"RIOS BUSCABA MATAR MAS GENTE"

El presunto tirador serial del Belgrano "se preparaba para cometer hechos de gran magnitud", según Seijó.

Por Juan Alonso

Tal como adelantó en exclusiva La Política Online la semana pasada, la jueza María Fontbona de Pombo finalmente procesó y le dictó la prisión preventiva a Martín Ríos, de 27 años, por considerarlo responsable del crimen de Alfredo Marcenac. Con esta fallo de primera instancia culmina el debate jurídico-forense en torno a la compleja personalidad de Ríos.

Entre los fundamentos de la magistrada queda claro que el imputado habría "asesinado por puro placer". Como era lógico, la defensa del presunto tirador serial de Belgrano, cuyo perito forense es el legista Mariano Castex, adelantó que apelará la medida, porque sostiene que en el expediente no existe ningún testigo que lo señale a Ríos como el responsable de los disparos de la muerte en Cabildo al 1700.

Sin embargo, fuentes de la investigación, confiaron en que la acusación es sólida. Y la pistola Bersa, calibre 380 (el arma homicida), que Ríos llevaba entre sus ropas cuando fue detenido en Munro, le juega en contra a sus abogados que pretenden evadir la condena con el argumento de que padecería una especie de incapacidad mental. Algo poco probable según los especialistas consultados.

Un solo dato de la realidad resquebraja esa estrategia: las pericias balísticas lo señalan como autor de los doce disparos que acabaron con la vida de Marcenac e hirieron a otras 6 personas. Algo que sólo pudo lograr concentrado y huyendo calculadamente hacia su casa de la calle Crámer.

Tal es así, que el abogado Julio Rozas, representante de la familia Marcenac, definió a Ríos como "un chacal, un animal que mata por placer". Rozas dijo estar conforme con el dictamen de la jueza Pombo y calificó al único procesado de la causa como "un inadaptado social con sus facultades mentales plenas al momento de accionar el gatillo".

Para revelar cuál es la verdadera patología de Ríos y si era capaz de planear sus ataques para continuar asesinando, consultamos al destacado psiquiatra forense Alfredo Seijó, con más de 35 años de experiencia en materia penal.

La Politica Online: ¿Por qué Ríos es imputable?

Alfredo Seijó: Es imputable porque en el momento de realizar el acto conocía la criminalidad del hecho y podía dirigir sus acciones. Esta es la definición que lo determina como imputable en materia penal. Un débil mental no puede dirigir sus acciones. Un ejemplo similar podrían ser los drogadictos o los alcohólicos. En cambio, a este señor, el hecho de que sea un sociópata o un psicópata no lo coloca en el lugar de excusable. Es muy distinto a las situaciones en que los agresores actúan bajo emoción violenta. En esos casos, el porcentaje de disparos que dan en el blanco es bajo. La persona está fuera de sí. Y Ríos gatilló doce veces, logrando diez impactos. Podría haber matado a mucho gente. Y lo más grave es que estuvo a punto de lograrlo.

LP: Los investigadores sostienen que adoptó posiciones de tiro propia de los tiradores frecuentes, ¿usted qué opina?

Alfredo Seijó: A mí me llamó la atención la frialdad de este hombre. Porque en un momento disparó con el arma a la altura de la cintura, apoyándose en la cadera, como en las películas del Medio Oeste Americano, y eso no lo puede hacer cualquiera. Evidentemente él sabía que estaba provocando pánico y quería disimular los balazos en una actitud sumamente calculada. Pero con el fin de seguir matando. Si es un psicópata o un perverso tiene que rendir cuentas ante la ley.

LP: ¿Es decir que este hombre podía continuar con su accionar violento?

Alfredo Seijó: Sí, por supuesto. Yo considero que Ríos evaluó el crimen de Marcenac como un ensayo, una prueba para sí mismo, un impulso para intentar cometer actos de gran magnitud. No hay descartar de ninguna manera ese dato y esa hipótesis. Hay varios personajes así en nuestra historia reciente: en Rosario, un hombre causó heridos y un muerto. Hace unos años hubo un joven que disparaba con rifles de aire comprimido a corta distancia.... Y ahora Ríos podría haber seguido con accionar porque estaba capacitado para disparar y pegar. Por suerte lo detuvieron antes, porque podría haber sido una tragedia mucho mayor.