Elecciones 2019

Reproches en el Gobierno por cómo se fiscalizó el norte y el conurbano

Vidal le encargó la tarea al legislador Maxi Sahonero y quedaron 30 puntos abajo en algunas ciudades.

Mauricio Macri y Elisa Carrió adjudican la derrota apabullante de las primarias a falencias en la fiscalización en el conurbano y en el norte del país, las zonas donde mayor diferencia obtuvo Alberto Fernández.

Así lo plantearon en la reunión de gabinete ampliado en el Centro Cultural Kirchner y en los encuentros realizados en estos días en la quinta de Olivos y en Los Abrojos, la residencia personal del presidente durante los fines de semana.

En el auditórium del ex Correo Central, Miguel Pichetto fue la voz del presidente en este reclamo. "Estando en el poder, no puede haber ninguna justificación de que faltaron fiscales. ¿Qué somos? ¿Almas bellas que vamos al conurbano y no controlamos el comicio?", se preguntó.

Carrió fue más explícita. "En el norte no hubo fiscales. Lo sé porque me pasó en 2007. No seamos nosotros cómodos. No nos votaron porque somos lindos", les recordó. Y apuntó a Cristian Ritondo, ministro de Seguridad bonaerense y cabeza de la lista de diputados nacionales. "¡Son cobardes los que se borran! ¡Son cabeza de lista y no fiscalizan toda la provincia!", le dedicó sin nombrarlo.

Los reproches se repitieron en privado y la primera consecuencia sería cambiar los responsables de cuidar los votos en las urnas. En el conurbano, María Eugenia Vidal asignó esa misión al legislador porteño Maxi Sahonero, y no le fue muy bien: en la zona sur se detectaron escuelas sin un fiscal, como las viejas épocas del PRO opositor.

Vidal ya había trastabillado en esta tarea en 2017, la primera vez que la tuvo a cargo por el desplazamiento de Emilio Monzó. Pero la ola amarilla de aquel año pudo más y Esteban Bullrich logró aventajar unos puntos a Cristina Kirchner.

En las primarias hubo exceso de confianza, según el relato de algunos funcionarios, y hasta algunos emisarios de Vidal especularon con intendentes cortando boleta para complotar contra Axel Kicillof. 

Nada de esto sucedió y la boleta de Todos superó por 35 puntos a Juntos por el Cambio en la tercera sección, más de 4 millones de electores situados al sur del conurbano bonaerense, el 12 por ciento del país. En la primera sección, norte y oeste, van a las urnas una cantidad similar de ciudadanos y Alberto y Kicillof ganaron por 20.

Remontar la elección sin levantar en esa zona es imposible y Carrió, en su entrevista en TN, confió en que Ritondo se hará cargo. Claro que sumar fiscales no es fácil: la militancia en esa zona del Gobierno es precaria y los defensores para el Cambio no siempre bajan al llano. 

En el norte, la chaqueño dijo por las suyas que las urnas las protegería el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, pero nadie del equipo de campaña confirma sus afirmaciones. Otra versión que circuló esta tarde es que Guillermo Dietrich, ministro de Transporte, coordinaría la fiscalización de todo el país. Frigerio y Dietrich fueron los más críticos de Peña tras la paliza del 11/08. 

Los resultados de las primarias fueron muy malos para el Gobierno. Cayó 60 a a 25 en Tucumán, donde votan más de un millón de personas; y cayó por 20 en provincias gobernadas por la UCR como Jujuy y Corrientes, motivo de reproche de Pichetto la misma noche de los comicios. 

Los equipos de campaña de Juntos por el Cambio recién la semana que viene retomarán el trabajo en la sede de Balcarce 412, donde los community mannager y estrategas trabajaron a tiempo completo hasta el domingo de las primarias. La fiscalización se definió en otras oficinas. Y no dejó conforme a nadie.