Juego

Tensión entre Larreta y Carrió por la renovación de los barcos casino de Puerto Madero

El contrato vence a fines de 2019, pero los $1800 millones que genera para la Ciudad ponen a Larreta en una encrucijada.

El Gobierno porteño analiza la continuidad de la concesión del Barco Casino, cuyo contrato vence en octubre del año próximo. Se trata de una decisión complicada porque el juego es uno de los temas que genera más rispideces al interior de Cambiemos, donde el ala de la Coalición Cívica que lidera Elisa Carrió es férrea opositora a los paños y máquinas tragamonedas, como los que tiene la española Cirsa en Puerto Madero.

El problema que enfrenta Rodríguez Larreta es que estas salas de juego generan ingresos por más de 150 millones de pesos mensuales y dan trabajo a unas 2000 personas, un tema a atender en tiempos de ajuste.

El contrato de los barcos finaliza en octubre de 2019 y pertenece en un 50% a la firma Cirsa que el empresario español Manuel Lao está vendiendo al fondo Blackstone; otro 25% al Hipódromo de Palermo y el otro 25% a Inverclub. Esta sociedad estuvo integrada hasta 2016 por Cristóbal López, quien en medio de sus problemas judiciales se supone que la vendió a su socio Ricardo Benedicto.

"Estamos viendo bajo qué figura puede seguir funcionando, aunque hay sectores que pretenden que no continúe. La política de Horacio fue siempre 'ni un tragamonedas más'", explicaron desde la sede gubernamental de la calle Uspallata. Y recordaron que tiempo atrás Larreta decidió el cierre de 5 salas de bingo en territorio porteño.

Luego de asumir la presidencia, Mauricio Macri le transfirió el juego a la Ciudad. Esa transferencia llegó acompañada por la imposición a los concesionarios del Barco Casino del pago de Ingresos Brutos al gobierno porteño y un aumento del canon que pasó del 20 al 30% sobre sus ganancias. Los concesionarios, después de complicadas negociaciones, decidieron aceptar y comenzar a pagar los nuevos tributos.

Larreta debe hacer un delicado equilibrio para que continúe el negocio de los barcos casino que dejan unos 1800 millones por año a la Ciudad, sin enojar a Lilita Carrió. Una manera de reducir costos políticos sería que los concesionarios logren u fallo judicial que les mantenga el negocio. 

Aún no está clara cuál es la estrategia para lograr que el casino siga sin que Larreta tenga que pagar un importante costo político. Una de las vías que exploró Lao, ex dueño de Cirsa, es presentarse en la Justicia y lograr que los tribunales capitalinos le extiendan la licencia para seguir operando.

Fabián Rodríguez Simón, uno de los arquitectos judiciales del macrismo, es también quién Macri puso a cargo de los juegos de azar, aunque sin un puesto oficial. El Presidente le confió ese lugar y su posición aún no está demasiado clara.

En los últimos tiempos se asoció a Elisa Carrió en contra de un enemigo común, Daniel Angelici, otro importante empresario del mundo del juego. Carrió y Fernando Sánchez se suman a Marcos Peña, María Eugenia Vidal y Gabriela Michetti, en un rechazo frontal a todo lo relacionado con los juegos de azar.

Se trata de un grupo cuya opinión no es fácil de soslayar para Larreta, quien espera reelegir como alcalde porteño el año próximo y necesita moderar cualquier tipo de tensión con Carrió.

Por su parte Lao ya vendió todas sus operaciones en el mundo, salvo la de Argentina, una de las más rentables que tiene. La empresa quería continuar por 15 o 20 años, pero los operadores del larretismo lograron negociar que la continuidad sea por un tiempo menor, de entre 5 y 7 años.

Ariel Fassione, el secretario gremial de Aleara, que nuclea a los empleados de los casinos, le dijo a LPO que está preocupado por la continuidad de los 2 mil trabajadores de los barcos. El sindicato está en estado de "alerta y movilización" y analizan "las medidas a tomar en el corto plazo".

En poco tiempo podría haber un anticipo de lo que sucederá. En diciembre de 2018 vence el contrato de La Solidaria, que aún tiene 35 trabajadores. En su momento Erman González ató la continuidad de la Lotería a los casinos, pero es una incógnita qué sucederá con ellos.