Más problemas para Trump: ahora ligan a su hijo con una espía de Putin

María Butina fue detenida bajo cargos de espionaje. Habría intentado usar a la NRA para acercarse a Trump.

El nombre de Maria Butina tomó por asalto los titulares en medio de la cumbre entre Vladimir Putin y Donald Trump esta semana. La mujer fue acusada el martes por el Departamento de Justicia de ser una espía para el gobierno de Putin en territorio estadounidense. Aunque de momento su caso no ha sido ligado directamente con la investigación del Russiagate que conduce Robert Mueller, analistas y expertos sugieren que el investigador especial seguramente algo tendrá que ver con el caso.

De acuerdo con el Departamento de Justicia, la mujer sostuvo una reunión breve con Donald Trump Jr. durante una convención de entusiastas de las armas antes de la elección de 2016 y fue pareja sentimental de Paul Erickson, activista conservador y ex asesor de la campaña Trump.

Hoy se supo que Butina estuvo en contacto con la agencia de inteligencia rusa, el FSB que en su momento presidió el propio Putin y es la continuadora de la KGB. Los contactos se dieron desde que llegó a Estados Unidos. El FBI también descubrió que la presunta espía sostuvo varias reuniones con un diplomático ruso que sospechan es en realidad otro agente de inteligencia. Alexander Torshin es el nombre del diplomático que ya está bajo sanción del Departamento del Tesoro y que tiene prohibido regresar a EU.

Butina y Torshin intercambiaron numerosos mensajes de texto. En uno de los que difundió el Departamento de Justicia Torshin festeja a su agente: "Has superado a Anna Chapman", dice en referencia a otra agente rusa desenmascarada en 2010 y que terminó posando en revistas para caballeros. "Ella posa con pistolas de plástico mientras a ti te publican con [pistolas] reales".

La joven de 29 años es cofundadora junto con Torshin de un grupo pro-armas ruso llamado El Derecho a Portar Armas. Es a través de esta organización que entraron en contacto con la NRA y otros cabilderos en EU.

Butina también ha sido ligada al activista y operador político republicano Paul Erickson, con quien de acuerdo con los mensajes incluso habría cohabitado. Erickson está bajo investigación federal desde el año pasado por sus nexos con operadores rusos, y en el pasado trabajó para la campaña presidencial de Mitt Romney y otros políticos de menor calibre, aunque siempre ha estado fuertemente mezclado con los organismos que defienden el derecho a la portación de armas.

Según los documentos de la justicia, Butina habría ofrecido tener relaciones sexuales con una persona no identificada a cambio de que ésta le consiguiera un puesto al interior de una organización de "intereses especiales" en EU

Durante la campaña presidencial de Trump, Erickson intentó organizar una reunión entre Trump y Putin que ocurriría en un disparatado escenario: una convención de la NRA. El hoy Fiscal General Jeff Sessions desechó la idea de inmediato, sin embargo, Erickson asegura que también trabajó como asesor en el equipo de transición después de la elección.

Según los documentos de la justicia, Butina habría ofrecido tener relaciones sexuales con una persona no identificada a cambio de que ésta le consiguiera un puesto al interior de una organización de "intereses especiales". Los documentos no especifican de qué organización se trata, pero se sabe que Torshin y Butina intentaron entrar en contacto con diferentes legisladores a través de la NRA, grupo conservador y principal brazo cabildero de la industria armamentista en EU. La NRA es también una de las porristas más vocales de Donald Trump y ha donado a las campañas de cientos de políticos republicanos a todos los niveles del Gobierno.