México

El asesinato de un líder indígena descoloca a López Obrador

El líder náhuatl se oponía a la construcción de una central termoeléctrica que impulsa López Obrador.

Andrés Manuel López Obrador quedó descolocado por el homicidio de Samir Flores Soberanes, un activista social y ambientalista opositor a una obra apoyada por el Gobierno en el municipio de Temoac, en el estado de Morelos.

El suceso tuvo lugar en la madrugada de este miércoles, cuando un vehículo con varias personas armadas disparó al activista cuando salía de su domicilio, en una clarísima ejecución con visos de crimen político.

La ejecución del indígena náhuatl, ocurrió a las afueras de su domicilio, en el poblado de Amilcingo, en Temoac, Morelos, y el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua en Morelos, Pueblas, Tlaxcala (FPDTA), no tardó en culpar al Gobierno Federal.

"Samir no tenía más enemigos, este fue un crimen político por la defensa de los derechos humanos que Samir y el FPDTA lleva contra el Proyecto Integral Morelos y por la autonomía y autodeterminación de los pueblos (...) este asesinato es resultado de la omisión de este y los gobiernos anteriores de resolver por la vía del diálogo el conflicto que genera el inviable Proyecto Integral Morelos", denunció la organización.

Flores fue el mayor opositor a la construcción de la termoeléctrica de Huexca y al gasoducto de Amilicingo, dos proyectos que se someterán a una consulta ciudadana lanzada por López Obrador. El presidente mexicano no descarta que el asesinato estuviera relacionado con un intento de afectar ese proceso de consulta y afectar las dos obras que impulsa su administración.

"Lamento mucho lo del asesinato de un dirigente en Morelos opositor a la termoeléctrica. Es un crimen vil, cobarde, esa es la información que tengo hasta ahora", dijo el mandatario mexicano en su conferencia de prensa matutina, que este jueves dio por primera vez fuera de la Ciudad de México, en el estado de Nuevo León.

Ante la pregunta sobre el asesinato de Flores, López Obrador no pudo articular una respuesta clara y se lo vio visiblemente golpeado por el suceso y sin información clara. Sobre el final, especuló que acaso con el crimen se buscó detener la consulta, pero advirtió que de cualquier manera se concretará.

Samir Flores, el militante ambientalista de Morelos, asesinado este jueves.

El asesinato del activista contra la termoeléctrica es delicado, aún en el marco de extrema violencia que sufre México, porque golpea de manera simbólica a López Obrador, que se inició en política por medio de los movimientos sociales, en especial los relacionados a las minorías indígenas del sur de México. 

Flores, que también trabajaba en una radio comunitaria, se oponía al proyecto Integral Morelos, respaldado por López Obrador, que contempla que entre en funcionamiento una central termoeléctrica de la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE) y el gasoducto que lo alimenta en Huexca, estado de Morelos. 

Estas instalaciones ya estaban construidas pero paralizadas por quejas de habitantes de la región.

Para convencer a la población de votar a favor del proyecto, López Obrador afirmó que con la continuación de la planta de la CFE se podrían bajar las tarifas de luz.

El presidente de México dijo en ese momento que ya se había conversado con la población afectada: "Hay una buena aceptación por parte de los campesinos". Prometió también que no habría afectaciones medioambientales. Por ejemplo, afirmó que la cuenca del río, de donde se abastecerá de agua la planta, no será contaminada, pues esta misma será tratada.

"Y además, nos comprometemos de que el organismo de agua de la UNESCO certifique el agua que se va a tratar y regresar a la cuenca del río Cuautla", afirmó en esa ocasión.