7º Latam Economic Forum

Economistas de ambos lados de la grieta coincidieron: "La salida es con el Fondo Monetario"

Carlos Melconian y Emmanuel Álvarez Agis llegaron a varios puntos en común. Lousteau y Redrado propusieron reformas del Estado.

"Los dos programas no son muy distintos. Los sesgos pueden ser distintos, pero los desafíos son los mismos", dijo el doctor en economía y ex viceministro Emmanuel Álvarez Agis apenas tomó el micrófono al término de la exposición del ex presidente del Banco Nación, Carlos Melconian. Así sentó el tono de un contraste de miradas a ambos lados de la grieta que mostró que en el análisis técnico los diagnósticos difieren menos que en la arena política.

El 7º Latam Economic Forum, un evento organizado por FinGuru y Resarch for Traders en beneficio de la Fundación Jabad y la Cooperadora del Hospital Gutiérrez, tuvo a los economistas como protagonistas esta mañana en el hotel Alvear y a Darío Epstein, su presentador.

Melconian abrió la jornada con su habitual tono acelerado y campechano y una presentación "aséptica y profesional" en la que no se ahorró criticar la gestión económica de Macri y mucho menos la anterior, cuya herencia calificó de "un espanto". Lo siguió Álvarez Agis, que reconoció sus prejuicios contra el FMI y enfatizó que ni Alberto Fernández ni Mauricio Macri tendrán mucho margen de maniobra por tener al Fondo de copiloto trabándoles el volante. Más tarde llegaron los turnos de Martín Lousteau y Martín Redrado. Y finalmente Sergio Berenstein estuvo a cargo del análisis político.

"El acuerdo con la Unión Europea tiene más de político que de ganancia"

"El próximo gobierno va a requerir que el Fondo esté en el cuadrilatero", dijo Melconian en referencia a los actores relevantes que van a tener que participar de la salida de la economía argentina de su actual situación porque, en sus palabras, "El único que puede pagarle al Fondo es el Fondo".

En este sentido recordó que el kirchnerismo no desendeudó al país sino que echó mano al dinero de los jubilados, a las Reservas del Banco Central y a todos los stocks disponibles y que Macri en los primeros dos años de gobierno hizo un uso "abusivo" del endeudamiento sin cerrar las necesidades de financiamiento. En este sentido, subrayó que ya antes de que se instalara el "riesgo Cristina" (el temor a que le ganara a Macri por 9 puntos y se volviera al régimen anterior), el riesgo país argentino nos dejaba fuera de los mercados voluntarios. Por lo cual, actualmente el Fondo Monetario está poniendo el dinero para cerrar la brecha -y a partir de 2021 habrá que pagarlo si no se va a un Extended Fund Facility- y unos 4.000 millones de dólares son de fondeo de corto plazo en el mercado local, algo que señaló que no es de su agrado.

Así, para él, una vez que se llegue a fin de año con el "Plan Picapiedra" -este esquema de política monetaria y ajuste fiscal para llegar a las elecciones sin otro sobresalto financiero, pero sin crecimiento-, van a tener que discutirse una reforma "del gasto previsional desbordado", una reforma laboral, la relación Nación-provincias y el bimonetarismo para terminar con la salida de ahorros del sistema "Tenemos que decidir el régimen monetario que vamos a querer" porque de los 150.000 millones de dólares que los argentinos compraron en blanco de 2018 a hoy, solo 23.000 millones de dólares fueron al sistema financiero, el resto está congelado debajo del colchón o en cajas fuertes o fuera del país, es decir, lejos del sistema productivo. Mientras tanto "el no agro está dibujando una perfecta L", es decir que luego de caer, se estancó y no crece.

A su turno, Álvarez Agis, reconoció que la deuda argentina "está fuera de cualquier benchmark de sosteniblidad desde 2009" y aseveró que "En esto con Carlos compartimos: estamos en una crisis con forma L" parecida por su magnitud más a la de 2009 que a la de 2001, pero no en su forma porque de la 2009 la salida fue en forma de V gracias a la expansión fiscal y hoy es en forma de L, de estancamiento, por el ajuste acordado con el Fondo. Y más tarde reconoció que el parecido con la de 2001 es que acumula dos años de recesión, por lo que consideró que la Argentina deberá renegociar con el Fondo "Volver a un Stand-By 1" que dé margen para crecer tres años antes de empezar a pagar, algo que no sucede desde 2006.

Su premisa es que al péndulo de la historia del economista Marcelo Diamand no se lo puede forzar demasiado a la izquierda por cuatro motivos: no hay viento de cola, "no hay incentivos a devaluar y defaultear porque no hay un rebote esperando a la vuelta de la esquina", el mercado está cerrado como consecuencia de la mala relación deuda/PBI, no se puede ni sugerir un giro a la izquierda porque la cuenta capital está desregulada y por ventanilla los argentinos van a dolarizarse todo lo que puedan y esa devaluación no haría otra cosa que disparar la inflación porque el passthrough es 2,5 veces el de las economías emergentes. Pero tampoco se lo puede forzar a la derecha por la situación social: van dos años de recesión, el poder adquisitivo de los salarios y las jubilaciones anota dos dígitos de caída, la inflación de alimentos supera en 10 puntos porcentuales al IPC, hay un gran faltante de inversión pública que está en mínimos históricos; y el FMI también está trabando el volante para este tipo de giros, observción compartida con Martín Lousteau. En este sentido, aventuró que Alberto Fernández no podrá hacer algo muy distinto que Mauricio Macri.

Respecto del Fondo reconoció: "Esto es como el 'No sos vos, soy yo. El problema no es Lagarde, somos nosotros", aseguró y aclaró "lo que falló es el acuerdo con el Fondo, la tesis era 'Llego yo y se recupera la confianza'; y no, se duplicó el riesgo país. "llego yo y se reabre el mercado'; no, se cerró definitivamente, entonces como Fondo tengo que poner más plata. Este es riesgo del Fondo: somos un caso raro".

"No es el Fondo, somos nosotros; o para ponerlo en términos más estrictos, es la receta que el Fondo le dio a un país con las particularidades del nuestro, en particular su obsesión con el dólar".

Es que al comparar los últimos 5 Stand-By del Fondo, cuatro fueron exitosos: Ucrania, Kosovo, Ecuador, Egipto; todos menos Grecia. Y en el caso argentino, la obsesión por el dólar hace que la promesa de intervención del Banco Central que hoy tranquiliza al mercado de cambios es también la promesa de que los dólares no van a estar para pagar la deuda el año que viene y eso intranquiliza a los tenedores de bonos y hace subir el riesgo país.

Sin embargo, mostró que el diagnóstico del ajuste y de la devaluación llevan al país a una situación macroeconómica cada vez más débil y que, en ese sentido, corremos el riesgo de seguir el camino de Grecia. Por eso, aventuró la hipótesis de que Macri o Alberto Fernández deberán renegociar un EFF con el Fondo en 2020 para que no se solape con la incertidumbre electoral de 2021.

Alberto le recriminó al FMI que no se cumplió con el compromiso de bajar la deuda y la inflación

Aquí distinguió que los sesgos ideológicos de los candidatos harían que uno de ellos se incline por el ajuste del gasto público y el otro por hacer crecer los ingresos fiscales para evitar esa espiral de deterioro macroeconómico. Y concluyó que, con un 35% de la deuda externa pública en manos del FMI (y no el 8% como en el 2001), no hay  incentivos para no pagar la deuda: "Sería el default más estúpido de la historia", calificó.

Así, el primer comentario de Martín Lousteau al tomar el micrófono fue: "Carlos y Emmanuel tienen muchos puntos en común" y colaboró en la construcción del diagnóstico aunque con menos gráficos y más emotividad.

El primer comentario de Lousteau fue: 'Carlos y Emmanuel tienen muchos puntos en común' y colaboró en la construcción del diagnóstico.

No obstante, hizo hincapié en la cuestión cualitativa. Mientras unos proponen cerrar el déficit con más ingresos y otros con menos gasto, el candidato a senador nacional por la provincia de Buenos Aires, destacó que el Estado es como un insumo fallado en la construcción de la competitividad porque "recibe 3 veces la cantidad de dinero que recibía hace 25 años y aun así tiene déficit y no nos da 3 veces más cosas".

Por eso pidió que se llegue a un consenso en el que se fijen cuáles son las cosas que se tienen que tener prioridad y que el Estado deje de hacer gastos no prioritarios cuando hay déficit de obra pública, baja calidad de educación y el sistema previsional se lleva el 38% del gasto público. En este último punto, propuso la precoparticipación del sistema para que haya un contrapeso provincial en los aumentos de las partidas previsionales.