Inflación

Para el Central, el 6,5% de inflación confirma que las tasas deben seguir altas

Las autoridades reconocen que el número de inflación de octubre "tampoco va a ser bueno".

El equipo de Guido Sandleris tomó el primer dato de inflación del Indec desde su asunción como una ratificación de su diagnóstico: el 6,5% de inflación de septiembre "confirma que la economía había perdido la nominalidad", cada vez el peso servía menos como referencia, y era urgente la necesidad de recuperar la estabilidad para acotar en el tiempo la recesión. Y por eso era crucial subir las tasas de interés arriba del 60% anual, compromiso que se sostendrá hasta diciembre.

Esto no quiere decir que en el Banco Central desconozcan que las tasas de interés actuales (hoy subieron al 72, 66%) resultan prohibitivas para las pymes que no pueden afrontar con sus márgenes el costo financiero del capital de trabajo. "Estamos en un escenario de ilusión monetaria", interpretan desde la autoridad monetaria.

"La inestabilidad cambiaria es más recesiva que las tasas de interés de corto plazo elevadas", acotaron desde el organismo que preside Sandleris. Un dato reciente refuerza esta la tesis del Banco Central y es que en el mes de julio, tan pronto hubo unas semanas de estabilidad cambiaria, la economía tuvo una ligera recuperación respecto de junio . 

"No es imaginable dónde podíamos estar de haber seguido espiralizándose la inflación", confiaron a LPO desde el Banco Central. 

El desafío del Banco Central puede pensarse en distintos niveles. La responsabilidad de la baja de la inflación es suya porque así lo establece la Carta Orgánica y, en este sentido, Sandleris está comprometido a que la inflación baje, aunque desde el organismo que preside prefieran no dar pronósticos porque temen que sean leídas como "metas" y, en caso de no verificarse, el Banco Central reciba un nuevo golpe a su credibilidad.

Para Sandleris, el 6,5% de inflación de septiembre 'confirma que la economía había perdido la nominalidad' y era necesario subir las tasas de interés.'No es imaginable dónde podíamos estar de haber seguido espiralizándose la inflación', confiaron a LPO.

"Nuestro compromiso es bajarla y por eso tomamos la decisión de controlar la base monetaria y que el mercado y el público puedan ir monitoreando periódicamente el progreso. Sabemos que las tasas son altas, pero si se anualiza la inflación de septiembre, estamos hablando de un 81%, lo que muestra que las tasas actuales no son un disparate", agregó un miembro del equipo de Sandleris.

Y aunque la autoridad monetaria se conforme con ver bajar la inflación, saben que los guarismos de los próximos meses no van a ser muy alentadores tampoco. El dólar subió en lo que va del año 96,8%, mientras que la inflación trepó 32,4% y por esto saben que los precios al consumidor no se terminaron de acomodar al nuevo valor del dólar, que, dicho sea de paso, retrocedió $4,90 desde su máximo el 31 de septiembre.

"Octubre no va a ser un buen número tampoco -reconocieron desde el Banco Central- no al nivel de septiembre, pero ya sabemos que no va a ser bueno. Tal vez en los dos últimos meses del año o quizás a partir de enero empecemos a ver una mejora". Como consignó LPO, analistas económicos ya hablan de cerca de un 5% para octubre y consideran optimista que el último trimestre la inflación promedio caiga al 3% desde el 4,48% actual.

La inflación de septiembre se elevó al 6,5% y terminaría el año como la más alta desde 1991

Y aunque en el Banco Central prefieran no hacer públicos sus números para lo que resta del año, bajo este supuesto del 3% promedio para el último trimestre en promedio, la inflación interanual -que a septiembre fue del 40,5%- en diciembre no bajará del 47%, la marca más alta desde 1991, tras la hiperinflación de 1990.

El dato es lapidario para la promesa de campaña de Mauricio Macri de bajar la inflación: a poco de concluir su tercer año de mandato, cosecha dos de los cinco años de mayor inflación desde que empezó el siglo: 47% o más en 2018 y 36,6% (o 40,3% si se toma el IPC-Congreso) en el año 2016.  

Si Macri quisiera equiparar en sus cuatro años de mandato la inflación del mandato anterior, Sandleris tendría que hacer caer la inflación al 13% en 2019.

Completan el "top five" de las inflaciones anuales más altas del siglo XXI los datos de 2014 (38,53% de acuerdo al IPC-Congreso, muy por encima del 23,9% del Indec), de 2013 (25,8% también de acuerdo al IPC-Congreso) y de 2002 (40,9%), tras la salida de la convertibilidad.

Incluso si Macri quisiera equiparar en sus cuatro años de mandato la inflación del mandato anterior, Sandleris tendría que hacer caer la inflación del 47% esperado para 2018 al 13% en 2019. De esta forma, del 35,9% de inflación promedio anual de sus primeros tres años de mandato, podría pasar al 29,9% promedio del período 2012-2015, una vez más tomando los datos de estimaciones privadas. Se trataría de una reducción de 34 puntos, muy por encima de los 10 puntos porcentuales prometidos por Macri al cierre del primer acuerdo con el FMI. Cumplir con esta segunda promesa, ya sería un logro para la gestión de Sandleris que asumió el cargo con un 40,5% de inflación interanual.