Michetti llegó a tarde a recibir a Macron, que tuvo que saludar a técnicos aeronáuticos

La vicepresidenta llegó cuando el francés y su esposa estaban subiendo a su auto. Ensayó una disculpa en un "francés" incomprensible.

El presidente de Francia,  Emmanuel Macron, arribó el miércoles por la noche a Buenos Aires para participar de la cumbre del G20 y su primera impresión no fue la esperada. La vicepresidenta Gabriela Michetti llegó tarde a recibirlo y el galo tuvo que saludar a técnicos aeronáuticos, que para mayor mortificación portaban los célebres chalecos amarillos de las protestas que tienen a la administración del francés contra las cuerdas.

Macron y su esposa Brigitte aterrizaron en el aeropuerto internacional de Ezeiza y para su sorpresa no vieron a ninguna autoridad argentina para recibirlos a pie de pista, como marca el protocolo. La alfombra roja estaba vacía. 

El mandatario miró varias veces a sus lados, pero a pesar del desconcierto mantuvo la simpatía y saludó a un operario de pista y un encargado de seguridad, las únicas personas que tenía cerca. 

La ironía de la escena es que el técnico aeronáutico vestía un chaleco amarillo, símbolo de un movimiento que surgió en las últimas semanas en Francia para protestar contra el incremento del precio de los combustibles y que protagonizó masivas y violentas protestas contra Macron.

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Al llegar a su auto, Macron continuó saludando al personal de seguridad y la primera dama se subió para irse al hotel Intercontinental, donde se hospedan. Macron estaba a punto de hacerlo cuando lo frenaron y finalmente apareció Michetti junto al embajador francés en Argentina, Pierre Henri Guignard. Brigitte tuvo que bajarse del auto para saludarlos.

A pesar del traspié protocolar, Macron y su esposa se quedaron varios minutos charlando animadamente con Michetti, que improvisó un francés incomprensible (ver video) ante la mirada azorada del presidente de Francia y su mujer.

Más tarde, la vicepresidenta explicó que la demora se debió a un error del protocolo, con lo que culpó sutilmente a Jorge Faurie. "Pasó algo raro ahí. Nosotros estábamos con una persona de protocolo de Cancillería y con el embajador de Francia y el vicecanciller. Nosotros teníamos que esperar que nos dijeran 'ahora', estaba todo cronometrado, en teoría. Y cuando nos dijeron 'ahora' vamos y cuando llegamos el presidente ya se estaba metiendo en el auto", contó en TN.

"Me imagino que se deben haber sentido muy raros cuando bajaron y no había nadie", admitió.