Presupuesto 2019

Cambiemos logró poner en debate el presupuesto gracias a los diputados de Rodríguez Saá

Los representantes de Schiaretti y Bordet entraron tarde y casi se cae la sesión. Los cuatro puntanos colaboraron. Lousteau fue otra ayuda clave.

Cambiemos consiguió quórum para debatir el presupuesto 2019 tras media hora de espera y muchos nervios por la inesperada ausencia de diputados cercanos a los gobernadores que se habían comprometido ayudar pero no aparecieron.

Fue necesario que los cuatro diputados de San Luis (Ivana Bianchi, Karim Alume Sbodio, Victoria Rosso y Andrés Vallone) de los más críticos del presupuesto en el debate en comisión, ocuparán sus bancas y la sesión empezara a tiempo. 

También ayudó Martín Lousteau y sus dos aliadas, el mendocino José Luis Ramón, del Partido Intransigente; y su coterráneo peronista Omar Félix, que suele plegarse a los K. La polémica desgravación de los vinos espumantes se hizo sentir en Cuyo y ayudo a ablandar posiciones.

No había nadie del Frente Renovador y muy pocos de Argentina Federal, el bloque de los gobernadores, que había prometido 18 de sus 33 diputados pero a la hora de sesionar tenía varios menos.

Sólo fueron puntuales los tres sanjuaninos y los cinco misioneros y aparecieron los tucumanos Pablo Yedlin y Gladys Medina, pese a que su jefe, el gobernador Juan Manzur, fue de los más duros en la negociación.

Cuando se cumplía media hora de plazo, y los kirchneristas se preparaban atrás de las cortinas para pedir que se levantara la sesión, Pablo Kosiner, jefe de Argentina Federal, llegó junto a los cordobeses Juan Brugge, Adriana Nazario y Pablo Cassineiro y empezó a llamar a sus pares por teléfono.

Nicolás Massot recorría las bancas y cuando vio el tablero en 122 presentes y 3 sillas vacías de los suyos, llamó a los impuntuales para llegar a 125 y alcanzó el quórum con los cuatro puntanos, que estaban parados delante de sus bancas, pero se sentaron. Anoche se habían comprometido a llegar temprano, pero no imaginaban ser decisivos. 

Recién con la sesión empezada, arribó el cordobés Martín Llaryora, mano derecha de Juan Schiaretti; y Juan Bahillo, cercano al entrerriano Gustavo Bordet y que ayer firmó el dictamen del presupuesto sin leer las correcciones. 

Hoy se preocupó por marcar la cancha pero no fue el único: la chaqueña Elda Pertile y la santiagueña Norma Abdala de Matarazzo también firmaron, pero todavía no llegaron a sus despachos. Los otros cuatro diputados de Santiago del Estero arribaron segundos después de iniciada la sesión, entre ellos Claudia Ledesma, la esposa del gobernador Gerardo Zamora.  

No es la primera vez que los diputados puntanos abandonan su posición de combate con el Gobierno de turno para aprobarle el presupuesto: en 2014 ayudaron a cambio de crear la Universidad de los Comechingones.

Este año las planillas anexas incluyeron 386 millones para obras en municipios puntanos y por la tarde se conoció un audio de Adolfo Rodríguez Saá, senador y hermano del gobernador Alberto, celebrando su negociacion con Frigeri.

Pero mucho más le dieron a Córdoba y Entre Ríos, pero se hicieron rogar. En Cambiemos entendían que pudo ser un paso de baile para marcar la cancha, pero aún así no es un dato alentador, porque necesitan volver a juntar la mayoría para votar el presupuesto en general y en particular.

Las ausencia que más le dolió a Massot fue la del riojano Danilo Flores, porque la última versión del presupuesto incluyó la compensación de La Rioja de 4 mil millones por coparticipación más liquidada, un clásico de cada año pero que esta vez el PRO esperaba que sea compensado. De hecho, si no se aprueba el presupuesto, ese aporte peligra. 

Está previsto 12 horas de debate conjunto del presupuesto, el aumento de bienes personales, la adenda al pacto fiscal, la actualización de los balances por inflación y un monotributo social para cañeros y tabacaleros.

Cambiemos quiere extender la sesión hasta la madrugada para disipar el acampe de los movimientos sociales, que reclaman un refuerzo de 10 mil millones al plan de emergencia alimentaria. Antes tiene que volver a juntar los votos, si quiere tener presupuesto.