Diputados

Alberto apuesta a los votos de Schiaretti para aprobar el presupuesto

Intentará un acuerdo con Juntos por el Cambio, pero necesita de los cordobeses para llegar el quórum sin ellos. El interbloque oficialista que se gesta.

La neutralidad del gobernador de Córdoba Juan Schiaretti en la elección presidencial rindió sus frutos, después de triunfo más ajustado que el esperado, Alberto Fernández empezó a tener en cuenta a sus diputados para aprobar el presupuesto antes de fin de año.  

Con los resultados de octubre, el Frente de Todos, con todas sus acepciones (renovadores, camporistas, gobernadores, etc.), llegará a 110 votos y la confianza de sumar aliados de bloques provinciales,  pero a diferencia de lo que hubiera ocurrido si se repetían los resultados de las primarias, junto a los socios posibles no completan los 129 necesarios para la mayoría simple. 

Anotan como ayudas seguras a los 7 santiagueños, los 3 misioneros y los 3 puntanos, para llegar a 123 que, confían los líderes del kirchnerismo, tendrán de piso en cada sesión, por encima de los 119 que se alistan en las tres vertientes de Juntos por el Cambio (PRO, UCR y Coalición Cívica). Además, la neuquina Alma Sapag y el rionegrino Luis Di Giácomo asoman como posibles aliados si sus gobernadores se lo indican.

¿Y el resto? Agustín Rossi, que seguiría siendo el jefe de la bancada kirchnerista, se esperanza en capturar a 3 de los 7 diputados de Consenso Federal: los bonaerenses Alejandro Rodríguez, Eduardo "Bali" Bucca y el salteño Andrés Zottos.

Todos tienen pasado y presente en el peronismo pero Graciela Camaño intenta retenerlos para rearmar "el Grupo A", aquella unidad opositora que dominó el recinto de la Cámara baja entre 2009 y 2011. Los números siguen siendo finos y la única manera de garantizar una mayoría es con los cuatro diputados de Córdoba, leales a Schiaretti.

Schiaretti tiene 4 diputados y pueden garantizarle a Alberto el quórum de la mayoría de las sesiones. Confían en que aprueben el presupuesto y otras leyes no conflictivas en diciembre. 

Seguirán agrupados en el sello Córdoba Federal con Paulo Cassinerio, posible jefe de la bancada; el aún legislador Carlos Gutiérrez, Héctor Muñoz (reemplazo de Martín Llaryora, electo intendente de Córdoba) y Daniela Passerini, que sustituirá a Alejandra Vigo, esposa de Schiaretti y electa diputada provincial.

En el kirchnerismo recuerdan que aún en las peores épocas del enfrentamiento entre Cristina y Schiaretti los cordobeses aprobaban cada presupuesto y están seguros que esa actitud se mantendrá y por lo tanto la ley de leyes, enviada por Hernán Lacunza el 15 de septiembre, podrá girarse al Senado sin contratiempos sin pedirle ayuda a los ahora oficialistas.

Claro que el gobernador cordobés bien puede aprovechar la oportunidad para empezar a exponer sus demandas. Una sería el aval para refinanciar sus vencimientos de deuda externa, que ya había negociado con Lacunza. Otra son los compromisos de Anses para cubrir el déficit previsional. 

El macrismo tienta a Graciela Camaño para rearmar el "grupo A"

La agenda de leyes para diciembre aún está por definirse pero incluiría una regulación para inversiones energéticas, la creción del consejo económico y social, del consejo de seguridad y alguna reforma tributaria y/o previsional, siempre para mejorar la situación de pymes o jubilados.

O sea, un temario que no parece conflictivo para negociar con Juntos de Cambio, el plan principal de cada sesión. "9 de cada 10 legisladores son de uno u otro bando. Es el Congreso del 89: o hay acuerdo entre las dos fuerzas principales, o no funcionan", comparan los kirchneristas.

Perdieron las esperanzas de tener como aliados a una decenas de peronistas del PRO referenciados en Emilio Monzó, que después de las primarias habían empezado a negociar con gobernadores.

"Esa idea había tomado forma si Macri desbarrancaba, ahora quieren hacer un bloque dentro de Juntos por el Cambio. No podemos contar con ellos", se resignan.

El frente de todos quedaría constituido por varios bloques que confluirían en un interbloque, o al menos es la voluntad de sus referentes y por ahora Alberto no dio otras instrucciones.

El kirchnerismo, o FpV-PJ, será el mayoritario con más de 60 escaños, seguido por el PJ o "el bloque de los gobernadores", como elija llamarse, una veintena de diputados que reportan a los mandatarios de La Rioja, La Pampa, Tucumán, Entre Ríos y Chaco. Se sumarían los jujeños Julio Ferreyra, José Luis Martiarena y Carolina Moises, el mendocino Alejandro Bermejo, la fueguina Rosana Bertone y la santafesina Alejandra Obeid.

Sergio Massa mantendría el Frente Renovador con 8 diputados, Red Argentina con 3, aunque pueden reducirse a Facundo Moyano si Daniel Arroyo y Felipe Solá se mudan al Gabinete. Si se van los dos serían reemplazados por Lliliana Schwindt, quien quedó a las puertas de ser electa en la boleta de Lavagna pero si sumaría al Frente Renovador por haber integrado esa boleta en 2017; y Jorge Sarghini, el ex ministro de Economía bonaerense, que fuera diputado y muy crítico del kirchnerismo. 

La gobernadora Lucía Corpacci armó un bloque de 3 y habría muchos monobloques, como el de Fernando "Pino" Solanas, Itai Hagman (Patria Grande), Leonardo Grosso (Movimiento Evita) o Victoria Donda. Por ahora, cada uno se siente cómodo sosteniendo su identidad, como parte del frente Todos. Nadie les pidió otra cosa.