Senado

Rubinstein confirmó que evalúa un aporte a las provincias si sale la ley del aborto

Lo sumaría a los programas de salud sexual. Incluiría la objeción de conciencia institucional en la reglamentación.

El ministro de Salud, Adolfo Rubinstein, fue al Senado a exponer sobre ley del aborto y dejó dos promesas para que los indecisos se vuelquen a favor: la Nación podría financiar el misoprostol -la medicación que provoca el aborto- en los programas de salud sexual y la objeción de conciencia institucional sería parte de la reglamentación de la ley.

Intentó persuadir al trío de cordobeses que promueve un dictamen con modificaciones, entre ellas un subsidio a las provincias, preocupadas por no poder responder a la demanda que deba enfrentar el sistema de salud provincia. 

También quieren permitir que las clínicas religiosas puedan excusarse de intervenir y bajar de 14 a 12 semanas de gestación como límite para habilitar el aborto, un tema "superfluo" para el ministro. "Se toma ese plazo porque muchos adolescentes demoran en consultar", simplificó. 

Como adelantó LPO, Rubinstein aseguró que puede resolver los dilemas de los indecisos sin que retoquen el proyecto y lo sometan a una nueva negociación en Diputados con final abierto y propuestas de consulta popular. 

"La otra posibilidad es que haya un veto parcial", propuso Miguel Pichetto, interesado en sancionar la ley y en un mano a mano con el segundo de su bloque, el cordobés Carlos Caserio.

Para conseguir los votos que faltan en la ley del aborto, Rubinstein prometió incluir el misoprostol en los programas de salud sexual y la objeción de conciencia institucional en la reglamentación.

Como en Diputados, Rubinstein reiteró que en los países con esta ley los abortos disminuyeron y explicó que en Argentina eliminar las intervenciones clandestinas significarán un ahorro millonario.

Llego a esa conclusión al estimar que existen 354 mil abortos fuera del sistema, sólo el 70% farmacológicos, el 20% con profesionales y el 10% con personal no calificado, o sea, "curanderos".

El senador cordobés Carlos Caserio.

El gasto estimado sería de 4.078 millones de pesos "y todo de bolsillo", mientras que si es legal los hospitales provinciales no gastarían más 678 millones. "Si la ley es sancionada el 90% de los abortos serían farmacológicos y con un costo mucho más bajo. La reducción de las internaciones sería la gran diferencia".

"El aborto es un asunto de salud pública porque produce muertes evitables, sobre todo en mujeres jóvenes y con alta vulnerabilidad social", insistió.

Advierten que el sistema no está preparado para una rápida implementación de la ley de aborto

La visita del ministro estaba cargada de tensión por la impugnación de los senadores María Fiore Viñuales (interbloque federal) y Guillermo Snopek (Justicialismo).

Lo acusaron de no representar la voz del Gobierno y estar vinculado a International Planned Parenthood Federation (IPPF), un organismo integrado por clínicas de Estados Unidos que promueven el aborto. "No los conozco; no tengo nada que ver", aclaró antes de la ronda de preguntas.

Fiore le reprochó haber asistido al Congreso por esta ley cuando sus propios datos identifican el aborto ilegal como la cusa 70 de muerte materna y le exigió aclarar si hablaba como médico o ministro.

"Como ministro fijo mi posición de salud pública sobre el tema. Yo no expresó mi opinión personal. Son los datos. El problema existe, afecta poblaciones vulnerables y la legalización produce resultados inmediatos", respondió.

Snopek le preguntó por los costos que tendrán las provincias y el ministro le confirmó que evalúa incluirlos "entre los insumos" de "los paquetes de salud sexual y productiva. Pero es un costo bajo respecto a lo que ya están gastando las chicas", insistió. 

La radical mendocina Pamela Verasay, militante de pañuelo verde, le preguntó si la objeción de conciencia institucional podría resolverse sin retocar la ley y el ministro dejó su segunda promesa.

"Es un argumento viable y lo podemos ver en la reglamentación", garantizó. "¡No se puede cambiar el espíritu de la ley en la reglamentación!", reaccionó furiosa la radical tucumana Silvia Elías de Pérez. Su correligionaria Olga Brizuela y Doria, la otra celeste de Cambiemos, le reprochó las deficiencias de salud pública en La Rioja.

La senadora riojana Olga Brizuela y Doria.

La pampeana Norma Durango recordó que su ministro de Salud estaba dispuesto a coordinar las intervenciones, pero aprovechó para preguntar si los colegas podían decir lo mismo.

"Nos reunimos con los ministros de las provincias en el Consejo Federal de Salud y ya discutimos que hacer si la ley es sancionada. Vamos a garantizar la producción de misoprostol", reiteró y recordó que ya deben proveerlo para los abortos que ya son legales, en casos de violación o riesgo de vida. 

Pichetto celebró la exposición del ministro y recordó que Mauricio Macri ya no es tan intransigente como hace unos meses. "Su última declaración es que esta es una discusión sobre los derechos sexuales a decidir. ¡No entiendo como ningún oficialista lo dice!", los increpó.   

La tensión no bajaba sobre todo entre los senadores de Cambiemos. "Si ánimo de entrar en polémica, ¿Por qué no aumentamos la inversión en prevención y en educación? ¿No estamos siguiendo el camino más fácil?", propuso Esteban Bullrich. "Pichetto se volvió macrista, por suerte, porque viene el presupuesto", bromeó. 

El justicialista Dalmacio Mera estalló en ira:  "No habló nunca ni del feto, ni del conjunto de células, ni del embrión, ni del niño por nacer, y usted es el capitán del barco de la salud, ministro. No habló nunca, no mencionó la palabra, y como capitán del barco de la salud, la verdad me da pena. Me hace acordar al capitán del barco italiano que fue el primero en estar tocando tierra", se alarmó. Aludía a Francesco Schettino, recordado por salvarse del naufragio del Costa Concordia en 2012.