Los Monos.

A su vez, según fuentes al tanto de los negocios del City Center, en diálogo con La Política Online, reconocieron que en la época de Pájaro, Los Monos habían llegado a instalar un jugoso sistema de remises truchos que tenían exclusividad en la explanada y que fue descubierto cuando se hicieron controles en el lugar, aunque sugieren que sigue vigente.

El otro "negocio" estaba relacionado con el "servicio de protección". Con el cambio en la administración del Casino, las nuevas autoridades no acordaron con la banda y eso derivó en la orden que bajó Guille Cantero a Cachete desde el penal de Marcos Paz "a ver si nos dan algo bien piola".

La balcanización del territorio narco

Desde la década de los '90, el tráfico de drogas estaba en manos de unas pocas familias que se repartían la ciudad. Los Monos era liderado por Claudio "Pájaro" Cantero junto a su padre, Ariel "El Viejo" Canero y su mamá Celestina "La Cele" Contreras. Por otro lado estaban los Ungaro, Medina, Caminos y Alvarado, entre otros clanes.

Este esquema se hizo trizas cuando en mayo de 2013 asesinaron a Pájaro. El crimen desató la guerra y los jefes fueron cayendo una a uno por ajustes de cuentas del bando enemigo o presos. Sin cabezas visibles, las segundas líneas de estas organizaciones produjeron la balcanización del narcomenudeo que derivó en cantidades de muertos.

 Cuando hay un crimen en Las Flores es de esperar que haya replique en Tablada y Barrio Municipal que si no se para, se extiende hasta la Zona Cero, en Nuevo Alberdi 

Cada uno controla una quintita muy chica, una "jurisdicción" que se reduce, con suerte, a un par de manzanas que se protegen de la competencia a sangre y balas por jóvenes muy marginales que generalmente no cuentan con recursos para ampliar el negocio a una organización más compleja como sí lograron los primeros clanes. Los familiares de los muertos no esperan, ni les interesa, que actúe la justicia. La venganza directa es ley.

Sin embargo, hay patrones y "a pesar de lo que dijo Saín que no existen mapas del delito, está muy bien estudiado", explicó a LPO un ex funcionario del gobierno anterior. "Cuando hay un crimen en Las Flores es de esperar que haya replique en Tablada y Barrio Municipal que si no se para, se extiende hasta la Zona Cero, en Nuevo Alberdi". Esto ocurre porque los apellidos se repiten y el encadenamiento opera como una red de venganzas sucesivas.

En consecuencia, sostuvo la misma fuente, es fundamental que, cuando se produce un asesinato en alguno de estos barrios se tenga en claro las posibles derivaciones para enfriar el ambiente con refuerzo de patrullaje o allanamientos judiciales a quienes están sospechados de haber participado: "de esta manera evitas las escaladas que estamos viendo en los primeros días del año", concluyó.