Inflación

Estiman que la inflación de enero fue del 2,6% y que en febrero puede ser más alta

La política monetaria empieza a tener efectos en la inflación núcleo pero las subas de tarifas frenan la desaceleración de los precios.

Terminó el primer mes del año y consultores y analistas dan por finalizada la baja de la inflación que se observó tras el pico del mes de septiembre. Para enero se estima que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se ubique en torno al 2,6%. Así lo confirmó el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que mes a mes presenta el Banco Central.

Tras el 2,6% que el Indec relevó en el mes de diciembre, para enero el promedio de las estimaciones privadas se ubicó en 2,6% en enero y la mediana, en 2,5%. Para febrero las estimaciones se invierten, 2,5% para el promedio y 2,6% para la mediana.

Por ejemplo, para la consultora C&T Asesores Económicos, la medición de enero se ubicó en 2,7% mientras que para Eco Go quedó en 2,8% para el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) de la mano de la acentuada suba en los precios estacionales (4,3%), como lo reflejaron los capítulos "Esparcimiento" (6,5%) por la suba del 7,2% en Turismo- y de los regulados (3,5%), tal y como lo evidencia la suba del 6,3% de "Transporte y Comunicaciones".

"Lo que se observa es que la inflación se estabiliza en un nivel más bajo que el de agosto octubre y va a seguir así por un par de meses más, hasta al menos marzo. Donde sí debiera verse una baja es en la inflación núcleo por el efecto contractivo de la política monetaria", explicó a LPO Camilo Tiscornia, economista y director de C&T.

En enero, la inflación núcleo esperada del REM muestra una fuerte baja respecto del 2,7% de diciembre. Con una marca del 2,4% mensual, para febrero y marzo se espera que baje a 2,3% y que en abril pase a reducirse de a una décima por mes.

"Es lo lógico, porque la política monetaria actúa con rezagos y sus consecuencias tardan en manifestarse. Sería esperable ir viendo los efectos en la núcleo, más que en la total por la elevada incidencia de los precios regulados: en febrero tenemos electricidad, transporte y prepagas, en marzo, la siguiente etapa en transporte más la suba de los colegios, y más adelante tenemos pendiente el aumento del agua y del gas", sintetizó Tiscornia.

En Eco Go, por ejemplo la medición de la inflación núcleo de enero dio 2,1%, una fuerte baja.

Y aunque la tendencia vaya a la baja, tanto la inflación núcleo como la general mostraron más reticencia respecto de la baja. Por eso el mercado subió sus expectativas de inflación para 2019 del 29,3% promedio esperado un mes atrás al 29,9% de acuerdo al REM de enero. Si se toma la mediana, la suba fue de 3 décimas hasta el 29% anual.

Similar fue el caso con la inflación core, que trepó del 26,5% anual al 27,4% en el promedio de las expectativas de enero.

La política monetaria afecta más a la tasa de interés que a la actividad

El REM mostró una baja en las expectativas de los consultores y casas de estudios consultadas respecto de la tasa de política monetaria. El pronóstico para febrero del promedio mensual de la tasa de Leliq cayó 1,79 puntos porcentuales pasando de 54,59% en el relevamiento previo a 52,80% en el presente. Para diciembre 2019 las proyecciones son de 37%, es decir un punto porcentual más bajo que hace un mes.

Esta tenue mejora en la tasa de interés esperada, sin embargo, no fue suficiente como para traducirse en una mejora inminente en el nivel de actividad económica. Los pronósticos para 2019 y 2020 se mantuvieron  estables entre diciembre y enero: para 2019 se espera una caída de -1,2% interanual y para 2020, una reactivación de 2,5%.

Según explicó el economista Javier Alvaredo, director de la consultora ACM: "El mercado es más optimista respecto a la trayectoria descendente de las tasas de interés en los próximos meses. Sin embargo, este nivel de tasas nominales implican tasas de interés reales entre 18% y 23%, lo que dificulta la expansión de la actividad y recién estarían convergiendo a niveles de un dígito a fines de año".

En el corto plazo, la política monetaria también cambió las expectativas sobre el nivel de tipo de cambio esperado. La cotización mayorista del mes de febrero pasó de ubicarse en $40,5 en diciembre a $38,3 en enero. Sin embargo, el mercado no cree que esta mejora del dólar se sostenga todo el año. Por eso espera que sea de $48,30 a fin de año, lo que marca una caída de 35 centavos respecto de la cotización promedio esperada a diciembre un mes atrás.