NAFTA

NAFTA: Como impacta el nuevo acuerdo comercial en la industria automotriz de México

Las modificaciones significarán retos para el sector más dinámico de nuestra economía y para el futuro Gobierno.

 Las nuevas condiciones aceptadas por México y Estados Unidos en contenido regional para el sector automotriz enfrentarán al futuro Gobierno y a automotrices en México a una importante configuración que implicará desafíos fuertes si se quieren evitar riesgos para la industria más dinámica de nuestra economía, advierten ya los expertos.

El gobierno estadounidense no logró imponer su primera y muy agresiva demanda sobre el contenido regional en este sector, pero sí logró que éste pasara del 62 al 75%. Un incremento considerable si se toma en cuenta que por casi todos los 12 meses que ha durado la negociación, el sector automotriz había exigido que este apartado se mantuviera sin cambios.

En este nuevo acuerdo también se incluyó la parte salarial: a partir del 1º de enero de 2020, cuando entre en vigor el acuerdo, el 40% del total tendrá que provenir de zonas de altos salarios (donde se pague al menos 16 dólares la hora) para evitar aranceles.

Hasta ahora los representantes del sector automotriz han mantenido silencio sobre estas modificaciones, pero queda en el aire la pregunta de qué tanto podrán afectar a sus números. Por lo pronto el mercado ya comenzó el análisis y no todo es color de rosas para el país.

Los retos

Este sector representa más de una tercera parte de toda producción manufacturera mexicana y es una de las ramas de la economía que muestra superávits importantes en la balanza comercial. Basta mirar los resultados del primer semestre del año: un avance de 16,4% al acumular un total de 39.187 millones de dólares, el avance más alto para un periodo similar desde 2011, de acuerdo con datos del Banco Central de México.

En un primer análisis, el economista Jonathan Heath, se mostró preocupado y explicó a LPO que se tendrá que hacer una revisión minuciosa por empresa y ramificación, pero apuesta a que la gran mayoría de las empresas no cumplirán con las reglas. "Entonces tendrá que haber una adecuación, y eso implica necesariamente utilizar menos contenido mexicano y más de Estados Unidos".

Para el director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), José Luis de la Cruz Gallegos, estos cambios implicarán para México que se reconfigure su manera de producción y su estrategia industrial. "Son retos que no se ha cumplido en el pasado y que ahora tendrá que asumir el próximo Gobierno".

De no lograrse estas reconfiguraciones, advierte, sí habrá impactos. ¿Cuáles podrían ser? Heath señaló que podría verse menos inversión "y posiblemente hasta cierta desinversión". No descartó que en adelante se vean menores tasas de crecimiento en la producción y en autopartes. "Se va a reducir el dinamismo de lo que había sido uno de los sectores más dinámicos en los últimos ocho años", sostuvo en diálogo con LPO.

En ese escenario, recuerda que el objetivo primordial de Donald Trump es cambiar la balanza y reducir ese superávit que frente a Estados Unidos en lo automotriz. "De cumplirse eso va a impactar no solo en menor crecimiento, sino en el tipo de cambio, lo que a su vez tendría impactos inflacionarios. En fin, se verá en varias ramas variaciones que podrían ser mínimas, pero es un hecho que no se quedarán en cero", alertó el experto.

Y es que "el hecho de que se incrementen los requerimientos de contenido implica que tanto México y Estados Unidos deban disminuir la importación que realizan de insumos intermedios que fundamentalmente llegan el Pacífico-asiático", precisó de la Cruz Gallegos.

Precisamente una alerta que se prende es que este escenario podría impactar en los precios de los automóviles "y con eso la demanda de vehículos nuevos incluso podría disminuir", advirtió por su parte el analista Carlos Norman de Grupo Financiero Ve por Más.

En esta misma línea, el directivo del IDIC señaló que para que no se repercuta en los precios, se deberán generar estos insumos a precios competitivos. "Eso implica alta competitividad y que otros sectores influyan positivamente, por ejemplo, disminuir costos de energía, de transporte -modernizar vías de comunicaciones y aumentar seguridad- e incrementar la innovación tecnológica".

A todo eso, se agrega el asunto salarial. El problema es que la brecha entre ambos países es muy grande. En México en algunas ramas automotrices el pago ronda por mucho los diez dólares por hora, apenas por arriba de la mitad de lo que se percibe en su vecino del norte.

En ese escenario, los analistas descartan que México incluso pudiera acercarse un poco con una mejora salarial. Para lograrlo, en algunos sectores el país tendría que incrementar el valor agregado y quizás, disminuir costos en otros rubros como costos de energía o transporte.

Aunque las empresas ya evalúan otras opciones. En esta parte Alán Hernández, analista del sector de Signum Research, explicó que hay empresas como Nemak o Gissa que están evaluando expandirse en Estados Unidos. "Hay que recordar que les dieron un plan de cinco años en que los aranceles no aplican, por lo que tienen tiempo para incrementar su capacidad en ese país", agregó.

"Me parece que este nuevo acuerdo obliga a una reconfiguración del sector porque de otra manera puede representar desafíos importantes, concluyó de la Cruz Gallegos.