Aborto

Pichetto definió con Lospennato y Donda la ruta para sancionar el aborto

Las recibió en su despacho. Rubinstein explicará que las provincias no pierden plata. Los fuertes cruces en el Senado.

Miguel Pichetto y su par Pedro Guastavino recibieron a las diputadas Silvia Lospennato (PRO) y Victoria Donda (Libres del Sur) para trazar la estrategia que le permita sancionar la ley del aborto legal el 8 de agosto.

Y como anticipó LPO, las fichas están puestas en la exposición del ministro de Salud Adolfo Rubinstein el martes 24, para que le aclare dudas a los indecisos y consiga los votos que faltan.

Apuntan a los tres cordobeses y al misionero Maurice Closs, que exigen varias modificaciones, como un aporte a los hospitales provinciales, la objeción de conciencia institucional y suavizar las sanciones excesivas a los médicos. 

Los primeros dos reclamos podrían subsanarse con una reglamentación, porque la objeción de conciencia estaría contemplada en la ley 26.130. Pero dejarían claro que los médicos no podrían en ningún caso obstruir el proceso sin antes objetarse.

Los gastos de los hospitales provinciales serán un tema de fe: mientras los que rechazan la ley hablan de hasta 1.600 millones, sus promotores aseguran que al no haber abortos clandestinos ahorran plata.

Contabilizan los costos de internaciones y terapias por cirugías mal hechas, que desaparecerán si la interrupción del embarazo se resuelve con un misoprostol.

Los promotores del aborto creen que los hospitales no gastarán más plata y la objeción de conciencia institucional ya está prevista en otra ley. Necesitan convencer a los indecisos. 

Esos argumentos repetirán Rubinstein y Ginés González García, histórico militante por el aborto legal y citado también para el martes 24 al Senado.

Convencer al trío cordobés y a Closs es clave para sancionar la ley, porque hasta ahora no suman mucho más de 30 votos, 7 menos que una mayoría simple, aunque harán falta menos por la abstención de Lucila Crexell.

Siguen indecisos Omar Perotti (Bloque Justicialista), Juan Carlos Romero y Carlos Reutemann (peronismo federal) y los radicales Eduardo Costa, Ángel Rozas y Juan Carlos Marino.

Si el escenario se inclina a favor, no les será fácil convertirse en verdugos de la ley con la plaza del Congreso cubierta de militancia verde. A Costa ya lo imaginan en ese lugar. 

Otro figura decisiva es Carlos Menem, senador del bloque de Pichetto y firmante de un documento de peronistas x la vida en contra del aborto.

Siempre es un misterio: mientras el rionegrino asegura que no estará en la votación, su hermano Eduardo fue a la audiencia de este martes, reiteró que la ley es inconstitucional y anticipó una pelea en Tribunales si hay ley. 

Muchos creen que podría empujar al ex presidente a asistir al recinto y pulsar el botón rojo. La audiencia comenzó con la exposición de la economista Sonia Tarragona, de la Asociación de la Economía de la Salud (AES), con un estudio sobre los costos del aborto clandestino.

Aseguró que supera en casi tres veces al que tendrían hospitales y clínicas si la intervención fuera legal, siempre sobre el supuesto de que existen entre 300 y 500 mil abortos clandestinos. Es un dato extraoficial.

La senadora radical tucumana Silvia Elías de Pérez incomodó a Terragona y a la abogada Paula Bergallo, que habló después, con una pregunta que repetirá ante cada expositor verde: "¿Es financiado por International Planned Parenthood Federation (IPPF)?".

Se trata de una red de clínicas privadas de Estados Unidos que para Elías de Pérez se beneficia con esta ley y presiona para que se sancione en todos los países. Su filial local, dice Elías de Pérez, es Fusa

"¿Acaso no hay senadores financiados por ONGs que viajan por el mundo?", se indignó la peronista tucumana Beatriz Mirkin. "No se puede acusar a los expositores de representar otros intereses", se quejó su compañero Pedro Guastavino.

Pero Terragona reconoció que recibió aportes IPPF y también Diego Morales, del Cels, "para promover la aplicación del fallo FAL", se justificó.

Se trata del dictamen de la Corte que crea el protocolo para cumplir con la interrumpir el embarazo en los casos ya autorizados (violación, demencia y riesgo de vida) y no siempre se cumple.

Los intercambios entre senadores y expositores hicieron la sesión interminable y con discusiones subidas de tono, como la protagonizada por el periodista de La Nación, Mariano Obarrio, con Mirkin.

La tucumana se indignó porque Obarrio habló del "derecho del hombre" que se pierde con la ley, porque la mujere podría "invocar razones de salud física o psíquica sin preguntarle a su marido, que queda en inferioridad de condiciones".

"Los varones son los primeros que se van, no vuelven más, y quedan las mujeres solas. No me llame ni genocida ni asesina. Voy a votar como me dicta mi conciencia", le gritó la senadora.

María Eugenia Estenssoro no evocó el aborto clandestino que se aplicó cuando tenía 21 años, como en su paso por Diputados, y prefirió pegarle duro y parejo a la Iglesia por ignorar atrocidades de la última dictadura militar. "Yo quiero que mis hijos puedan planificar sus familias", simplificó.

La abogada Nelly Minyersky, dijo que el Código Civil sancionado en 2015 habla de la vida desde la concepción "por presiones" que no identificó. "No puede decir que las leyes salen por presiones", le reprocho José Mayans.  

"Les pido a los senadores que no tengan miedo. La ampliación de derechos tiene una virtud enorme que no tiene la privación de derechos, y es que no obliga a nadie", cerró Minyersky. 

El abogado Luis Figueroa Durand denunció una "legalización en democracia dela muerte de argentinos en manos de argentinos". Lo cruzó El chubutense Alfredo Luenzo. "Con todo respeto: no somos genocidas los que estamos a favor de la ley. Colocarlos en ese lugar es un exceso innecesario".

Cerca de las 22, el biólogo molecular Alberto Kornblihtt tuvo un tenso cruce con Elías de Pérez por avalar el aborto si el niño puede nacer con enfermedades incurables. "Está propiciando el uso eugenésico del aborto", le enrostró la tucumana. "No, no es un uso eugenésico: es la voluntad de la madre", respondió. 

"Y si de pronto detectan que es un niñito con síndrome de Down", retrucó la senadora. "No dije síndrome de Down, dije una enfermedad incurable. Eel aborto no se recomienda. Es una opción, nunca se recomienda. Jamás. Yo estaría en contra de que se recomiende. No es nada gratuito ni nada feliz de hacer, es una opción", cerró Kornblihtt.