Las contradicciones de Abal Medina en el intento de salpicar a Mazzón

El ex jefe de Gabinete apuntó contra el fallecido armador del peronismo, pero su versión tiene flaquezas.

La confesión de Juan Manuel Abal Medina de que recibió de manos de Roberto Baratta dinero negro para financiar la campaña del FPV en 2013 está generando un temblor en el peronismo, donde además de la tensión que provocó en el kirchnerismo porque ubicó las coimas muy cerca de Cristina, también hay fuertes reproches porque involucró al fallecido Juan Carlos "Chueco" Mazzón.

En el escrito que presentó ante Claudio Bonadio, el ex jefe de Gabinete argumentó que su tarea se limitaba prácticamente a hacer un "pasamanos" entre Baratta y Mazzón, para que este último -histórico armador del peronismo- realice las campañas electorales del Frente para la Victoria en las distintas provincias. Tarea que cumplió el ex secretario de Abal, el detenido Martín Larraburu.

Según Abal, los fondos que le entregaba Baratta ("eventuales aportes de campaña") se los acercaba a Mazzón para que este los distribuya "a distintos puntos del país para ser utilizada de acuerdo a las necesidades político-partidarias". Luego, señala que desconocía el origen del dinero y asegura que jamás obtuvo un rédito personal porque fueron en su totalidad entregados a Mazzón para los fines propios de las campañas electorales". "Así como venían, traídos por Martin, eran entregados a la oficina de Mazzon o retirados por él conforme lo acordado", completó.

Fuerte inquietud en el peronismo por la confesión de Abal Medina

Las referencias de Abal Medina al fallecido armador cayeron muy mal dentro del peronismo no kirchnerista, donde le reprochan al ex senador nacional haber involucrado a una persona que no está para defenderse. Además, aseguran que sus palabras directamente son falsas.

En el entorno del Chueco explicaron a LPO que Mazzón nunca intervino en las campañas de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, para donde era presuntamente la plata que recaudaba Baratta. Cada distrito -recuerdan en el PJ- financiaba sus propias campañas. Además, recuerdan que su rol era ser armador del peronismo en el interior del país, una función que tuvo históricamente, tanto con Kirchner como con Duhalde y Menem. Es por eso que sostienen que la versión de Abal no cierra.

Además, la confesión de Abal choca con la información que habría en los pendrive que le encontraron a su secretario, donde habría datos detallados sobre la distribución de esos aportes ilegales entre las distintas campañas del kirchnerismo de ese año. ¿Si Larraburu era un simple nexo entre Baratta y Mazzón por qué tenía tanta información? 

Otro dato sugestivo es que en el momento en que se dieron los hechos Mazzón era Coordinador General de Asuntos Político-Institucionales de la Unidad Presidente, es decir tenía una oficina en la Casa Rosada, muy cerca de la de Abal Medina. ¿Por qué entonces Baratta usaba al ex jefe de gabinete como nexo? 

En el kirchnerismo ahora aceptan que Cristina puede ir presa y piden ayuda a los intendentes

Este intento de Abal Medina de involucrar a Mazzón generó mucha bronca en el peronismo, donde el Chueco sigue siendo un dirigente muy reconocido. La bronca también existe de Cristina, donde anoche llamaron furiosos al ex jefe de gabinete, que les aseguró que no había salpicado a su ex jefa.

Quienes conocen en detalle el escenario creen que la confesión de Abal fue un intento por proteger a Larraburu para evitar que se quiebre, ya que -al parecer- lo veían "muy frágil". Esto quiere decir que había temor a que se sume a la lista de arrepentidos y terminara involucrando a sus superiores. Es por eso que Abal asumió una parte de la trama, aunque buscó quedar exento de lo más pesado.