Senado

Alberto lograría controlar el Senado en diciembre

Cambiemos sólo se impuso en la Ciudad de Buenos Aires. Con las cifras de las primarias, Todos alcanzaría mayoría propia y la afianzaría con partidos provinciales.

La Ciudad de Buenos Aires sigue siendo donde Macri juega de local: en las elecciones primarias de este domingo fue el único distrito en el que ganó la elección para senadores nacionales.

En los otros 7 festejó Alberto Fernández. Ganó en 6 y en Santiago del Estero quedó detrás de la boleta corta del gobernador Gerardo Zamora, uno de sus aliados, lo que le aseguraría tres votos en diciembre, cuando podría llegar a la mayoría simple y afianzarla con partidos provinciales, siempre dispuestos a ayudar al Gobierno de turno. 

El Frente Todos dio algunos batacazos como en Neuquén, donde superó a Juntos por el Cambio y dejó en un tercer lugar al Movimiento Popular Neuquino (MPN).  Y ganó sin contratiempos en Chaco (con la victoria en la interna de Jorge Capitanich contra el gobernador Domingo Peppo), Entre Ríos, Salta, Tierra del Fuego y Río Negro, donde dejó en un segundo lugar al frente local del gobernador Alberto Weretilneck.

De repetir esta performance, el peronismo agregaría 14 bancas y escalaría a 35, a dos del quórum, si se suman los actuales senadores del FpV-PJ, el bloque de Cristina Kirchner; y Argentina Federal, los justicialistas conducidos por Carlos Caserio.

Con las cifras de las primarias, Alberto debería lograr una convivencia entre el PJ y el kirchnerismo para conseguir una mayoría simple en el Senado y armar una agenda de leyes. 

Estas dos últimas fuerzas se mantienen separadas aunque sus miembros apoyaron sin matices a Alberto Fernández, quien si llega a la Casa Rosada no tardará en pedirles que trabajen en equipo. 

Ya no deberían convivir con Cristina, porque sería vicepresidente y le dejaría su lugar al ex canciller Jorge Taiana, quien la acompañó en la lista de 2017. La primera suplente fue Juliana Di Tullio. 

Pero entre  los nuevos senadores hay muchos camporistas como Mariano Recalde, la entrerriana Estefanía Cora, el rionegrino Martín Doñate y los fueguinos Matías Rodríguez y María Eugenia Duré. No será una convivencia fácil.

Alberto tendría múltiples opciones para consolidar una mayoría simple que le permita una agenda de leyes durante su primer año de Gobierno. Se presume que no le costaría conseguir la ayuda de los tucumanos José Alperovich y Beatriz Mirkin, enfrentados al gobernador Juan Manzur pero cercanos a Cristina.

También se anota la puntana María Eugenia Catalfamo, ladera del gobernador Alberto Rodríguez Saá y la dupla de misioneros, leales a sus gobernadores.

La actual conformación de Cambiemos sumaría tres senadores y escalaría 28 votos. Ocurre que se pusieron en juego las bancas de 2013, cuando esta sociedad no existía y no accedía a las minorías de Neuquén, Tierra del Fuego y Salta, que en octubre obtendría con las cifras de las primarias. 

Claro que esa unidad no será fácil de sostener con una derrota como la de este domingo, sobre todo porque se hay algunos aliados peronistas como el sanjuanino Roberto Basualdo, el puntano Claudio Poggi y el santafesino Carlos Reutemann.

No quedará mucho por fuera de la grieta, con la novedad, histórica, de que ya no habría senadores del Movimiento Popular Neuquino (MPN) y mantendría su banca el salteño Juan Carlos Romero, pero con el PRO. Sin Macri en la Casa Rosada, no tardará en rearmar un monobloque. Empezaría otra época.