Indec

Por la siderurgia, la industria acotó su caída al 6,9% anual

Con una mejora del 0,6% respecto de abril, la industria anotó su segundo mes con variación positiva. La actividad automotriz cayó más de 25%.

El Indec informó este jueves que la industria nacional anotó en mayo su segundo mes con leves mejoras y de esta forma logró atenuar su caída al 6,9% interanual. De esta forma en los primeros cinco meses del año la actividad industrial cayó 9,8%.

Este repunte estuvo motorizado, principalmente por la industria siderúrgica y la refinación de combustibles. La producción de acero creció 8,5% respecto de igual mes del año pasado y fue la que más incidió en la recuperación, en tanto que la refinación de asfaltos saltó un 37,6% y la de fueloil, 21,5%.

La desaceleración en la caída respecto del desplome del 8,7% interanual anotado en el mes de abril obedeció en parte a una leve repunte mensual del nivel de actividad, pero también a un punto de comparación menos exigente: en mayo del año pasado, producto de la corrida cambiaria, la actividad ya había comenzado a ceder y anotaba una baja del 1,1% respecto de igual mes de 2017.

En consecuencia, en los últimos dos años, la industria en su conjunto retrocedió un 8%.

Respecto de abril, la actividad mostró una mejora del 0,6%, sustancialmente menor que 2,5% que había mostrado el mes previo. En enero y febrero también se habían registrado dos meses seguidos de variación positiva, sin embargo la caída del 4,7% del mes de marzo dio por tierra los brotes verdes de los primeros dos mes del año.

El repunte del 6,9% obedeció a que dos sectores -de los dieciséis que releva el Indec- tuvieron en mayo una variación positiva: se trata de la refinación del petróleo, coque y combustible nuclear (2,9%) y las industrias metálicas básicas (3,3%). La primera porque la refinación de asfaltos aumentó un 37,6%, la de fueloil, 21,5% y la de gasoil 3,7%, mientras que la de naftas cayó 4,4%. Y la segunda por el despegue de la siderurgia, que aumentó 8,5% respecto de mayo de 2018.

Todas las demás ramas industriales se ubicaron nuevamente en terreno negativo, aunque en muchos casos de menor magnitud que en mediciones anteriores. En particular mostraron caídas de dos cifras los sectores de productos de tabaco (-20,7%), los productos textiles (-19,8%), prendas de vestir, calzado y cuero (-12,4%), productos de caucho y plástico (-12,6%), maquinaria y equipo (15,1%), otros equipos, aparatos e instrumentos (-19,8%), vehículos automotores, carrocerías, remolques y autopartes (-22,2%), otro equipo de transporte (-45,7%) por la enorme caída de la producción de motocicletas (-67,3%) y muebles y colchones (-22,8%).

De cara a los meses de junio a agosto, las perspectivas de las empresas no son muy alentadoras: la amplia mayoría de las industrias consideró que la demanda interna (41,7%) se retraería en la comparación con igual período de 2018, el más severo de la corrida cambiaria, contra el 17,1% que cree que tendrá más consumo y solo un 18,6% de las industrias considera que sus exportaciones al Mercosur pueden aumentar. Y más de la mitad de todas las firmas (52,1%) afirmó que espera necesitar más crédito que el que requería un año atrás.

A la vez, un 30,9% de las empresas consideró que el uso de sus máquinas caería en la comparación con junio-agosto de 2018, contra el 13,9% que estimó que lo aumentaría. En tanto solo 6,9% de las industrias relevadas consideraron que podrían emplear más personas y el 22,8% de ellas estimó que despediría personal. 

Sin embargo, para Matías Carugati, economista en jefe de Management and Fit, "los datos apuntan a que la industria estaría comenzando a salir del pozo (profundo) en el que se encuentra. De todos modos, es probable que en un año con alta incertidumbre y política económica con sesgo contractivo impidan una rápida recuperación".

Suave rebote de la construcción

Luego de dos meses de caída, en mayo la construcción repuntó 2,3% respecto de abril y achicó su baja interanual al 3,4%, según informó el Indec. Esto se reflejó también en los valores ligeramente positivos de la producción de cemento y en un aumento en los permisos de construcción a futuro.

"Hacia adelante, el panorama no resulta del todo claro. Aunque las medidas impulsadas a nivel provincial puedan ayudar, la ambiciosa meta fiscal limita el dinamismo de las obras públicas. Los proyectos PPP a los que apostaba el gobierno vienen demorados, aunque (al menos) ya se consiguió financiamiento del BID y del sector privado para las obras. En el sector privado, pese a la baja de los costos en dólares, la incertidumbre y un mercado inmobiliario bastante parado afectan las decisiones. No casualmente (aunque mirando de reojo a las elecciones), el oficialismo lanzó créditos destinados a refaccionar la vivienda o acceder a una propia, además de facilitar una reducción impositiva para quienes tengan hipotecas con el fin de ayudar a revertir el sesgo contractivo que atraviesa el sector", aseguró Carugati.