Luis Arroyo

"La politica es más un partido de fútbol que un debate intelectual"

En entrevista con LPO, el consultor de comunicación política dijo que "internet está favoreciendo al populismo".

 Luis Arroyo conoce a Pedro Sánchez desde que era concejal de Madrid y supo trabajar varios años a su lado. Ya desde entonces, el consultor internacional de comunicación política tenía en claro que el actual presidente del Gobierno llegaría lejos en el complejo mundo del poder.

"Es capaz de arriesgarlo todo si cree en el objetivo", considera Arroyo en una entrevista con La Política Online. "Es un animal político desde siempre. Puede cometer un error una vez, pero no lo vuelve a cometer".

Arroyo dirige actualmente Asesores de Comunicación Pública, una consultora especializada en comunicación política y opinión pública. Además, trabaja como asesor del Banco Mundial y del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. Fue una voz de consulta en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, donde trabajó para Carme Chacón, y participó en las primeras campañas de Sánchez.

Hoy, si pudiera darle un consejo, le diría al líder del Partido Socialista que ha hecho bien en vetar a Pablo Iglesias. "Permitir a Iglesias en un Gobierno de coalición era suicida", asegura Arroyo en un bar ubicado a escasos metros del Congreso de los Diputados.

¿Por qué cuesta tanto ponerse de acuerdo en España?

Yo no creo que sea una cualidad de los españoles. Es una cualidad de este momento de la política española. Podemos nace prácticamente como reacción contra el PSOE. Es el resultado de una crisis de la que se ve responsable en parte al PSOE. Podemos nace para tomar su lugar. Pablo Iglesias jamás oculta que su intención es ocupar el espacio electoral y sociológico del PSOE. Yo viví esa batalla personalmente. Entonces desde ese momento la confianza entre Podemos y el PSOE, no solo entre Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, es muy difícil de construir. Porque compiten por el mismo espacio. Y en la derecha pasa un poco lo mismo. PP y Ciudadanos compiten exactamente por el mismo electorado. Eso está generando esta situación de muy difícil entendimiento entre unos partidos y otros. El que se sitúe como bisagra va a quedar como un pringado. La gente quiere camisetas del Real Madrid o del Barcelona, nadie quiere camisetas del árbitro. Los líderes de los partidos creen que el que sea más duro se llevará buena parte del pastel electoral.

¿Pero el PSOE no está pescando en la piscina del centro?

El PSOE, como además gobierna y las encuestas le dan bien, puede darse el lujo de adoptar una posición un poco más moderada. Pero Pablo Casado y Albert Rivera están peleando por ser líderes de la oposición, con lo cual no van a ceder. Y con Iglesias pasa igual, está peleando por ocupar un lugar importante en la izquierda. No puede ser el escudero de Pedro Sánchez. Y por ese motivo a Sánchez le da mucho miedo meter a Iglesias en el Gobierno. Yo creo que Sánchez ha visto desde el primer momento el modelo italiano en el que Salvini parecía el primer ministro. Y ha temido en todo momento que Iglesias pudiera ocupar ese espacio de líder moral de la izquierda. Por ese motivo no le ha permitido estar en el Gobierno y creo que eso es inteligente. Si Iglesias hubiera entrado en el Gobierno de Sánchez sería un desastre.

¿Cuándo se empezó a romper la confianza?

Yo creo que el problema empezó cuando el PSOE vetó a Iglesias. Ese veto creo que era razonable desde el punto de vista estratégico. Permitir a Iglesias en un Gobierno de coalición era suicida. Son perfiles demasiado nítidos los dos. Tanto el de Sánchez como el de Iglesias. Es en ese momento en el que se rompe la confianza.

¿La dificultad para conformar Gobierno es solo producto de un cálculo racional o también hay cuestiones emocionales en juego?

Por supuesto, creo que son claramente dominantes los factores emocionales. Esto que hemos llamado en las últimas semanas "la batalla por el relato". La política siempre es una batalla por el relato. Siempre es una batalla por lo que es verosímil. Y en esta verosimilitud de las historias tienen mucho que ver las emociones más básicas. Hay una batalla entre Podemos y el PSOE por tratar de demostrar quién está el servicio del país y no al servicio propio. Y evidentemente también hay relaciones personales que están contaminadas. Cuando Iglesias le decía a Sánchez que no lo había llamado ninguna vez por teléfono parecía una novia o un novio despechado. Por supuesto que hay un montón de elementos que tienen que ver con la parte más animal de la política. Hay muchísimo de conducta primaria animal en el comportamiento político.

 A Sánchez le da mucho miedo meter a Iglesias en el Gobierno. Ha visto desde el primer momento el modelo italiano en el que Salvini parecía el primer ministro. Y ha temido en todo momento que Iglesias pudiera ocupar ese espacio de líder moral de la izquierda 

¿Las redes sociales y los algoritmos contribuyen a la polarización política?

Está demostrado que la política es más un juego de tribus que un juego de razones. La mayor palanca de la política es la identidad, es sentirte parte del grupo. La política se parece más a un partido de fútbol que a un ejercicio de un debate académico. Esto siempre ha sido así. Las redes sociales nos están permitiendo ver que esto es así. Uno retuitea a los suyos, se relaciona con los suyos, postea cosas de los suyos y no entra en un debate racional con los demás. Pero además los buscadores te facilitan constantemente información que tienen que ver contigo, medios de comunicación que probablemente te gusten. No creo que el populismo sea el resultado de eso ni mucho menos. Pero Internet está favoreciendo el populismo, a mí no me cabe ninguna duda.

¿Pueden cambiar las preferencias electorales en el nuevo escenario abierto después del fracaso de investidura?

Probablemente no cambien mucho los bloques y los porcentajes de voto. Pero sí cambiará el clima político y social. Después de las elecciones, si vuelve a haber una situación de bloqueo, la presión puede que ya sea insoportable. Es lo que pasó en la anterior repetición de elecciones. Y recordemos que el PSOE se fracturó en dos. Sánchez dimitió pero el PSOE con una gestora finalmente apoyó a Rajoy. Aunque volvamos a una situación formal de bloqueo es muy previsible que alguien haga algo.

La política es más un juego de tribus que un juego de razones. Se parece más a un partido de fútbol que a un ejercicio de un debate académico 

¿Cómo es Sánchez de temperamento?

Es un hombre muy trabajador, un hombre muy audaz. Es capaz de arriesgarlo todo si cree en el objetivo. Es muy competitivo. Aprende muy rápido. Puede cometer un error una vez, pero no lo vuelve a cometer.

¿Es un animal político?

Sí, lo es. Desde siempre. Lo conozco de cuando él era concejal del Ayuntamiento de Madrid. Lo conocí bastante antes de que optara a la Secretaría General del PSOE. Y él tenía muy claro que quería ser presidente del Gobierno. Yo he sido testigo.

¿Iglesias también es un animal político?

No lo conozco personalmente pero creo que se sobreestima a sí mismo. Se cree más inteligente de lo que es y creo que le sobra un poquito de arrogancia. Quizás a Pedro Sánchez también. Pero el caso de Iglesias me parece que es especialmente señalado. Al mismo tiempo me parece un tipo inteligente y muy bien formado desde el punto de vista intelectual. Pero sí conozco el ambiente de Iglesias por la universidad. Y en aquel ambiente los profesores de la izquierda eran muy dogmáticos.

 Sánchez es capaz de arriesgarlo todo si cree en el objetivo. Es muy competitivo. Aprende muy rápido. Puede cometer un error una vez, pero no lo vuelve a cometer

¿Cómo evalúa el cambio de estrategia del Partido Popular?

Hubo un cambio radical declarado por ellos. Después de las elecciones Casado da a entender que se han equivocado de estrategia. Que el enemigo debería haber sido un poco más Vox, que deberían haber ocupado un lugar más al centro. Y que todas las barbaridades que se dijeron durante la campaña había que moderarlas. El Partido Popular se moderó y empezó a ver el resultado en las encuestas de manera inmediata. Eso creo que está empezando a arrastrar a Ciudadanos también. Lo cual es un poco ridículo porque parece que están los dos todo el tiempo jugando un poco a lo mismo. El que lo tiene más fácil es Vox, porque le estás dejando todo el espacio para la política más dura, que siempre tiene un porcentaje interesante.