Brasil

La negociación con los partidos medios y los "nanicos", clave de la supervivencia del próximo presidente de Brasil

Quien gane el ballotage necesitará endulzar una veintena de partidos para poder gestionar y evitar el impeachment.

Jair Bolsonaro dijo que no suavizará su discurso para ganar el ballotage pero hará lo posible por evitar la viralización de una entrevista que dio en la TV en 1999 en la que proponía eliminar el Congreso porque no servía para nada.

Este lunes el ganador de la primera vuelta de las elecciones de Brasil comenzó un proceso inverso al que pronosticó veinte años atrás y admitió que ya se puso a negociar con los legisladores para formar una coalición parlamentaria que le permita avanzar con sus reformas si es electo presidente.

La historia de Brasil marca que aquel presidente que no tiene muñeca en el Congreso, no termina su mandato.

Jânio Quadros, que prohibió las bikinis en la década de los 60, cayó cuando quiso gobernar por decreto. Su gobierno duró 7 meses. Fernando Collor de Mello fue otro ejemplo de la suerte que corren los presidentes brasileños que le dieron la espalda al Congreso: lo destituyeron en 1992 con 441 votos a 28. Sus dos sucesores, Fernando Hernique Cardoso y Lula da Silva sí supieron manejar el parlamento y terminaron dos mandatos cada uno. Dilma Rousseff, que no era hábil negociadora como Cardoso y Lula, fue destituida en 2016.

En Brasil aseguran que a ningún presidente se le hace un "impeachment" desde el minuto cero, pero cualquiera de los candidatos que gane el ballotage tendrá serias debilidades en el Congreso.

El Senado tendrá la fragmentación más grande de su historia, con 21 partidos para sólo 81 senadores y la Cámara de Diputados tiene 513 bancas, que a partir de enero estarán distribuidas en 30 partidos compuestos por pastores evangélicos, 70 militares, deportistas y otras personalidades pintorescas como el payaso Tiririca -va por su tercer mandato- y el actor porno Alexandre Frota, a quien Bolsonaro tentó con ironía para el ministerio de Cultura antes de anunciar que eliminará esa cartera. "Brasil es demasiado grande para entenderlo", resumen los analistas.

Bolsonaro ganó 52 diputados pero dependerá de la bancada "Buey, Biblia y Bala" 

Quienes tienen años siguiendo la política brasileña explican que el Congreso siempre apoya si hay dinero, y en este país eso se traduce básicamente en el reparto de cargos en empresas estatales.

Por eso la propuesta del elegido por Bolsonaro para manejar la economía, Paulo Guedes, de privatizar todas las empresas estatales, incluso Petrobras no sólo encontrará una resistencia de casi todos los partidos, sino que le quitará activos para negociar con los partidos "medios" (de alrededor de 30 diputados como tendrán el PMDB y el PSDB, y los "nanicos" -enanos-, aquellos partidos con un puñado de diputados.

Curiosamente, el PSL de Bolsonaro era un "nanico" de un solo diputado y ningún senador hasta este domingo. Si avanza con la furia de las privatizaciones, correrá riesgos de una paralización total de la gestión, más aún con un bloque propio que representa el 10 por ciento de la Cámara.

Tanto Bolsonaro como Fernando Haddad, que con la votación de ayer perdió a dos espadas del PT en el Congreso como Romero Jucá y Eunício Oliveira, deberán tener dulces a algunos de esos 30 partidos para poder gobernar y ulteriorimente evitar un impeachment.