Mar del Plata

Molesto por el lugar que le asignaron, Arroyo abandonó un acto de Vidal

"No es un lugar digno, yo me voy a la mierda", dijo. Lo habían mandado detrás de un vallado.

Apenas arranca el verano y María Eugenia Vidal ya tiene el primer roce con el intendente de Mar del Plata. Esta mañana, Carlos Arroyo se retiró furioso del acto en el que la Gobernadora inauguró las playas públicas porque consideró que el lugar que le reservó el protocolo oficial no era acorde con su investidura.

"No es un lugar digno para un intendente, yo me voy a la mierda", dijo Arroyo a la prensa antes de retirarse acompañado del secretario de Hacienda Hernán Mourelle, en la previa al acto.

El intendente se enojó porque no tenía asignado un lugar central, sino que iba a ser ubicado detrás de un vallado junto a su gabinete. "Yo me voy, ustedes hagan lo que quieran", le dijo Arroyo a sus funcionarios cuando esperaba en la playa frente al Museo MAR la llegada de la Gobernadora.

Desde el área de prensa del municipio informaron que el jefe comunal se retiró para regresar al Palacio Comunal donde había una protesta de representantes del Sindicato Obrero de la Industria del Pescado (Soip).

Pero la salida de Arroyo no fue la única del acto. También se retiraron dirigentes radicales como el diputado provincial Maximiliano Abad, y los concejales Vilma Baragiola, Cristina Coria y Ariel Martínez Bordaisco. No obstante, Abad compartió más tarde otro acto con Vidal en Lobería, al que no fue Baragiola en otra señal de descontento.   

Arroyo participó ayer del lanzamiento del Operativo Sol. En ese acto, el intendente logró subir al escenario ya cuando los discursos estaban por empezar.

Tanto en el acto de ayer como en de hoy, la Gobernadora llegó acompañada por el diputado nacional Guillermo Montenegro, quien desde hace un año intenta posicionarse como candidato a intendente.

Allí está el centro del malestar. Las versiones que circulaban en el acto era que los dirigentes de la UCR estaban molestos por el lugar de privilegio que tuvo Montenegro.

Fue un breve acto y un discurso que se extendió poco más de cuatro minutos que estuvieron marcados por dos protestas que se produjeron en los alrededores. Una tuvo como protagonista a los familiares del buque Ringel, hundido en junio pasado en la zona de Rawson. Los familiares de los nueve marineros fallecidos acampando buscan darle visibilidad a la problemática portuaria de los hundimientos y la precarización en el Puerto.

La otra protesta apuntaba al rechazo por el cierre del Centro de Formación Profesional N° 416. Ese establecimiento fue cerrado por una resolución del ministerio de Educación de la provincia. "Entendemos que esta medida forma parte de las políticas de ajuste del Estado en materia de Educación", expresaron los docentes.