Una nueva caravana de migrantes avanza por Chiapas hacia Estados Unidos
Esta vez, la conformación es más diversa, con casi 1,000 hondureños, 764 salvadoreños, 300 guatemaltecos, 176 nicaragüenses y 85 cubanos. Así lo confirmó David León Romero, titular de la Coordinación Nacional de Protección Civil de la Presidencia de la República.
El funcionario recordó que las primeras caravanas estaban integradas por hondureños, después con salvadoreños, guatemaltecos, y ahora se han detectado que caminan cubanos e incluso haitianos.
La caravana salió el sábado pasado y pernoctó en Huehuetán en su primero noche, en Huixtla en su segunda noche. Y este lunes esperan llegar a Mapastepec. Habrán caminado unos 106 kilómetros en tres días.
Hombres, mujeres y niños caminan de forma dispersa: algunos han tomado camión o un aventón en vehículos particulares, aunque el apoyo ciudadano a su paso no es igual que en las primeras caravanas de migrantes.
Después de un encuentro con autoridades estatales de Protección Civil y de Migración, se acordó que el grupo de indocumentados cuente con una patrulla y una ambulancia para vigilar su recorrido, según informaron medios locales.Cabe destacar que en Chiapas se encuentra cerrada la Oficina de Trámites de Regulación Migratoria del Instituto Nacional de Migración (INM). Fuentes del organismo ya avisaron que a esta última caravana no le aplica la revisión de su situación migratoria para determinar si los integrantes son candidatos a la visa por razones humanitarias, que les permite transitar y trabajar en el país.Las autoridades explicaron que que el acuerdo para aplicar ese régimen especial con distintos gobiernos centroamericanos venció el 28 de enero pasado.Se trata de un tema delicado en la relación bilateral con Estados Unidos. Hay que recordar que, hace pocas semanas, un artículo del New York Times aseguró que en el Gabinete de AMLO se cumplen con todos los requerimientos que hizo Trump por "temor".Según el periódico de EU, las autoridades mexicanas bloquean el paso de grupos de migrantes en ciudades fronterizas, no les permiten caminar hacia los puentes internacionales para solicitar asilo en Estados Unidos, han interceptado a menores de edad y han asistido en la gestión de listas de solicitantes para limitar la cantidad de personas que cruzan.