Dólar

La suba del dólar suma otra complicación a la lucha contra la inflación

Las consultoras estiman una variación en torno al 4% para los próximos meses y un cierre de año muy similar al 2018.

La disparada del dólar no solamente está generando un gran nerviosismo en el mercado financiero, sino que tendrá un inminente impacto en la economía real al sumar un nuevo obstáculo en la lucha contra la inflación.

Si bien el Gobierno había dejado de ponerse una meta en este sentido, corriéndola de sus preocupaciones principales, descontaba que la misma sería sustancialmente más baja que el 47,6% que se vio en 2018, récord de los últimos 27 años.

El nuevo shock cambiario pone en duda esta afirmación y cambia completamente el escenario de mejora del poder adquisitivo que se esperaba. Es que, de continuar este sendero de variación de precios, los ingresos populares no sólo no recuperarían parte de lo perdido sino que profundizarían su caída en términos reales. Un panorama más que delicado para intentar ganar una elección presidencial.

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"En marzo y abril la inflación va a rondar el 4% y si seguimos con shocks globales va a ser difícil ver una significativa desaceleración en mayo, pese a ser un mes más tranquilo en relación a los precios regulados", indicó a este medio Gabriel Zelpo de la consultora Elypsis.

Mientras que el destino de marzo ya prácticamente está determinado, en abril se dará una fuerte presión en los precios a raíz de los incrementos proyectados en combustibles, transporte y gas natural.

No obstante, esta suba podría ser mayor a la imaginada. En el caso de las naftas, el alza confirmada es simplemente un 2,8% referido a un ajuste impositivo. Pero sin lugar a dudas, el salto del 10% del tipo de cambio y del 4% del Brent (precio internacional de referencia del petróleo) de las últimas semanas, impulsarán una rápida actualización en los surtidores.

El aumento del gas podría ser mayor al 30% anunciado debido al salto del dólar

Por el mismo motivo, sumado a que la inflación mayorista de febrero fue más alta de la estimada y por lo tanto indexará al alza, es que las tarifas de gas podrían perforar el famoso 30% que prometió como techo el secretario de Energía Gustavo Lopetegui.

Ya en relación a mayo, este mes que a priori se presentaba como uno de los más favorables al no tener ningún destacado aumento proyectado, será el que sufrirá las consecuencias de la reciente devaluación.

Algunos destacan que el traspaso a precios no será completo ante el temor de las empresas de reducir aún más sus ventas en este contexto recesivo, pero todos descuentan que potenciará los próximos informes del IPC (Índice de Precios al Consumidor), ya sea por el costo directo en dólares o por la función del tipo de cambio como coordinador de expectativas.

"El tipo de cambio es una variable que se mira mucho al fijar los precios. Seguramente impactará en abril y mayo y va a agregar inercia a la inflación", manifestó el analista de la consultora Eco Go, Juan Ignacio Paolicchi, quien ve una inflación del 37% a fin de año, aunque este salto cambiario podría significar "un escalón superior".

Se multiplican las criticas al Gobierno por la ineficacia de las altas tasas para bajar la inflación

Como agravante, la esperanza oficial para frenar esta espiralización de la divisa tardaría en llegar más de lo pensado. "En este contexto con un dólar que sube y sube obviamente que el campo como cualquier otro inversor va a estirar la liquidación lo mayor posible para tener un mejor precio. Y por el otro lado, si esto no se controla habrá una mayor demanda de gente que se va a ir de instrumentos en pesos. Entonces esa mayor demanda puede resultar insuficiente", subrayó el analista financiero Christian Buteler.

En consecuencia, la única herramienta que tendría el Banco Central para combatir este fenómeno sería el manejo de la tasa de interés que ya roza el 70% y destruye toda posibilidad de repunte de la economía. Es por eso que esta estrategia comenzó a ser criticada incluso desde la ortodoxia, que destaca su ineficacia para bajar la inflación.