Ciudad

Sin trabajo no hay paraíso (ni urbanización)

La Ciudad impulsa ambiciosos planes de urbanización, pero la crisis económica le coloca un tope infranqueable. El debate entre la ambición local y el fracaso nacional.

La urbanización de las villas de la Ciudad es una de las apuestas más ambiciosas del jefe de gobierno. La inversión a través del Instituto de Vivienda de la Ciudad es multimillonaria y como no podía ser de otra manera mostrará sus primeros resultados en vísperas electorales.

Sin embargo un fantasma acecha el optimismo de Rodriguez Larreta. La crisis económica expresada a través de la caída del trabajo pone en riesgo el llamado círculo "virtuoso de la urbanización", donde los vecinos además de mejorar sus condiciones de vida mediante una vivienda digna tienen mayores posibilidades de conseguir trabajo o mejorar el que tienen. Una mayor integración completa el escenario de mejora de las condiciones socio-económicas del grupo familiar.

Esto podría verse trunco si las familias que son trasladadas a la nueva vivienda (debiendo pagar el crédito subsidiado que otorga el IVC) no consiguen o pierden su trabajo. Incluso si en un acto de buena voluntad el GCBA decide condonar la deuda de los créditos, los vecinos se encontrarán con nuevos gastos relacionados al pago de servicios y expensas.

La situación laboral de los vecinos de los barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires es alarmante como se desprende del estudio presentado por la Asociación Civil Tejiendo el Barrio donde se observa un nivel de desempleo cercano al 50% con una incidencia del trabajo en negro superior al 60%.

La situación se agrava si consideramos que las expectativas de recuperación económica de estos vecinos apenas superan el 20% mientras que casi un 80% vio deteriorada su situación económica en el último año.

La conjunción de estos factores ofrece un panorama preocupante donde, lo que prometía ser un avance de la Ciudad para saldar parte de la deuda pendiente en materia de vivienda e integración, puede convertirse en un proceso fallido o en el mejor de los casos en un fenómeno de éxodo y gentrificación generalizado.

Queda preguntarnos si se trata de una manifestación de la falta de un plan integral que englobe los destinos de la Ciudad y la Nación -o de cómo hasta las más loables políticas locales se tornan inviables en el contexto de un gobierno nacional fallido- o por el contrario si asistimos a una nueva prueba de que la política de vivienda de la Ciudad se construye en beneficio de los especuladores inmobiliarios en detrimento del derecho de los porteños.