Juego

Vidal adjudicó la explotación de tragamonedas pero tres salas quedaron desiertas

La gobernadora rechazó las propuestas para el Hermitage, Tandil y Miramar. Boldt retiene el control de esas salas.

El gobierno de María Eugenia Vidal adjudicó a las empresas Boldt y Casinos de la Victoria el control de las tragamonedas de los casinos de Tigre, Pinamar, Casino Central de Mar del Plata y Monte Hermoso. Al tiempo que declaró "fracasada" la licitación sobre las salas Hermitage, Tandil y Miramar, ya que la empresa oferente exigía ganancias por encima de las pretensiones del Ejecutivo.

A través de un decreto firmado por la Gobernadora y publicado hoy en el Boletín Oficial, el Ejecutivo aprobó la licitación pública para la explotación por el plazo de 20 años, de 3.860 máquinas tragamonedas que funcionan en los casinos del distrito.

Se trata de la primera licitación pública en la historia de la provincia, ya que hasta ahora la concesión era controlada exclusivamente por Boldt a través de renovaciones directas acordadas a lo largo de los años. En la compulsa estaban en juego las máquinas que funcionan en los casinos estatales Central de Mar del Plata, Hermitage de Mar del Plata, Miramar, Monte Hermoso, Pinamar, Tigre y Tandil.

Una mala oferta complicó la licitación y Boldt podría quedarse con las tragamonedas del Hermitage

De acuerdo a los resultados publicados, a la empresa Boldt, de Antonio Tabanelli, se le adjudicó el manejo de las salas de los casinos de Tigre y de Pinamar por las que, según se explicita en el decreto, "contará como única retribución el porcentaje de 53% de la rentabilidad mensual producida por la explotación de las máquinas electrónicas de juego de azar que se instalen los casinos".

En tanto, el Casino Central de Mar del Plata y el de Monte Hermoso quedaron para al oferente "Casino de la Victoria", dirigida por Daniel Mautone, el cual recibirá el 55,5% del total recaudado en esas salas.

El traspié para el gobierno fue la licitación de la segunda canasta, compuesta por los casinos Hermitage, Tandil y Miramar, al considerar que la oferta presentada por los empresarios Ricardo Glazman y Alejandro Gravier "no resulta conveniente al interés fiscal". En este caso, las firmas pretendían quedarse con el 71,6% delas ganancias, un monto mucho más alto que el resto de los oferentes.

Según pudo saber LPO, esas tres salas seguirán siendo controladas por Boldt hasta tanto se definan los términos de una nueva negociación. De este modo, la empresa de Tabanaelli tendrá a su cargo las salas de Tigre, Pinamar, Tandil, Miramar y Hermitage.

La pulseada de Mautone y Angelici con Boldt complica la licitación de los casinos de provincia

Este medio había adelantado que a través de dictámenes del Fiscal de Estado, Hernán Gómez, el gobierno evitó que Boldt -que había lanzado las ofertas más competitivas- se quedará con las tres canastas en juego (es decir las siete salas que se licitaban).

El objetivo del gobierno fue correr a Boldt de dos de las tres ofertas por las que compitió. La Gobernadora no quería saber nada con que la misma empresa que tiene el control sobre los slots gane la licitación de todas las salas. De ese modo, la canasta que incluía al Hermitage recayó en los empresarios Glazman y Gravier que se presentaron con la empresa Oasis Entertainment.

El problema surgió cuando se abrieron los sobres con las ofertas económicas. Gravier y Glazman pidieron quedarse con el 71,6% de las ganancias para operar los slots de la sala, una oferta que estuvo muy por encima de lo que ofrecieron los otros oferentes.

El plazo de concesión se fijó en 20 años, con posibilidad de prórroga por un año, condiciones particulares y especificaciones técnicas de la provisión y mantenimiento de máquinas electrónicas de juegos de azar.

También especificó el control online de las máquinas electrónicas de juegos de azar y la remodelación, construcción y/o cesión, y puesta en valor de las distintas salas de juego y servicios complementarios a la actividad lúdica.