Mendoza

Una senadora de Cristina, cerca de ser la candidata peronista en Mendoza

Anabel Fernández Sagasti es la única opositora en campaña. En el PJ podrían darle interna. Macri cayó fuerte y obligó a Cornejo a desdoblar.

La senadora kirchnerista Anabel Fernández Sagasti es por ahora la única candidata peronista de Mendoza para enfrentar al radical Rodolfo Suárez, intendente de la capital y la carta que jugó de urgencia Alfredo Cornejo para retener la provincia.

Golpeado por el derrumbe de la imagen de Mauricio Macri y la mejora de Cristina Kirchner, el gobernador ignoró las instrucciones de Marcos Peña y separó la elección provincial de la nacional para no correr riesgos: habrá primarias el 9 de junio y generales el 29 de septiembre, a menos de un mes de los comicios presidenciales.

"La gestión provincial está mejor valorada y debíamos desdoblarla. Pero si Cornejo es candidato a diputado nacional va a levantar a Macri, así que no hubo fisuras con la Casa Rosada", se defienden desde la UCR mendocina. 

El problema es que junto a Cristina en mayor o menor medida crece Fernández Sagasti, que tiene 34 años, se sienta a su lado en el Senado y ni bien se anunció el cronograma electoral ratificó su candidatura y empezó a recorrer la provincia con un llamado a la renovación generacional. 

"La gestión provincial está más valorada que la nacional y por lo tanto debíamos desdoblar", justifican en la UCR mendocina. Reconocen que si el PJ no se parte los pueden complicar. 

El resto del peronismo no termina de definir un candidato y el único anotado es el diputado nacional Omar Felix, que en diciembre lanzó una línea interna junto a sus colegas Rubén Miranda y el kirchnerista Guillermo Carmona, presidente del PJ y decidido a buscar una lista de unidad o a que, de no ser posible, la interna no pase a mayores. "La clave es ganar la provincia", repite. 

El trío del PJ histórico definirá una estrategia en marzo, después de la tradicional fiesta de la vendimia, y está a la espera de saber si se atreve a competir por la gobernación Alejandro Bermejo, intendente de Maipú o el ex gobernador Rodolfo Gabrielli. Los otros alcaldes peronistas que los acompañan son Emir Felix (San Rafael), hermano de Omar; Martín Aveiro (Tunuyán), Roberto Righi (Lavalle) y Omar Gimenez (San Martín).

Podría haber internas pero no ruptura, porque Fernández Sagasti participa de las reuniones del PJ y ubicó como vicepresidenta a Florencia Décima, de La Cámpora. "Cristina tiene picos de 30 puntos de imagen positiva, pero Anabel no se lleva todo. Además, necesitamos sumar otra porción del electorado para ganar", sostienen sus rivales internos. Temen que como pasó en las últimas elecciones el líder del PI, José Luis Ramón, termine captando una porción fuerte de desencantados con el gobierno de Macri.

Cornejo y Suárez, el día que se anunció la candidatura del intendente de Mendoza.

La sana convivencia peronista, sin golpes bajos y con diálogos de segundas líneas, encendió la alerta de los líderes de la UCR. "Pueden tener internas pero no se van a dividir como en la Nación y quien compita a septiembre llegará consolidado. Por eso no se podía regalar nada", admiten cerca de Cornejo.

Pragmático, el gobernador resignó la candidatura de su super ministro Martín Kerchner Tomba -hoy muy enojado con el gobernador- y habilitó a Suárez, mejor posicionado en las encuestas.

Ni escuchó las pretensiones del macrista Omar de Marchi, intendente de Luján de Cuyo, aún con ganas de competir en las primarias. En el PJ lo alientan a participar porque, recuerdan, cada vez que ganaron la provincia participó en los comicios una tercera lista de perfil conservador, capaz de dividir el voto radical. Fue lo que hizo el mítico Juan Carlos Mazzon cuando alimentó la candidatura por los demócratas -partido de origen de De Marchi- del periodista Luis Rosales, jugada que le permitió a Paco Pérez ser electo gobernador.

Cornejo no puede permitirlo y necesita unir Cambiemos en meses que no serán sencillos, porque a la caída de Macri debe afrontar el costo de medidas impopulares suyas como la suba de más del 60% del boleto de colectivos, que saltó a 18 pesos, obligado por la decisión de la Casa Rosada de trasladarle el costo de los subsidios. El presidente del radicalismo deja una gestión ordenada y con las cuentas equilibradas, pero por su relación zigzagueante con Macri no logró que Nación haga grandes obras en Mendoza.