México

Quién es Miguel Ángel Revilla, el excéntrico amigo de AMLO que ya gastó 12 millones de pesos en anchoas

Polémico y colorido, el presidente de Cantabria pidió una investigación para saber quién tiraba su puro al piso.

Andrés Manuel López Obrador decidió viajar a su finca de Chiapas para descansar en la previa de la toma de posesión en México. En estos días de relajo eligió la compañía de un curioso personaje español, Miguel Ángel Revilla, político, escritor, tertuliano, embajador de su región, y desde hace un año íntimo amigo del próximo presidente mexicano.

En sus redes sociales compartió imágenes abrazado a AMLO en su "ranchito" de Palenque, "La Chingada". Revilla es un personaje archi-conocido en España y una de las figuras más controvertidas del panorama político, a pesar de haber desarrollado toda su carrera en Cantabria, una pequeña región del norte del país y nunca haber dado el salto a la arena nacional.

Se hizo famoso por prescindir del coche oficial y llegar en taxi al Palacio de la Moncloa, residencia del presidente del Gobierno español, en todas sus visitas oficiales como presidente autonómico. Un gesto similar al de AMLO y su viejo Nissan Tsuru con el que se movía por la Ciudad de México.

La amistad con Andrés Manuel tiene su origen en una carta que Revilla le envió invitándole a visitar Cantabria para "reecontrarse con sus raíces" acompañada de varios de sus libros con los que alcanzó notable éxito editorial. La misiva no tuvo respuesta, pero gracias a la intermediación de la presidenta de Morena Yeidckol Polevski y un empresario cántabro, la visita se concretó en septiembre del año pasado. 

AMLO conoció el pueblo natal de su abuelo José Obrador Revuelta, que emigró a México como polizón de barco a principios del siglo XX y prometió invitarle a su toma de posesión si era elegido. Fue la misma estrategia que Revilla usó para llevar a España al ex presidente uruguayo José Mujica con quien también comparte amistad desde entonces.

Su lista de anécdotas es interminable. Una de las más coloridas se refiere a cuando solicitó una investigación en el parlamento de Cantabria para descubrir quién tiraba su puro al suelo. Cada mañana antes de entrar al pleno, Revilla dejaba el cigarro sobre una ventana en lugar de arrojarlo al cenicero y al salir lo encontraba siempre en el piso. Furioso, quería conocer al responsable. El culpable resultó ser el jefe de la oposición.

De una verborragia incontenible y querencia infinita por las cámaras, pisó tantas tribunas como estudios de televisión donde acude asiduamente a tertulias políticas y a los programas de entretenimiento más vistos en España. Su salidas de tono -una vez llamó "tocapelotas" a Jorge Valdano- son casi tan célebres como sus halagos a las bondades gastronómicas de su región, principalmente a las anchoas, producto carísimo que regalaba allá por donde iba. Una investigación periodística reveló que se había gastado medio millón de euros -casi 12 millones de pesos- en anchoas en apenas ocho años.

Declarado amante de México "un país maravilloso que acogió a tanta gente después de la Guerra Civil y los salvó de que les cortaran el pescuezo" y seguidor ferviente de AMLO "un hombre honrado, luchador, demócrata, pacifista, con unos valores extraordinarios", ha encontrado su última obsesión en la lengua española y la necesidad de "explotar un idioma que van a hablar 1.000 millones e personas", un tema que seguro le expondrá al tabasqueño en sus días de vacaciones.

Si AMLO pretendía descansar antes de la trascendental fecha, con Revilla en la misma casa lo va a tener complicado.