El presidente de la CGE se atornilló en su oficina tras ser removido del cargo

 La comisión directiva de la Confederación General Económica (CGE) destituyó a su presidente Oscar Gentili y nombró a Néstor Horacio Lombardi como presidente interino. Sin embargo el removido titular cambió la cerradura del edificio y se llevó los libros contables.

El nuevo presidente de la entidad le dijo a LPO que Gentili "venía con una inacción pronunciada pero además había pedido una autointervención de la Confederación a la IGJ". La gestión de Gentili era investigada con lupa por el resto de la comisión directiva que decidió suspenderlo y darle a su reemplazante un mandato para que convoque a elecciones en los próximos seis meses.

Identificado con el kirchnerismo, Gentili fue acusado por la Comisión Directiva de la CGE por "actos y omisiones contrarios a la entidad que paralizaron por completo su actividad institucional y gremial".

"Gentili endeudó la entidad y nunca justificó el préstamo y tampoco en que se gastó. Se llevó los libros de cuentas y cambió la cerradura del edificio. Además alquiló el tercer piso de la entidad y nunca avisó a quién", acusó Lombardi.

La CGE es una entidad fundada por el mítico José Bel Gelbard durante la primera presidencia de Juan Domingo Perón y agrupa a distintas cámaras empresarias. Ider Peretti, el ruralista que presidió la entidad, fue denunciado por su sucesor. Gentili, que asumió en 2016, lo acusó de repartir en forma discrecional permisos de exportación de granos.

"Se estableció que el Sr. Oscar Alberto Gentili, quien ejercía la presidencia de la CGE desde abril de 2016, realizó actos y omisiones contrarios a la entidad que paralizaron por completo su actividad institucional y gremial, incumpliendo reiteradamente sus obligaciones estatutarias, al tiempo que puso a la entidad en indefensión jurídica colocándola al borde de la quiebra y promovió la intervención de la CGE", comunicaron desde la entidad.

Además explicaron que Gentili "generó deudas sospechadas de fraude -que no puede verificarse en su magnitud al no encontrarse en la sede la documentación y los libros sociales, todos sustraídos por el nombrado-, en aparente connivencia con dos de los miembros de la Comisión Revisora de Cuentas, Sres. Mario Cesar Flores y Ramón Alberto Carranza, entre otros cargos derivados de sus actos lesivos a los intereses sociales".