Estados Unidos

Acusan de abuso al candidato de Trump para la Corte

La doctora Christine Ford va a testificar ante el Senado que el juez Kavanaugh intentó violarla a principios de los años 80. "Pensé que podía matarme por accidente", dijo.

Lo que se estaba perfilando para ser un proceso de confirmación express en el Senado para Brett Kavanaugh, nominado por Donald Trump para la Suprema Corte de Justicia, hoy la situación se empantanó cuando una mujer acusó al juez de haber intentado violarla cuando tenía apenas 15 años y estudiaba la preparatoria. 

Ayer la profesora Christine Blasey Ford decidió romper el silencio y ofreció una entrevista para el Washington Post donde narró el episodio. Dijo que a principios de los ochenta el juez y un amigo, ambos en estado de ebriedad, la encerraron en una habitación durante una fiesta. Kavanaugh, narró, la sujetó en la cama y la manoseo en contra de su voluntad.

"Pensé que podía matarme sin darse cuenta", contó Ford, de 51 años, al diario capitalino. "Estaba intentando atacarme y quitarme la ropa".

Originalmente la acusación contra Kavanaugh la había hecho en una carta que envió a la senadora Diane Feinstein donde pedía que su nombre no fuera revelado. Sin embargo, Ford, hoy una psicóloga que reside en California y da clases en la Universidad de Palo Alto, decidió hacer público su testimonio ante el temor de que su nombre se filtrara pronto en los medios.

Los republicanos por lo pronto se lanzaron a la defensiva. El viernes pasado el presidente del comité judicial del Senado, el republicano Chuck Grassley, publicó una carta firmada por 65 mujeres que conocieron a Kavanaugh durante su juventud a principios de los años 80. 

"A lo largo de los más de 35 años que tenemos de conocerlo, Brett se ha destacado por su amistad, carácter, e integridad", dice la carta. "En particular siempre ha tratado a las mujeres con decencia y respeto. Eso era verdad cuando estaba en la preparatoria, y sigue siéndolo hasta hoy".

La doctora declaró que sentía que era su "responsabilidad cívica" salir a la luz y contar su historia.

Donald Trump, por su parte, salió a refrendar su apoyo a Kavanaugh y funcionarios de la Casa Blanca comunicaron que la administración seguía detrás de su nominado.

Sorprendió a muchos que el mandatario no mostró su habitual respuesta aguerrida cuando lo atacan a él o a uno de sus aliados, y aunque dijo que sería ridículo retirar la nominación, también dijo que quería un "proceso completo", aunque la confirmación se retrase.

"Quiero que el pueblo estadounidense esté contento porque van a tener a alguien que es grandioso", declaró Trump. "Quiero que él entre [a la Corte] en el nivel más alto, y creo que para hacer esto tienes que pasar por este proceso. Si se tarda un poco que se tarde un poco. Estoy seguro de que va a salir muy bien".

El senador republicano Jeff Flake, uno de los más vocales contra el presidente, dijo que no se sentía cómodo con votar para confirmar a Kavanaugh, lo que podría poner en jaque la confirmación del nominado.

Grassley agregó más tarde que "cualquier persona que salga a la luz como lo hizo la Dra. Ford merece ser escuchada, así que continuaré trabajando para encontrar una forma de escucharla de manera apropiada, y respetable".

Horas más tarde se informó que la doctora Ford va a testificar ante el Senado sobre lo que presuntamente ocurrió aquella noche a principios de los ochenta.

Lo que inició como un home run seguro para Trump y los republicanos rumbo a la elección más complicada de los últimos años, se está convirtiendo en una pesadilla para el partido del presidente y está poniendo en tela de juicio si un hombre acusado de tales crímenes tenga el privilegio de acceder a la más alta corte de los Estados Unidos.