España

El plan económico de Vox: más cerca de Bolsonaro que de Trump y Le Pen

A diferencia de otras expresiones de la extrema derecha internacional, las ideas económicas de Vox están más cerca del ultraliberalismo que del nacionalismo.

En su campaña del 2016, Santiago Abascal imitó el lema de Donald Trump y llamó a "hacer a España grande otra vez". Sin embargo, el programa económico de Vox está más ligado al ultraliberalismo que al nacionalismo que pregona el presidente de Estados Unidos. La ideología económica del nuevo fenómeno de la política española está más cerca del brasileño Jair Bolsonaro y su todopoderoso ministro Paulo Guedes, un Chicago Boy, que del proteccionismo de Trump o la francesa Marine Le Pen. O del antieuropeismo de Matteo Salvini.

"Desconfíen siempre del Gobierno", es la máxima de Rubén Manso, el cerebro económico de Vox. Es también el título de un libro de artículos de Manso, un liberal convencido fichado tras varias tentativas por Iván Espinosa de los Monteros.

Manso puede presumir de CV: doctor en Economía, licenciado en derecho, inspector del Banco de España en excedencia; con larga trayectoria en despachos legales de prestigio y con su propia consultora. Además, es militar en la reserva, pero todos los años va de campamento con las milicias. También es ferviente religioso: esta noche agradeció especialmente a Dios y al Rey por el resultado electoral.

Vox apela en forma permanente a la identidad española y a la protección de las fronteras frente a la inmigración ilegal. También a la defensa de los valores cristianos y occidentales, así como de la familia y la vida. Pero su postura ultraconservadora, a diferencia de otras fuerzas cercanas a nivel internacional, se combina con el ultraliberalismo económico. De hecho, gran parte de sus primeros votantes provienen de aquellos decepcionados con el Partido Popular por la subida de impuestos aplicada por Mariano Rajoy y por la deriva al centro del 'marianismo'.

El programa económico de Vox

Su programa contempla una bajada de impuestos general ("la mejor política es meterle el dinero en el bolsillo al ciudadano", afirman), con dos tramos de tipos impositivos (22% para rentas inferiores a 65.000 euros anuales y 30% a partir de ahí), así como supresión de otros como sucesiones.

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En su plan presentado para las elecciones autonómicas de este año, Vox plantea además una "reestructuración y privatización de empresas públicas" y una reducción de la carga fiscal que implica la supresión del impuesto sobre Patrimonio y del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. La mayor guerra de Vox, sin embargo, es contra las autonomías, a las que propone suprimir por completo.

En cuanto a la relación con la Unión Europea, Vox plantea una postura algo ambigua. La fuerza de Abascal evita etiquetarse como euroescéptica aunque tiene una postura muy crítica de la deriva de Bruselas y llama a recuperar los valores tradicionales del continente.

Posturas que ahora tendrán una voz mucho más fuerte en el Congreso de los Diputados, donde Vox pasará de 24 hasta 52 diputados. El partido de Abascal ha sido el gran beneficiado de la repetición electoral. "Es la gesta política más fulgurante y más rápida de la democracia española", celebró este domingo el líder del partido.

La disparada de la ultraderecha

El 28 de abril, la ultraderecha conseguía 24 diputados tras obtener 2,677 millones y el 10,26% de los votos e ingresaba así por primera vez al Congreso de los Diputados. Este domingo, Vox obtiene un millón de votos más en un contexto de menor participación y más que dobla la cantidad de diputados para convertirse en la tercera fuerza por detrás del Partido Socialista y el Partido Popular. Además, se convierte en la primera fuerza en Murcia y Ceuta y la segunda en Andalucía.

La ultraderecha es la gran ganadora de las elecciones en España y el PSOE retrocede

Inflamado por los disturbios en Cataluña tras la sentencia del procés y la exhumación de Franco, Vox ha aprovechado la repetición electoral para confirmarse como el gran fenómeno de la política española. El partido, fundado a fines de 2013, está viviendo un crecimiento espectacular y de esta manera imita el auge de las formaciones de ultraderecha en el resto de Europa.

El subidón es notable: hace apenas tres años, Vox obtenía apenas el 0,2% y no llegaba ni a los 50.000 votos tras una campaña en la que Abascal acabó detenido en Gibraltar por desplegar una bandera española en el Peñón.

El resultado de este domingo no le alcanza a Vox para conformar Gobierno con el Partido Popular y Ciudadanos pero los escaños obtenidos permitirán a los de Abascal incrementar de forma notable su influencia en un escenario polarizado. Además, el resultado dificultará aún más una posible abstención del PP a una investidura al Partido Socialista, ya que le regalaría un importante espacio a la derecha. "Estamos consolidando una alternativa patriótica y social", celebró el portavoz del Comité de Campaña de Vox, el eurodiputado Jorge Buxadé, en la noche más feliz de la ultraderecha.