Aborto

La presión de la iglesia cruzó el debate por el aborto en el Senado

Guastavino los vinculó a la dictadura. "Hay buenos y malos, como en todos lados", le respondió Mera. Los llamados de los obispos.

La iglesia se anotaría un triunfo histórico si logra frenar el aborto legal Senado, como parece inevitable según las últimas tendencias, y en el debate hubo varios cruces por el rol protagónico de los arzobispos en cada rincón del país.

"Me lo pasé atajando y esquivando crucifijos de un sector de la Iglesia que, quizá, sea el mismo sector que cuando nos desaparecían o nos torturaban daba vuelta la cara", atacó el peronista Pedro Guastavino, miembro informante de los verdes.

"Serán sectores de la Iglesia que representaban a aquel cura que cuando yo estaba preso en la cárcel de Coronda me venía a ver para preguntarme si quería arrepentirme y no tenía algo para ?confesar'", relató, con la sesión recién iniciada y casi todos los senadores en sus bancas.

Guastavino recordó a los sacerdotes que le pedían confesar cuando estaba detenido en la dictadura. "Desde la política no podemos andar con el dedo acusador", se le quejó Mera. 

Varios celestes lo tomaron como una provocación. El catamarqueño Dalmacio Mera, compañero de bloque de Guastavino, repasó la obra de un cura de su provincia del siglo 19 para concluir en que "en la iglesia hay gente buena y mala. No sé si los políticos nos podemos poner a acusar".

"El proyecto le está diciendo a un médico que hasta la semana 12 de gestación está obligado a hacer el aborto. Después es asesino y va preso", protestó el senador y repasó los tratados internacionales que consideran al niño por nacer "y son reconocidos por la Constitución".

Las alusiones eclesiásticas siguieron y hasta algunas anécdotas, como la correntina Ana Almirón, que contó su diálogo con el arzobispo de su provincia, Andrés Stanovnik. "Le expliqué mi voto a favor y entendió", confesó.

El macrista Esteban Bullrich aceptó su influencia católica. "Yo no puedo dejar mis convicciones en la puerta del recinto. Es como decirle a un peronista que deje de serlo cuando trata un proyecto de justicia social", comparó.

El peronista Rodolfo Urtubey también se jactó de su fe católica. "Cada vez que hay un derecho absoluto hay un dogma atrás", relativizó. Aunque aceptó que hubo una mirada "prejuiciosa de la ley de salud reproductiva" que aumentó el embarazo adolescente.

Y pecó de academicista cuando intentó explicar cómo ampliar los casos de violación como causal de aborto no punible, contemplado en el Código Penal desde 1921.

Dijo que en esos casos puede haber violación "sin violencia" cuando se producen en las familias y no tienen consentimiento, la frase estalló en las redes y tuvo que aclararlo.

Alperovich anunció que vota en contra del aborto y se cae la ley

"Creo que hay que ampliar las causales para el aborto no punible. Hay que extenderla para casos de violaciones en las que no siempre hay un forzamiento físico sino una violencia estructural. Son casos de dominación, como las violaciones intrafamiliares. En vez de decir que no hay violencia debería haber dicho que no hay un forzamiento físico", se corrigió.

"Creo que hay que ampliar las causales para el aborto no punible. Hay que extenderla para casos de violaciones en las que no siempre hay un forzamiento físico sino una violencia estructural. Son casos de dominación, como las violaciones intrafamiliares", intentó aclarar.

El neuquino Guillermo Pereyra también le pegó a la iglesia con el recuerdo del ex capellán de la policía bonaerense Chistian Von Wernich, preso por crímenes de lesa humanidad.

"Hace falta leer el libro Nunca Más, donde 15 sacerdotes presenciaban sectores de tortura y sectores de la iglesia guardaron un silencio", recordó.

La radical mendocina Pamela Verasay, una de las militantes verdes más duras, aludió a la curia sin nombrarla. "Los que se oponen a esta ley son quienes se oponían a la ley de fertilización asistida, al voto de la mujer, al divorcio y al matrimonio igualitario. Siempre con el mismo argumento: el miedo".