Elecciones 2019

El Quinto Peronismo

Alberto Fernández deberá navegar una nueva etapa del peronismo en el poder, con liderazgos y definiciones programáticas por saldar.

Visto muy de arriba el dato saliente es la increíblecapacidad del peronismo de recuperar el poder, como sea. Una vez más lo dieronpor muerto y una vez más volvió, confirmando que es uno de los movimientospolíticos de mayor vitalidad del mundo.

Ahora, si acercamos un poco la mirada, nos encontramos conenormes interrogantes. Cada peronismo fue distinto al anterior, de manera quesalvo cierta solvencia en el manejo del poder, es poco lo que se puedeanticipar sobre lo que viene, si buscamos en el pasado.

Alberto Fernández es el emergente de un axioma recurrente:cuando el peronismo se une es muy difícil que pierda una elección. Se subió ala aplanadora que activó Cristina con su paso al costado y liquidó el partido.Pero lo hizo por un margen menor al esperado y acaso por un exceso de confianzasubestimó la capacidad de recuperación de Macri, que terminó entregando el segundodato saliente de la elección.

Macri eligió pararse sobre ese 30 por ciento visceralmenteanti peronista y en su sprint final estiró la diferencia por encima de los 40puntos. No es poco. Pero ahora los recursos económicos, administrativos y elrol institucional quedaron en manos de Rodríguez Larreta, que conjuga el lustrede un triunfo histórico con la habilidad de ubicarse en el lugar del hombreelegido por el peronismo, para encabezar una oposición "racional". La resoluciónde la puja por el liderazgo opositor, que es lo mismo que hablar de lacandidatura del 2023, es parte de lo que viene.

Frente a esa tensión, también se abre la temporada para otro deportede riesgo: la interna peronista.

En el entorno de Alberto Fernández algunos llegaron a soñarcon superar el 54 por ciento que sacó Cristina en su reelección y matar alnacer las dudas de liderazgo que plantea que haya sido la vice quien eligió alpresidente. No puso ser. Ahora le queda al nuevo Presidente buscar en elejercicio del Gobierno la ratificación interna del liderazgo político que lasurnas le asignaron.

En el entorno de Alberto Fernández algunos llegaron a soñar con superar el 54 por ciento que sacó Cristina en su reelección y matar al nacer las dudas de liderazgo que plantea que haya sido la vice quien eligió al presidente. No puso ser. Ahora le queda al nuevo Presidente buscar en el ejercicio del Gobierno la ratificación interna del liderazgo político que las urnas le asignaron.

Su apelación constante a la idea de Uruguay puede ayudarlo.La etapa que viene necesita recuperar algo de esa sensibilidad de buenosvecinos, de luces tenues, de mate en la puerta y palabras consideradas. No va aser fácil navegar una economía a la que se le cayeron hasta los alambres,mientras se abordan discusiones troncales de definición ideológica,programática y de poder.

Parlamentarismo de facto

Como presidente/primer ministro de la coalición peronistaque le toca articular, Alberto Fernández tiene que jugar un ajedrez de mundosparalelos: conciliar la política interna mientras acierta en la gestión. Y lotiene que hacer rápido. Se podrá decir que es un esfuerzo sobrehumano, pero elhombre siempre quiso estar en el lugar que está y para eso se preparó.

Ahora entremos a la obra, siempre con el casco puesto.Alberto ya ganó los votos, ahora tiene que ganarse a los mercados. Y eso essencillo: Depende del gabinete que anuncie. Si funciona el veto cruzado yllegan los mas inofensivos, lo más probable es que decepcione. Necesita volumenpolítico y de gestión. Respeto interno y aceptación internacional.

Esta etapa inicial es más de nombres que de medidas, porqueMacri ya inició el camino de males necesarios. Todo el mundo va a entender sihace falta un poco más de medicina amarga. Pero los nombres ofrecen certeza defuturo y solvencia en la ejecución, por eso son importantes.

La política sería extraño que se le escape. Ese es su mundo.Dice lo que hay que decir cuando hay que decirlo. Seguro que vendrá unaconvocatoria amplia, a superar los enfrentamientos y generar los consensos.

Bellas palabras que luego demandarán acciones para desmontaruna grieta que sigue activa.

Cristina Kirchner se sacó varios gustos en una sola jugada.Están a la vista. Quizás hasta el 48 por ciento de su elegido le haya calzadocon comodidad. La gente cuando se da un gusto suele querer darse otro mas. Esnatural.

El gran interrogante es entonces cual será el alcance de su rol en elnuevo esquema de poder. Es la jefa del peronismo bonaerense y la líder que tienela "visión" del proceso en marcha, según se encargó de señalar Kicillof, su másexitosa creación política. Pero allá afuera hay un mundo que mira y espera.

La relación con Estados Unidos y el programa con el FMI sondos caras de una moneda que está en el aire. Una moneda que esta noche cayó enel puño de ese ex jefe de Gabinete que estaba para acompañar desde un segundoplano. La política es tan fascinante porque también tiene esas cosas.