Banco Central

Análisis: ¿Cuáles son los riesgos de eliminar las Leliq como pidió Alberto?

Alberto Fernández sostuvo que habría que dejar de pagar los altos intereses semanales que devengan y en el Gobierno leen que es una maniobra electoralista.

Los dichos de Alberto Fernández acerca de los $1,2 billones en Letras de Liquidez, el instrumento de política monetaria estrella de Guido Sandleris, generó un debate sobre su sustentabilidad. Mientras que para el equipo de Nicolás Dujovne se trata de dichos "de corte electoral" para generar ruido en el dólar de cara a las PASO, entre los economistas privados se reabrió el debate acerca de su sustentabilidad y la conveniencia de esta política monetaria en el actual contexto económico.

Por ejemplo, para el consultor económico Hernán Hirsch: "La propuesta de Alberto Fernández es consistente con su diagnóstico de que las Leliqs son insostenibles, que coincide incluso con la lectura de muchos economistas ortodoxos como Carlos Rodríguez".

El volumen actual, medido en pesos, es en efecto muy similar a los $1,5 billones de Lebacs que había en marzo de 2018 cuando entró en crisis la confianza en la capacidad de la Argentina de sostener semejante nivel de deuda cuasifiscal con ese tipo de cambio y se desató la corrida.

Sin embargo, producto de la devaluación, lo que en aquel entonces equivalía al 10,6% del PBI en marzo del año pasado, hoy representa el 1,2%, pero con tasas de interés del 60% nominal anual (y efectivas de más del 80%), el ritmo al que crecen casi duplica al de sus antecesoras, las Lebacs.

"El tipo de cambio hoy es competitivo, con un nivel en junio que resulta alrededor de un 50% mayor al valor registrado previo a la unificación cambiaria de diciembre de 2015, lo que ha permitido corregir el desequilibrio del sector externo. Además, prácticamente se han eliminado las distorsiones que generaban los atrasos en los precios de la energía. A su vez, el BCRA tiene un balance fortalecido, con un nivel sostenible de pasivos remunerados y un stock adecuado de reservas internacionales, junto con mayores grados de libertad para intervenir en el mercado cambiario", resaltan en el Banco Central para distinguir el escenario de explosivo del año pasado respecto del actual.

"Entiendo que el candidato no habla de default. Habla de pagarlas cash y aprovechar esa inyección de pesos para que se acomode el dólar. Esta corrección cambiaria estaría acompañada de un acuerdo de precios y salarios para evitar una hiperinflación. A priori, hay consistencia, pero lograr que encajen las piezas luce muy difícil y riesgoso. Puede suceder que la situación se te vaya d las manos y caigas en una híper y termines luego con un cepo, por ejemplo; pero si saliera bien, podría dejar a la economía preparada para un nuevo ciclo de expansión, aunque con altos costos iniciales", agregó Hirsch.

Los efectos de corto plazo de mencionar el una inyección abrupta de pesos con devaluación generó críticas porque, por un lado, el tipo de cambio ya se encuentra en su nivel más alto desde 2010 y una nueva devaluación implicaría profundizar la pobreza, pero además porque levantó el fantasma de un plan de corte abrupto de tasas con una suerte de incautación temporal de los depósitos, al estilo del plan Bonex.

En este sentido, otros economistas consideran conveniente avanzar con este instrumento hasta tanto la incertidumbre política dé un paso al costado y el gobierno electo pueda presentar un programa que genere confianza y renueve la demanda genuina de pesos que haga innecesarias las altas tasas de interés.

"Hoy la demanda de pesos es muy baja, se destruyó mucho dinero en términos reales durante y post crisis por balanza de pagos. Entonces, las Leliqs están haciendo de puente, suponiendo que esa baja demanda de pesos es transitoria y está asociada a la alta incertidumbre post crisis y con un año potencialmente disruptivo desde lo político. En general después de toda crisis de balanza de pagos, cuando la incertidumbre baja, la demanda de pesos se recupera y la tasa baja sola. El tema es cómo van a lograr que ese sea el escenario después de octubre", opinó el economista de la consultora Ledesma, Gabriel Caamaño.

"Así y todo, el desarme de Leliqs no va ser de un día para el otro, pero cuando empiece enseguida nos vamos a dar cuenta. En un buen escenario, después de octubre el Banco Central puede cambiar los pasivos remunerados (Leliq) por no remunerados, contra circulante. Es un error pensar que 2020 va a ser como 2016. Esta vez el punto de partida para estabilizar la economía es mejor. Si se genera confianza de forma genuina, es decir, con un esquema de política y reformas consistente, y la demanda de pesos se recupera, las Leliqs van a dejar de ser un problema. Esa es la forma de solucionar el problema, el camino nunca va por expropiar: por ejemplo el plan Bonex no generó confianza y terminó en hiperinflación y dolarización, lo que terminó siendo un callejón sin salida. Es mejor ir más lento, pero con un programa que no termine matando la economía después", concluyó Caamaño.