Venezuela

Ante la presión internacional, Maduro no detuvo a Guaidó en su regreso a Caracas

El presidente encargado participó de una movilización en Caracas sin que se materializaran las amenazas de arresto del gabinete de Maduro.

El presidente encargado interino de Venezuela -reconocido así por más de 50 países- volvió a Venezuela tras su gira por América Latina sin inconvenientes. Pese a que la vicepresidenta de Maduro, Delcy Rodríguez, aseguró que se tomarían medidas contra él por salir del país cuando lo tenía prohibido, su arribo a Caracas en un vuelo comercial fue en perfecta calma.

El mismo Nicolás Maduro había asegurado la semana pasada que tan pronto Juan Guaidó volviera a pisar Venezuela sería puesto a disposición de la Justicia. Por eso, tanto el gobierno estadounidense como el británico prometieron fuertes sanciones contra Venezuela si Guaidó era detenido.

La presión internacional no solo provino en forma de amenazas sajonas contra el régimen bolivariano, sino que para la llegada de Guidó -también presidente de la Asamblea Nacional- una comitiva de embajadores de 13 países lo escoltaron al pisar tierra.

Medios internacionales siguieron el minuto a minuto del regreso de Guaidó desde Ecuador y destacaron que pudiera pasar por la oficina de migraciones sin que le retuvieran el pasaporte, procedimiento regular para quien viaja al exterior a pesar de tener una restricción judicial. En efecto, hasta el momento no se conocen órdenes de la Justicia bolivariana para la detención del joven diputado devenido en presidente interino.

"Aquí lo tengo sano y salvo", dijo en una de las multitudinarias movilizaciones a la que se dirigió luego de llegar a Caracas mostrando en su mano su pasaporte, como símbolo de la debilidad del chavismo que no lo había detenido en el aeropuerto de Maiquetía ni le había retenido en salvoconducto. El mismo Guaidó había convocado a manifestaciones de apoyo popular para poder regresar a Venezuela y, por eso, agradeció a los manifestantes por haber salido a la calle y los convocó a una nueva movilización el próximo sábado.

"Logré entrar gracias al pueblo", sostuvo ante la multitud cuyo principal cántico era la repetición de "Sí se puede". En sus breves palabras también sugirió que si pudo regresar al país fue porque hay militares que no lo quieren a Maduro.

La sugerencia no es fortuita. Pese al fuerte apoyo de la comunidad internacional y de buena parte de la población, el aparato militar y policial venezolano responde al sucesor de Hugo Chávez. De allí que no falte la invocación de Guaidó a que abandonen a Maduro en cada alocución pública. Es que esta es la apuesta del presidente interino para socavar al régimen chavista y evitar una incursión militar extranjera como Washington dejó entrever que estaba estudiando. De momento se estima que unos 700 uniformados abandonaron las fuerzas la semana pasada, lo que da aire al presidente de la Asamblea Nacional.

"Estamos en una dictadura y no van a entregar voluntariamente el poder, tenemos que presionar", dijo a periodistas Guaidó en relación a su propuesta para lograr llegar a nuevas elecciones sin la intervención militar que reclama parte de la oposición al régimen.

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Guaidó cerró en Ecuador la gira que comenzó el pasado 22 de febrero por varios países latinoamericanos en los que buscó ayuda humanitaria para los venezolanos -Mauricio Macri lo recibió hace dos días- y consolidar lazos con los países de la región que lo respaldan: Brasil, Paraguay, Argentina, Ecuador, Chile, Colombia y Perú. La ayuda humanitaria, sin embargo, fracasó y la postal de los camiones llenos de asistencia con alimentos y medicamentos quemados dio la vuelta al mundo.

La tensión en Venezuela no cede, pero por lo pronto la llegada pacífica del presidente interino a su país fue recibida con entusiasmo por los países que lo apoyan. Por ejemplo, el presidente Colombiano lo celebró en su cuenta de twitter como una muestra de acercamiento a la democracia.