Estados Unidos

Qué dice el nuevo libro sobre Trump que tiene en llamas a la Casa Blanca

El periodista Bob Woodward revela escandalosas declaraciones de los colaboradores más cercanos. Trump niega todo.

Donald Trump tiene un problema de comunicación y esta vez le está costando trabajo culpar a las fake news. Ayer salieron fragmentos escandalosos del nuevo libro del periodista legendario Bob Woodward, autor de Todos los hombres del presidente y de la investigación periodística del caso Watergate que terminó con la renuncia de Richard Nixon en 1974. El dos veces ganador del premio Pulitzer lanzará el próximo 11 de septiembre-memorable fecha-su libro Fear: Trump in the White House (Miedo: Trump en la Casa Blanca) donde narra los engranajes al interior de la administración más controversial de los últimos tiempos. Los fragmentos que han sido difundidos hasta ahora son alarmantes.

De acuerdo con Woodward, los colaboradores más cercanos del presidente temen por la seguridad de la nación y constantemente ocultan información a su jefe en aras de protegerla. Un fragmento asegura, por ejemplo, que Gary Cohn, entonces asesor económico de Trump, ocultó un documento del escritorio del presidente que de haber sido autorizado habría retirado al país de un tratado comercial con Corea del Sur alrededor del cual está cimentada la protección de EU de potenciales ataques del régimen de Corea del Norte.

En otro fragmento asegura que el secretario de la Defensa James Mattis ignoró a Trump cuando le ordenó asesinar al líder sirio Bashar al-Assad. Mattis ya negó la versión. También cuenta que el ex abogado personal del presidente, John Dowd, le advirtió que si testificaba ante el investigador especial del caso Rusia, Robert Mueller, "va a terminar vistiendo un overol naranja", como los que usan en prisión.

Según el libro, Trump detesta al Fiscal General Jeff Sessions, a quien ha llamado un "retrasado mental" y un "sureño tonto" que "no podría ni siquiera ser un abogado campirano allá en Alabama".

Otra declaración escandalosa es la que le atribuye al jefe de gabinete John Kelly, quien según las fuentes de Woodward en alguna ocasión llamó a Trump un idiota y dijo que "es el peor trabajo que he tenido".

No es una pena que alguien pueda escribir un artículo o libro, totalmente inventar historias y formar una imagen de una persona que es literalmente el opuesto exacto a los hecho, y salirse con la suya sin retribución ni costo [sic.]. ¿No sé por qué los políticos de Washington no cambian las leyes de libelo?

También aparece el contexto sobre la ya célebre ocasión en la que el entonces canciller Rex Tillerson dijo que Trump era un imbécil, y que posiblemente fue lo que terminó por costarle el puesto. Según el libro, los altos mandos del Pentágono citaron al presidente para una reunión en la que intentaron explicarle la importancia de las tropas en el extranjero para la seguridad nacional de EU. El presidente abandonó la reunión sin haber cambiado de opinión, y fue entonces que Tillerson lo habría insultado.

La Casa Blanca y Trump ya rechazaron el libro, el problema es que, a diferencia de Michael Wolff, autor del explosivo Fire and Fury, Woodward cuenta con una reputación impecable y es quizás el periodista más respetado de EU. Por si fuera poco, el autor cuenta con cientos de horas de conversaciones grabadas con los más altos funcionarios del Gobierno.

Mattis emitió un comunicado en el que aseguró que las palabras que se le atribuyen jamás fueron emitidas, ni por él ni por nadie en su presencia. "Aunque generalmente disfruto leer ficción, ésta es una marca muy singular de literatura de Washington, y sus fuentes anónimas no le dan credibilidad".

Mattis aseguró que la idea de que "yo muestre desprecio por el Comandante-En-Jefe electo, el presidente Trump, o tolere faltas de respeto a la oficina del Presidente desde el Departamento de la Defensa, es producto de la rica imaginación de alguien".

Kelly también emitió un comunicado donde dijo que era mentira que hubiera llamado idiota al presidente. "He pasado más tiempo con el Presidente que cualquier otra persona, y tenemos una relación increíblemente candida y fuerte", dijo el general.

Ayer Woodward publicó una conversación telefónica que sostuvo con Trump hace un par de meses donde le explicó que ya había terminado su libro. El presidente le cuestiona por qué no lo busco para una entrevista. Woodward le explica que sí lo hizo, a través de Kellyanne Conway y uno de sus subsecretarios de prensa.

Resulta claro que la administración entiende que están en una situación más complicada que la que presentaron los libros de Wolff o de la excolaboradora Omarosa Manigault. La respuesta del equipo presidencial así lo ha demostrado. Tardaron varias horas en emitir un comunicado, y cuando finalmente lo hicieron llegó en un tono más moderado que el que acosumbran usar: "Este libro no es más que historia fabricadas, muchas por exempleados disgustados, contadas para hacer lucir mal al presidente", explicó en un comunicado la vocera Sarah Sanders.

Llama la atención que en su comunicado Sanders parece aceptar que Trump ha hecho en privado las declaraciones escandalosas que le atribuyen en el libro: "A veces es poco convencional, pero siempre obtiene resultados", justifica.

"Los demócratas y sus aliados en los medios entienden que las políticas del presidente están funcionando y con éxito como este, nadie puede ganarle en 2020 - ni de cerca", asegura el comunicado de Sanders.

Woodward ha escrito libros de fondo sobre todos los presidentes de EU a partir de Richard Nixon, pero el de Trump se perfila como el más explosivo de todos, en parte porque el presidente tiene menos de dos años en el cargo y ya lo acompañan una docena de escándalos.