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El papel de las encuestas en la decisión ciudadana

Las "encuestruchas", sin respaldo científico, buscan influir en la decisión del votante. El rol de las encuestas no es "moldear opiniones".

Próximos a entrar en el período de ebullición previo a las elecciones presidenciales del 2019, creo que se impone un debate sobre el rol que ocupa la difusión de las encuestas pre-electorales. Una pregunta central es si las elecciones se definen en los medios de comunicación o en la "cabeza" de los ciudadanos.

Las que se podrían denominar "encuestruchas", promocionadas por candidatos que se enamoran de las mismas, intentan pivotear sobre el efecto "bandwagon", que sostiene que los votantes podrían inclinarse por la opción electoral que aparezca como favorita para ganar las elecciones, es decir, que se subirían al "carro ganador".

Desde mi punto de vista, no tomar en consideración que el verdadero campo de batalla donde los electores terminan de tomar las decisiones es la realidad misma, puede conducir a un peligroso espejismo. Es casi ingenuo suponer que las encuestas pueden convencer a la audiencia. Las encuestas no modifican la realidad, solo permiten acceder al conocimiento de lo que ya está presente en la misma.

Si lo que intentan mostrar no está en forma incipiente o consolidada en la mente de los votantes, tampoco va a suceder porque éstas se esfuercen en exponerlo. Su fuerza máxima puede llegar a impactar en el denominado "voto útil", cuando el ciudadano mensura su sufragio ya próximo a la elección, pero ni siquiera en este caso hay evidencia científica que lo respalde.

Dentro de los distintos factores que pueden influir en el votante, las encuestas son por mucho lo menos importante. De ninguna manera pueden competir con las propias acciones de los políticos ni con las percepciones y valoraciones desarrolladas en los electores a partir de las mismas. El potencial rol que se les suele adjudicar es más un mito, poco hay de realidad; por caso, una mala imagen no mejora por la publicación de encuestas a favor, así como una buena imagen tampoco se torna en negativa solo porque se difundan datos que así lo sugieran.

Los sondeos son útiles para establecer un diagnóstico, detectar cambios sociales, definir y planificar estrategias de acción que permitan al candidato orientar correctamente su campaña. También es válida su difusión en los medios antes de una elección como generador de notas y noticias, y para que los lectores tengan alguna idea de cómo puede quedar configurado el escenario final, pero adjudicarles la capacidad de "moldear la opinión" es subvalorar el discernimiento del destinatario y sobrevalorar la magnitud de la herramienta.