Diputados

Gil Lavedra hace un último intento en Casación para que Ayala no vaya presa

Ya falló en contra en primera instancia. Cambiemos la espera, pero no cree que pueda salvarla. La complicidad del kirchnerismo y la Corte, la última esperanza.

La diputada radical Aída Ayala espera una señal positiva de la Cámara de Casación Penal antes que la Comisión de Asuntos Constitucionales se reúna para aprobar su desafuero y pedido de detención, como le anticiparon sus compañeros de bloque.

Le dieron tiempo: el miércoles llegó el pedido de la jueza Zunilda Niremperger para reanudar su desafuero y el macrista Pablo Tonelli le exigió conocer los expedientes antes de convocar a la Comisión de Asuntos Constitucionales.

Es tiempo de oro para que Ricardo Gil Lavedra, abogado de la chaqueña, consiga un fallo favorable de la Sala IV de la Cámara de Casación Penal y su condena se vuelva abstracta.

Pero el tribunal presidido por Mariano Borinsky ya falló en contra la chaqueña en primera instancia, cuando revocó la eximición de presión que había concedido la Cámara Federal de Resistencia.

Cambiemos prometió avalar el desafuero de un legislador si hay un fallo de Cámara. Ayala sólo puede salvarse si consigue que Casación y o la Corte la eximan de prisión en tiempo récord. 

Rápido de reflejos, tras aquel dictamen Tonelli reunió a la Comisión y juntó mayoría para archivar el desafuero, pero luego llegó el revés en Casación y la Cámara de Resistencia, esta vez, confirmó la prisión para Ayala.

Por si fuera poco, antes de estos últimos dos golpes la chaqueña se convirtió en una impensada rehén de la causa de los cuadernos.

Cuando Claudio Bonadío pidió allanar las propiedades de Cristina Kirchner, para presionar al Senado los legisladores de Cambiemos fijaron una doctrina para los futuros pedidos de desafueros, que consistía en mandar cárcel a cualquier legislador con una condena ratificada en segunda instancia.

En ese entonces Ayala quedaba salvada, pero ya no, salvo algún dictamen favorable en Casación o de la Corte Suprema, pero a una velocidad que la justicia no suele tener.

Confiada, la diputada nunca solicitó formalmente quitarse los fueros, como había prometido, y espera cada día un llamado alentador de Gil Lavedra que nunca llega. La otra expectativa es el kirchnerismo, que en el debate en Comisión sólo argumentó su rechazo a archivar el desafuero en la sesión que le quitó los fueros y mandó a la cárcel a Julio De Vido.

Sus diputados no valoraron el contenido de la causa, en la que se acusa a Ayala de negociaciones incompatibles con la función pública por un contrato para la recolección de residuos cuando era intendente de Resistencia. Y saben que si levantan la mano para enviarla a prisión no tendrán argumentos para defender a Cristina ni a Máximo Kirchner, si finalmente llega el pedido de prisión por la causa Hotesur. El juez Julián Ercolini ya lo procesó.

Exigen tratar el desafuero de Aída Ayala y en Cambiemos se resignan a verla presa

Para que la chaqueña termina tras las rejas, el dictamen de Asuntos Constitucionales debe aprobarse por dos tercios en el recinto, un número que es imposible sin los diputados de Cambiemos pero queda ajustado si el kirchnerismo prefiere esperar.

Y en Diputados nadie tiene claro quien moverá un dedo para sesionar por este tema. Si algún dirigente opositor o el Gobierno para levantar la bandera de honestidad y diferenciarse de los senadores que protegen a la ex presidenta. Tal vez el dilema le permita a Ayala pasar el verano en liberad. Es mucho tiempo para que los tribunales superiores moldeen un gesto.