Congreso

Congreso: una candidata excluida del PRO irrumpió a los gritos en medio del discurso de Macri

A pesar del megaoperativo de seguridad, Johanna Picetti, pudo acercarse a metros del Presidente. La denunciarán penalmente y habrá una auditoría en el Senado.

Johanna Picetti, la candidata que el macrismo bajó de la boleta de diputados por la Ciudad, irrumpió en el medio del discurso de apertura de sesiones legislativas Mauricio Macri para reclamar por su banca.

El Gobierno había montado un enorme operativo de seguridad que complicó a los peatones y automovilistas que intentaron circular por la Ciudad, pero no impidieron que la ex funcionaria ingresara por el fondo del recinto a los gritos. 

"Usaron a mis hijos", gritó Picetti, quien ocupaba el octavo puesto en la lista de Diputados y nunca pudo asumir su banca que quedó en manos de Jorge Enríquez. Fue excluída de la lista a pedido de sus propios compañeros después de que salieran a la luz acusaciones de abuso y maltrato hacia sus hijos.

"Me dicen que no es diputada. Y eso es sólo para diputados que están ejerciendo, no para los electos", respondió Michetti desde el estrado ante la mirada atónita de Macri. 

Lejos de amilanarse, Picetti bajó las escalinatas hacia Macri y se detuvo a mitad de camino, al lado de José Luis Gioja, Mayra Mendoza y Axel Kicillof, postal que usó Laura Alonso para involucrar al kirchnerismo. "La Cámpora trajo a una persona que no es diputada al recinto. Siempre destruyendo las instituciones. La verdad y la justicia son para siempre y no vamos a ir para atrás", posteó la presidenta de la Oficina Anticorrupción (OA).  

Lo cierto es que Picetti necesitó una credencial para llegar al recinto y los únicos que la entregaban eran la Casa Rosada y el Senado de la Nación, donde preparan una auditoría interna para buscar responsables y una denuncia penal a la frustrada diputada. 

El artículo 241 contempla de 15 días a 6 meses tras las rejas por perturbar "el orden en las sesiones de los cuerpos legislativos nacionales o provinciales, en las audiencias de los tribunales de justicia o dondequiera que una autoridad esté ejerciendo sus funciones" o "impedir o estorbar a un funcionario público cumplir un acto propio de sus funciones".

Cuando parecía que Picetti podía seguir su paso hasta el presidente, una empleada de seguridad de la Cámara se acercó a pedirle que se retirara, pero se negó y se mostró dispuesta a resistir e interrumpir el discurso presidencial, un papelón histórico que hubiera dado la vuelta al mundo en pocos segundos.

Permaneció rígida, dejó de gritar, pero regaló varios gestos a las cámaras, como cuando Macri aludió a la igualdad de género y movió los brazos en cruz dando señales de estar presente. Pronto se convirtió en un personaje simpático para la oposición: el misionero Daniel Di Stefano le acercó una botella de agua y Gioja intercambió unas palabras.

Los minutos pasaron con ella parada en las escaleras y el temor de los diputados a que avance hacia el presidente cuando terminara de hablar. Atenta, Cornelia Schmidt Liermann fue hacia ella y se paró adelante, dispuesta a forecejear si se atrevía a avanzar, pero nada de eso pasó. Macri se fue rápido y Picetti también.